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Primer contacto: Audi A1 – El pequeño de la casa

En 1974, los de Ingolstadt quisieron despuntar por primera vez en el mercado de los utilitarios con el Audi 50. Sin embargo, dicho éxito no llegó a materializarse y poco después el grupo matriz VW presentó una versión más económica del Audi. Había nacido el VW Polo.

Más de 30 años después, Audi recorre el camino a la inversa y con el A1 demuestra haber creado un noble sucesor del actual Polo. Y con unas perspectivas de éxito mucho mejores.
Audi no podía haber encontrado una base mejor para un utilitario. El actual Polo es considerado, con razón, un referente en el segmento de los utilitarios, ya que ofrece la máxima calidad, presenta unos excelentes acabados y dispone además de una oferta de plazas adecuada a su segmento. La intención de Audi ha sido mejorar todos estos aspectos en el A1.

Así, el Audi se presenta con una apariencia más deportiva que el Polo y mucho más orientado a un estilo de vida moderna e intenta cautivar a la clientela con estas nuevas apuestas. Además, y siempre en opinión de la casa, la mitad de dicha clientela es joven y del género femenino, y el porcentaje de compradores menores de treinta años parece ser sorprendentemente elevado. Sin embargo, esta gente joven exigirá un buen equipamiento básico, ya que Audi comercializará el A1 a partir de 15.700 euros. En cuestión de precios cabe destacar que el Polo está disponible a partir de los 11.800 euros y el Seat Ibiza, diseñado sobre la misma base, a partir de 9.200 euros.

De momento, sólo dos puertas

Al contrario que el Polo, el Ibiza y su cuarto hermano de sangre, el Skoda Fabia, por el momento el Audi A1 sólo se ofrecerá en versión dos puertas, aunque ya está prevista una variante más práctica de cuatro puertas. A pesar de que el A1 sólo mide 3,95 metros, los asientos –al menos los de la primera fila– resultan cómodos y ofrecen una buena sujeción lateral (los asientos deportivos son opcionales) y prácticamente no se nota la diferencia con su hermano mayor, el A3. La segunda fila, cuyo acceso resulta algo incómodo como es habitual en los modelos de dos puertas (incluso con la función «Easy Entry» opcional), es mucho más estrecha, sobre todo en lo que respecta a la limitada libertad de movimiento a la altura de la cabeza. Al contrario que sus hermanos, en realidad el A1 no cuenta con más de 4 plazas. De todas formas, en el maletero de tan sólo 270 litros de capacidad tampoco cabría el equipaje para cinco personas. Si prescindimos de las plazas traseras, el volumen del maletero aumentará hasta alcanzar los 970 litros.

Con la estructura de dos puertas, Audi desea subrayar el carácter dinámico de este modelo, algo que también pretende su forma redondeada y la línea del techo tipo coupé el cual, a petición del cliente, puede equiparse incluso con un pequeño spoiler de techo. Quienes deseen potenciar esta imagen tienen la opción (previo pago de un suplemento d) de lacar los largueros del techo, desde el montante A hasta el montante C, en otro color. Sin embargo, con esta opción se podría decir que el A1 roza peligrosamente lo hortera y nos recuerda, casi sin quererlo, al Citroën Pluriel, el cual no se encuentra evidentemente dentro del grupo de competidores.

Buena calidad

En general, Audi considera que se encuentra relativamente solo ante el peligro, ya que según el fabricante el mercado de los utilitarios de clase alta se encuentra en gran medida inexplorado. Además, en Ingolstadt se resisten a considerar al Mini, al Fiat 500 y al Citroen DS3 como verdaderos rivales. Sin embargo, en la práctica el Audi A1 tendrá que medirse precisamente con estos vehículos orientados a un estilo de vida moderno. Al menos en términos cualitativos, y tras una primera impresión, el A1 ya se sitúa a la cabeza de la carrera.

