El Mazda CX-5 es un pilar fundamental dentro de la estrategia de la marca japonesa. La primera generación, que llegó al mercado en 2012 para estrenar el conjunto de tecnologías englobadas bajo la denominación Skyactiv, supuso todo un éxito de ventas para la marca, que logró posicionar al CX-5 como una de las alternativas más atractivas del segmento.
La actual generación, que aterrizó en los concesionarios en 2017, ha sabido dar continuidad a esa trayectoria de éxito, afinando aún más las sugerentes líneas del lenguaje de diseño Kodo y subiendo un peldaño en calidad y tecnología. En 2022, recibió un lavado de cara en el que se modificó sutilmente el diseño exterior, se mejoró el equipamiento y se revisó la puesta a punto.
En el Mazda CX-5 2023, la principal novedad la encontramos en la gama mecánica con la incorporación de un sistema de hibridación ligera en los bloques de gasolina que le permite lucir la etiqueta Eco de la DGT, algo que le hacía falta para competir en una categoría con tantos y tan buenos rivales como el Ford Kuga, Renault Austral o Kia Sportage. Además, su sumo a la oferta de colores para la carrocería el Rodium White, un color especial dentro de la oferta de la marca que estrenó el Mazda CX-60.
Mazda CX-5 2023: calidad, diseño y refinamiento
Como el diseño es prácticamente el mismo desde 2017, solo vamos a detenernos en este punto para señalar la amplia oferta de acabados que ofrece la marca: Center-Line Plus, Advantage, Newground, Exclusive-Line, Homura y Takumi.
En función de la terminación escogida, hay ligeras variaciones en el exterior, siendo especialmente destacado el acabado Newground, que trata de aumentar el aspecto off-road del modelo con, entre otras cosas, inserciones de color aluminio en la parte inferior de parachoques delantero y trasero. El acabado Takumi, que es el de la unidad de pruebas, se distingue porque los pasos de rueda y las protecciones inferiores van pintadas en el mismo color de la carrocería.
Independiente del nivel de acabado escogido, todos los Mazda CX-5 2023 incluyen llantas de aleación de 19” y sistema de iluminación full LED siendo este adaptativo en los acabados superiores.
El interior del Mazda CX-5, que presenta un diseño sobrio y elegante, destaca sobre todo por el nivel de calidad percibida, con materiales de buena calidad y unos ajustes que no dejan lugar a la duda. La marca japonesa ha cuidado especialmente este aspecto, tanto que tenemos la sensación de ir a bordo de un coche premium. De hecho, este CX-5 ofrece un nivel de calidad superior al de modelos como el Audi Q5 o el Mercedes GLC.
La ergonomía también es buena, con una distribución correcta de los mandos y un módulo independiente para el sistema de climatización. La pantalla del sistema multimedia, que fue una de las novedades del restyling de 2022, es de 10,25 pulgadas de serie e incluye Android Auto y Apple CarPlay inalámbricos. Aunque ofrece una buena resolución y un manejo bastante sencillo a través de los mandos situados en la consola central (no es táctil, salvo si utilizamos Andorid Auto o Apple CarPlay), el sistema queda algo por debajo de los que ofrecen algunos de sus rivales.
La instrumentación también es menos moderna que la de muchos de sus competidores, con un panel que combina diales tradicionales con una pantalla digital. Me gusta porque ofrece la información de forma muy clara, no necesito más, pero habrá quien prefiera las posibilidades de personalización que ofrecen, por ejemplo, los paneles del grupo Volkswagen.
Motores del Mazda CX-2023
El SUV japones está disponible con un motor diésel de 2,2 litros que se ofrece en dos niveles de potencia (150 y 186 CV) y con dos motores de gasolina de cuatro cilindros: un 2.0 de 165 CV y un 2.5 de 194 CV. En función del acabado y el motor escogido, se puede contar con cambio automático y un sistema de tracción total. Los motores de gasolina añadieron en 2023 un sistema de hibridación ligera que les permite acceder a la etiqueta Eco, algo que necesitaba el CX-5. Una pena que no se ha incluido también en los motores diésel.
Para esta prueba, hemos contado con el motor de gasolina de 194 CV. Ofrece unas prestaciones más que suficientes (0 a 100 km/h en 9,2”), moviendo con soltura al vehículo bajo cualquier circunstancia. Eso sí, se trata de una mecánica atmosférica, por lo que ofrece la respuesta habitual de este tipo de vehículos: poca fuerza a pocas revoluciones y toda la potencia arriba del cuentavueltas, por encima de las 4.000 rpm. El cambio automático al que va asociado de serie funciona con rapidez y extraordinaria suavidad, lo que aumenta la facilidad de conducción y el confort de marcha.
La única pega de esta mecánica es el consumo, algo elevado. La firma homologa 7,2 l/100 km de consumo combinado, cifra que será difícil de ver en el ordenador de a bordo. En ciudad, nos moveremos en torno a los 10 litros y en autovía a máximo legales en 7,5 litros.
En cuanto a la respuesta dinámica, no hay reproche posible. Mazda ha conseguido un producto muy equilibrado que sabe combinar un respuesta relativamente ágil con un elevado confort de marcha. La dirección permite un buen guiado, la suspensión filtra bien y el habitáculo está muy bien aislado. La calidad de rodadura es buena y conduciendo el CX-5 la palabra que a uno se le viene a la mente es refinamiento.
En definitiva, el Mazda CX-5 sigue siendo a día de hoy uno de los mejores SUV compactos que hay en el mercado.
