BMW 740

En la tercera generación de la Serie 7, el fabricante mantuvo la motorización del BMW 740 durante los años 1994/95. Posteriormente, y hasta la supresión de la generación en el año 2001, el BMW 740 se equipó con un motor de 4,4 litros que aumentaba el par motor máximo de 400 newtons/metro (Nm) a 420 Nm.

Las primeras versiones diésel del BMW 740

En los últimos tres años de producción de la tercera generación de la Serie 7, el BMW 740 se comercializó por primera vez con un motor diésel common rail de 4,0 litros. Esto fue a partir de 1999. De esta forma, el BMW 740 logró consolidar los nuevos y potentes motores diésel en la clase superior, y lo hacía como el diésel más potente del fabricante bávaro.

El BMW 740 logra su mayor éxito en su variante diésel

Gracias a las excelentes cifras de ventas del nuevo modelo diésel de la clase superior, durante los años 2001 y 2005 la casa comercializó el BMW 740 exclusivamente en su versión diésel con motor V8. En su nueva generación, el BMW 740d, con una cilindrada de 4,0 litros y 190 kW (258 CV), trajo consigo un ligero aumento de la potencia. Su tiempo de aceleración de 0 a 100 km/h era de 7,4 segundos. La casa BMW limitó la velocidad máxima a 250 km/h. El consumo medio se cifraba en 9,8 litros de combustible diésel.

A partir de 2005 se vuelve a comercializar en versión gasolina

A partir de 2005 se volvió a poner a la venta el BMW 740 en su versión de gasolina. Este ocho cilindros desarrollaba 225 kW (306 CV) y generaba un par motor máximo de 390 Nm, lo que hacía posible una aceleración de 0 a 100 km/h en 6,8 segundos. El BMW 740 se fabricaba con una batalla normal, así como con una distancia entre ejes más alargada en su versión BMW 740Li. El consumo medio de este modelo era de 11,2 litros de gasolina súper.

El BMW 740 determina la política de modelos de la clase superior de BMW

A partir de 2008, y en el marco de la política emprendida por la casa alemana para reducción de modelos de la clase superior, el BMW 740 fue el único modelo, junto con el BMW 750, que continuó en el mercado. En ese momento, el BMW 740 montaba un motor de seis cilindros con una cilindrada más reducida de 3,0 litros que desarrollaba 240 kW (360 CV) y lograba alcanzar los 100 km/h en tan sólo 5,9 segundos. La velocidad máxima era de 250 km/h, en este caso también limitada de fábrica. Gracias a las modificaciones realizadas en el motor, el fabricante alemán consiguió reducir el consumo medio hasta los 9,9 litros, lo que suponía unas emisiones de CO2 de 232 g/km. El BMW 740 sólo estaba disponible con cambio automático de seis velocidades en versión berlina tanto con batalla normal como con una distancia entre ejes más alargada.