El motivo es que el Audi más pequeño también presenta, con algunas pequeñas salvedades, los acabados de calidad habituales y conocidos de la filial bávara de Volkswagen y da la impresión de que los materiales son incluso de mayor calidad que en el Polo. De la misma manera, el manejo del vehículo resulta fácil e intuitivo, muy al estilo de Audi. Lo que con total seguridad resulta único en este segmento es el sistema de navegación y entretenimiento MMI opcional procedente del nuevo A8 y que incorpora una pantalla plegable en el salpicadero. Los amantes de la vida moderna tienen motivos para alegrarse. Entre otras muchas cosas, a través de este sistema también se podrá recibir música por Bluetooth desde un reproductor MP3, por ejemplo desde un iPod.

Posibilidades de personalización

Y puesto que a las jóvenes damas que se sientan atraídas por el A1 no sólo les gusta escuchar música, sino que dan mucha importancia a la personalización de sus gadgets, gracias a las distintas combinaciones de tela y cuero (en ocasiones algo extravagantes), la posibilidad de encargar los compartimentos de las puertas y las toberas de ventilación redondas en color, las diferentes llantas y los ya mencionados largueros del techo lacados, Audi ofrece unas 800 opciones de combinación cuya intención es hacer realidad cualquier deseo del cliente. Huelga decir que todo esto tiene un precio extra.

Sin embargo, para Audi ni siquiera lo más elegante o estridente resulta suficiente para vender un coche. En este sentido, los de Ingolstadt no se la juegan en el apartado de la técnica. En el momento de su lanzamiento al mercado a principios de septiembre de 2010 (aunque ya es posible realizar pedidos), el A1 contará con dos motorizaciones de gasolina y dos diésel, para los que el departamento de marketing del fabricante augura unas ventas equiparables. Más adelante también se pondrá a la venta una versión deportiva de hasta 200 CV. Sin embargo, el motor básico resulta más que suficiente y además es muy recomendable, tal y como pudimos comprobar durante nuestra primera toma de contacto que se desarrolló en torno a la ciudad de Berlín.

Un motor de gasolina básico suficiente

El Audi más barato y menos potente viene equipado con el motor turboalimentado de 1,2 litros que el Grupo Volkswagen ya monta en toda su gama de vehículos y que en la casa Audi atiende al nombre de 1.2 TFSI y desarrolla 86 CV. Parece que esta potencia resulta suficiente a la vista del peso que marca el A1 1.2 TFSI fabricado en Bruselas y que alcanza por poco los 1.040 kilogramos. Este propulsor con buenas aptitudes de aceleración desarrolla su par máximo de 160 Nm a 1.500 vueltas, lo que permite al A1 mantener una velocidad adecuada en todo momento. Cualquier conductor que sepa utilizar su caja de cambios manual de cinco velocidades precisa y suave podrá llevar al A1 hasta los 100 km/h en 11,7 segundos. La velocidad máxima que registra este motor es de 180 km/h.

El motor de gasolina más potente, el 1.4 TFSI también turboalimentado, pone a nuestra disposición 122 CV y desarrolla 200 Nm a 1.500 revoluciones. Esta potencia adicional, que en este caso se gestiona a través de un cambio de seis velocidades o del cambio de doble embrague S-Tronic (a partir de 19.900 euros), reduce el tiempo de aceleración de 0 a 100 km/h a 8,3 segundos y aumenta la velocidad máxima hasta más de 200 km/h. En cambio, con una media de 5,2 litros a los 100 kilómetros, el consumo se sitúa tan sólo 0,1 litros por encima de la cifra del 1.2 TFSI. No obstante, la realidad se impone una vez más y nos descubre que, en la práctica, los motores de gasolina turboalimentados consumen bastante más que lo que marca el método de medición EU.

Función Stop-Start de serie

Según el fabricante, las dos mecánicas diésel deberían consumir por debajo de los 4 litros, es decir el 1.6 TDI con 90 o 105 CV (a partir de 17.240 euros) y un par motor de 230 y 250 Nm, respectivamente. Esta potencia sirve para registrar un tiempo de aceleración de 11 segundos y una velocidad máxima de 180 y 190 km/h, respectivamente. Ambos motores diésel se combinan con un cambio manual de cinco velocidades y, como todas las demás motorizaciones, también vienen equipados de serie con la función automática Stop-Start cuyo funcionamiento es excelente. De esta manera, el propulsor diésel menos potente, con un consumo medio de 3,8 litros, tan sólo debería emitir 99 gramos de CO2. Por cierto que el A1 no es sólo silencioso al detenerse en un semáforo, cuando el motor está apagado, sino que también nos sorprende en marcha con una buena insonorización.

