La pintura de los coches está diseñada para soportar casi cualquier cosa: cambios de temperatura, la radiación solar, impactos del polvo e insectos... pero uno de los elementos más agresivos para la pintura son los excrementos de las aves, porque poseen una elevada concentración de ácidos muy corrosivos y, además, una vez sobre la superficie de la pintura provocan distorsiones y abrasiones al dilatarse y contraerse con los cambios de temperatura y al secarse y deshidratarse.
Para evitar que las marcas de los excrementos de pájaro dejen huellas imborrables en nuestro coche, además de retirarlas con cuidado, es importante hacerlo lo antes posible. Cuanto menos tiempo estén sobre la pintura, menos huellas quedarán de que eso ha estado ahí.
Lo mejor es llevar en el vehículo un paño y una botella de agua para poder limpiarlo enseguida. Habitualmente, basta con remojar la zona, apoyar el trapo húmedo sobre el regalito, dejarlo así algunos minutos y proceder después a frotar con energía hasta su desaparición. Si la mancha es muy grande, es conveniente ir por zonas pequeñas y cambiar la posición del trapo para que no acabemos esparciendo la porquería por toda la pintura.
Si no tenemos agua a mano, un poco de spray aflojalotodo tipo 3en1 o WD40 puede servirnos, al ser un producto desincrustante y lubricante.
En ningún caso se debe frotar el excremento seco sin haberlo reblandecido y desincrustado previamente, lo único que conseguiremos será rayar la pintura y estropearla todavía más.
En ocasiones, sobre todo cuando no se ha actuado de inmediato, resultará necesario acudir a un sistema de lavado con agua a presión para conseguir sacarlo.
Curiosidades sobre los excrementos de paloma en el coche
Después de tener claro cómo limpiar el excremento ave del coche no está de más conocer algunos datos curiosos al respecto. El principal es que esta lluvia orgánica no es totalmente aleatoria.
Un estudio realizado en Gran Bretaña con más de mil vehículos demostró que estos encantadores animalitos prefieren defecar sobre los coches rojos (el 18 % de las ocasiones), seguidos de los azules (14 %), los negros (11 %), los blancos (7 %) y los plateados (3 %). En el otro extremo del ranking, solo un 1 % de las veces lo hicieron sobre automóviles verdes.
El mismo estudio reflejó que la mayoría de los propietarios (55 %) no modificaban su rutina de limpieza del vehículo y esperaban a hacerlo cuando lo tenían previsto, asumiendo el riesgo que se acaba de explicar.