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Prueba: KTM 990 SMT ABS (2011) – Diversión sin fronteras

De un simple vistazo puede parecer la misma SMT 990 equipada con ABS, pero lo cierto es que dos temporadas después de su presentación KTM ha mejorado alguna cosa más que la seguridad de su Touring.

De un simple vistazo puede parecer la misma SMT 990 equipada con ABS, pero lo cierto es que dos temporadas después de su presentación KTM ha mejorado alguna cosa más que la seguridad de su Touring, y es que ahora también luce un colorido más vivo y saca provecho de algunas mejoras para convertirse en una viajera un poco más práctica que antes, aunque igual de satisfactoria. Es un hecho irrefutable que la reina de las grandes trail asfálticas tiene nombre y apellidos, pero desde no hace tanto tiempo marcas como KTM, Ducati y Yamaha entre otras apuestan claramente por este tipo de motocicletas mucho más acordes con las necesidades actuales, y además lo hacen sin renunciar a las aspiraciones deportivas de muchos de sus clientes.

Todo ello, además, en un contexto en el que el reinado de las superdeportivas de gran cilindrada parece limitarse a los circuitos, por lo que la posibilidad de tener una moto apta para casi todo parece ser una moda mucho más coherente con los tiempos que corren. Así pues, la apuesta de los austríacos es ofrecer una moto deportiva y viajera a partes iguales y con un precio ajustadillo para hacerse un hueco en un mercado donde predominan los modos de conducción a la carta y muchos otros avances tecnológicos. Eso sí, en muchos casos el precio a pagar está muy por encima del de esta nueva KTM 990 SMT ABS, que se queda en 12.289 €.

Más bonita y llamativa

Normalmente las máquinas salidas de la fábrica que la marca tiene en Mattighofen suelen ser espectaculares y de colores llamativos, pero no era el caso de la anterior 990 SMT puesto que en ella predominaba por encima de cualquier otro color el negro mate, lo que le confería una apariencia quizá demasiado discreta para una KTM. Ahora, por suerte, no sólo vemos en ella una presencia mucho más abundante del naranja chillón típico de la marca, sino que además tiene una tonalidad más brillante y acertada. Nada de discreción, una KTM tiene que dejarse ver y esta nueva versión parece haberlo conseguido en mayor medida que su antecesora. Los otros colores disponibles, que son el blanco y el negro, también se suman a esta nueva apuesta por la tonalidad brillante en casi todos sus plásticos.

El ABS de Bosch

La novedad más interesante de esta SMT 990 es el sistema ABS diseñado especialmente para la ocasión por Bosch y que tiene como uno de sus mayores logros sumarle únicamente un kilogramo a la moto, por lo que sigue sin superar la barrera psicológica de los 200 kg al quedarse esta nueva versión en 197 kg en seco. Dicho sistema viene a reforzar una frenada que ya brillaba a un excelente nivel gracias a los dos discos delanteros de 305 mm de diámetro con pinzas de cuatro pistones Brembo y al trasero de 240 mm y pinza de dos pitones, ambos con un comportamiento y un tacto excepcionales.

Ahora bien, la nueva ayuda electrónica ni se nota en el freno delantero y tendremos que presionar realmente fuerte la maneta para hacer que trabaje, y más si lo hacemos sobre asfalto seco. El trasero, en cambio, sí que entra en acción bastante rápido si lo presionamos con decisión, y lo notaremos enseguida cuando lo hagamos en terrenos resbaladizos como puede ser el suelo de nuestro garaje. De todos modos, lo más partidarios de una conducción extrema pueden estar tranquilos porque el sistema se puede desconectar fácilmente con un botón situado en el cuadro de instrumentos, acción que puede tener algo de sentido si vamos a rodar con ella en circuito porque el resto del tiempo no molesta en absoluto y nos puede echar un cable en situaciones poco apropiadas para ir en moto, ya sea por lluvia o por asfalto en mal estado.

Otras novedades

Lejos de conformarse con esta importante y casi obligada mejora, KTM le ha añadido a la SMT 990 algún que otro detalle que merece ser mencionado, empezando por las luces de emergencia, ausentes en la versión anterior. También se ha instalado una pequeña toma de corriente de 12V, muy práctica e incluso imprescindible en motos pensadas para viajar y que se encuentra justo debajo del cuadro de instrumentos. Además, su potencial rutero está garantizado también gracias a esas piezas que ya conocíamos de la primera generación, como los ganchos en los escapes para encajar fácilmente las maletas y el soporte posterior que también nos puede ir bien para cargar equipaje o simplemente para que nuestros acompañantes tengan donde cogerse.