Audi subraya el carácter deportivo del A1 con un reglaje bastante rígido de su chasis. La variante básica con llantas de acero de 15" y gomas de 185 mm (1.2 TFSI, de lo contrario 205 mm) se mantiene bien asentado sobre el asfalto y, gracias a su dirección asistida precisa, permite maniobrar de forma exacta. Aunque cualquier irregularidad del piso se transmite a los ocupantes del vehículo, este Audi se mantiene bastante tiempo neutral en curvas rápidas antes de comenzar a subvirar de forma suave y totalmente controlable. Y para todos aquellos que prefieran un toque más deportivo, Audi ofrece, junto diferentes llantas de 16, 17 y 18" y un chasis deportivo más rígido, el bastidor de la línea S con un reglaje más dinámico con llantas de 18" y gomas de 225 mm.

Equipamiento mucho más caro

Audi ofrece el A1 en dos líneas de acabado. La versión Attraction incorpora el equipamiento básico y necesario que se compone de banco trasero abatible, espejos exteriores eléctricos, elevalunas eléctrico, asiento del conductor regulable en altura, seis airbags y una radio. La línea Ambition (con un suplemento de 1.400 euros) incluye, además del equipamiento básico, llantas de aluminio de 16", chasis deportivo, faros antiniebla, función «Easy Entry», cuyo objetivo es facilitar el acceso a la parte trasera del vehículo, y el sistema de información al conductor, es decir una gran pantalla informativa con ordenador de a bordo entre los instrumentos redondos, algo que si se encarga de forma independiente ya cuesta 180 euros.

Si el MMI Navigation Plus (unos 2.500 euros) se sale del presupuesto, pero aun así uno desea disfrutar de la gran pantalla plegable y el concepto de manejo MMI, es posible encargar el sistema de audio Concert por menos de 500 euros. A esta opción se le puede añadir el paquete Connectivity que, junto con la salida Aux, pone a disposición del usuario un puerto Bluetooth para música. Pero lo mejor de todo es que la preinstalación del navegador está incluida, por lo que no habrá ningún problema si más adelante queremos incorporar o habilitar el navegador. Por el momento, se trata de una opción única.

Por lo demás, Audi ofrece muchos extras procedentes de los segmentos superiores, aunque también está dispuesta a adaptarse a los deseos de aquellos clientes que anhelan una mayor comodidad. La instalación del climatizador , por cierto, alcanza los 1.435 euros. El sistema de acceso sin llave está disponible por 335 euros, los faros de xénon por 1030 euros y la ayuda al aparcamiento a través de un sensor trasero por 380 euros. Éste último resulta bastante recomendable debido a la escasa visibilidad hacia atrás. Si aún tenemos más deseos, estos se pueden cumplir , por ejemplo, con un sistema de sonido Bose (800 euros) o una tapicería exclusiva de cuero (1300 euros).

Conclusión

Con el A1, Audi realiza por tercera vez –tras el Audi 50 y el poco convencional a la par que poco exitoso A2– una incursión en el terreno inexplorado de los utilitarios. Sin embargo, esta vez la posibilidad de salir airoso es mucho más alta. Con el Polo, los de Ingolstadt han dado con la mejor de las plataformas posibles y, además, han logrado perfeccionarla. El acabado y los materiales sí alcanzan la calidad a la que nos tiene acostumbrados la casa Audi, las cuatro motorizaciones que ofrece son suficientes, pese a demostrar una potencia algo escasa, y sobre todo la diversión al volante y el reglaje rígido ponen de manifiesto su carácter deportivo. Además, gracias a su inacabable lista de extras y posibilidades de personalización, estamos seguros de que ningún deseo quedará desatendido. Siempre y cuando, eso sí, uno disponga del presupuesto adecuado, ya que el A1 cuesta casi 16.000 euros, por lo que no podemos calificarlo de «barato». Al fin y al cabo, por unos cientos de euros más ya podemos disfrutar de todo un VW Golf.

¿Preparado para lo siguiente?

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