Lo teníamos que haber conocido en noviembre pero por culpa de los microchips, Maserati decidió retrasar la presentación del Grecale para este 2022. Finalmente será en primavera cuando podamos conocer de manera definitiva al segundo SUV de la historia de Maserati, un modelo que, dicen, comparte plataforma con el Alfa Romeo Stelvio y cuyo futuro cercano pasa por ofrecer una alternativa 100% eléctrica dentro de la estrategia de la propia Maserati de convertirse en un fabricante cero emisiones.
Pero hasta que esos dos hitos llegue, los ingenieros encargados del desarrollo del Grecale han aprovechado el tiempo extra para poner a punto los últimos detalles del modelo. Y para ello se han ido hasta Laponia, donde rodeados de temperaturas que llegan a los -30º han empezado a probar diferentes configuraciones del vehículo. Todo con el objetivo de conseguir la máxima finura y rendimiento.
Los prototipos de Grecale han entregado su máxima potencia en condiciones extremas y sobre superficies de muy baja adherencia. Ni siquiera la nieve y el hielo son capaces de mermar la energía del Grecale pues durante los test, los prototipos se probaron para afinar el arranque y la capacidad de conducción a temperaturas extremas, los controles dinámicos del vehículo en superficies mixtas de asfalto, nieve y hielo, y el mantenimiento del confort dinámico en todo tipo condiciones climatológicas.
También se han realizado pruebas para poner a punto la tracción, el subviraje y el sobreviraje del coche, en diferentes modos de conducción y con diferentes tamaños y tipos de neumáticos, para dar un carácter específico a cada uno de los diferentes modos de conducción disponibles. Ahora solo falta esperar a que lo conozcamos de verdad y ver si, como se habla, ofrecerá un sistema microhíbrido de 300 CV con un bloque de 2.0 litros Turbo al que posteriormente acompañará una versión Trofeo con el mismo V6 biturbo que el MC20 a la espera de la comentada variante 100% eléctrica.