Quizá lo que se sigue echando en falta es un cuadro de instrumentos más completo porque no le vendría mal un indicador de marcha engranada, otro para el nivel de combustible y un diseño algo más moderno y sofisticado. Lo que sí se agradece, en cambio, es el indicador de kilómetros recorridos en reserva, una ayuda siempre bienvenida para saber más o menos hasta dónde podemos llegar. Luego, el otro punto flaco de esta KTM son los pequeños retrovisores, que ofrecen una visibilidad suficiente pero no transmiten mucha calidad.

Viajes con una sonrisa

En muchos aspectos la 990 SMT no deja de ser una KTM bastante radical, como el resto de modelos de la marca. En esta ocasión tiene gran parte de la culpa su motor bicilíndrico LC8, el mismo que sus hermanas Supermoto y Superduke pero un tanto suavizado (no mucho tampoco) para adaptarse mejor a las exigencias de los viajes. Aún así, es un motor muy enérgico que en bajo régimen deja entrever sus ganas de dar guerra, y la verdad es que no se siente muy cómodo y traquetea un poco cuando lo llevamos muy abajo. En este sentido, la extrema sensibilidad del gas tampoco nos ayuda mucho y con una mínima insinuación la moto sube de vueltas casi de inmediato, y a veces cuesta controlar su ímpetu.

Un poco más arriba se anima y empuja de maravilla a la vez que se oye un rugido imponente, de bicilíndrico grande y poderoso. Es esta zona media la que más se puede aprovechar, básicamente porque arriba de todo no nos ofrece nada que no nos haya ofrecido ya entre las 4 y 7 mil rpm, más o menos. Este motor LC8 se alimenta de una inyección Keihin de 48 mm y tiene un peso total de 58 kg, y está bien protegido por un chasis multitubular al cromomolibdeno que sólo pesa 9 kg y que en esta ocasión viene en color negro. Únicamente cabe destacar algunos ajustes en las culatas para rebajar un poco más el coste de mantenimiento, aunque sigue siendo un motor peculiar que deja ir de tanto en cuando algún que otro chasquido y que retiene con mucha fuerza en las reducciones.

Pero una KTM  de verdad es algo más que un motor con mucho brío y carácter, y es que en la nueva SMT 990 ABS seguimos gozando de un cambio extremadamente suave, esponjoso y rápido. Cambiar constantemente de marchas no es ningún problema, lo haremos con celeridad y sin esfuerzo. Todas las marchas entran de maravilla y la posición de la palanca parece la ideal. Este punto, junto con una posición de conducción erguida y nada forzada, nos hace sentir muy a gusto y dan ganas de viajar con ella. En este sentido lo único que le podemos pedir es una pantalla un poco más protectora en la zona de brazos y hombros, y es que no acaba de ser todo lo envolvente que desearíamos aunque el diseño del depósito y la presencia de los cubre manos nos sirve para protegernos del viento.

En cuanto a las suspensiones, que lo absorben todo sin desfallecer, tienen un buen tacto. Además, se pueden regular en todos los sentidos y se adaptan muy bien a cualquier conductor y situación, tanto las horquillas delanteras de 48 mm y 160 mm de recorrido como el monoamortiguador trasero con 180 mm de recorrido, en ambos casos firmados por la compañía holandesa WP Suspension. Su recorrido, largo pero no tanto como en la Supermoto, nos hace más apacibles algunas maniobras en el día a día y la verdad es que en un uso urbano también se sabe defender.

Por otro lado, aún siendo una moto alta con un asiento a 855 mm del suelo, tampoco hay que estirar tanto la pierna para subirnos y se llega al suelo sin grandes dificultades. El manillar es ancho, alto, y gira mucho, lo que por un lado nos ayuda a maniobrar en parado pero por el otro nos puede molestar sorteando el tráfico.

Conclusión

En definitiva, estamos seguramente ante la KTM más polivalente de todos los tiempos, una moto con la que disfrutar de todos los viajes, ya sean en plan tranquilo o con algo de emoción, y sin renunciar a las pistas de tierra en buenas condiciones. Es, podemos decir, una Supermoto para largas distancias gracias a un depósito de 19 litros y a unos consumos bastante coherentes, aunque todo depende, en el fondo, del uso que le demos a esta divertida Touring.

¿Preparado para lo siguiente?

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