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Prueba: MaxSym 400i – Palabras mayores

Esta vez sí. La llegada del MaxSym 400i es la confirmación de que los taiwaneses de Sym se atreven con todo y no quieren renunciar al mercado de los maxiscooters de media o gran cilindrada, un subsegmento que no es precisamente residual dentro del mundo del scooter.

En este caso en concreto se apuesta más por la elegancia y la practicidad que por la deportividad, aunque, ciertamente, tampoco anda escaso en este sentido…ni en ningún otro. Claro que por estilo, dimensiones y capacidad de carga es un maxiscooter más bien sobrio, elegante y práctico que tanto le da moverse por ciudad, carretera o autopista. Naturalmente, esto no impide que nos llevemos alguna que otra sorpresa con el nivel de sensibilidad del acelerador y las prestaciones de su motor, exactamente igual que con la potencia de sus frenos. No en vano, ya ha pasado algún tiempo desde la llegada de la marca taiwanesa a nuestro mercado en el año 2004 y no parece que le haya ido del todo mal: saben hacer scooters de calidad y éste es el mejor ejemplo de hasta dónde pueden llegar.

Una nueva demostración, en definitiva, de que poco a nada tiene que envidiar a las marcas japonesas o italianas, del todo incapaces de hacerle sombra a Sym en la guerra de los precios. El nuevo MaxSym 400i, con su alto nivel de equipamiento y unos contundentes 34 cv de potencia, tiene un precio de tarifa de 5.999 €, es decir, bastante inferior a los modelos de la competencia directamente comparables como el Suzuki Burgman 400, el Yamaha Majesty 400 o el SW-T 400 de Honda, todos ellos con precios cercanos o incluso superiores a los 7.000 €. Además, en promoción el MaxSym se queda en 5.199 €, haciéndolo todavía más competitivo. Los colores disponibles son el blanco, el negro y el gris acero.

Espacioso y confortable

Conscientes del tipo de usuarios al que van dirigidos este tipo de maxiscooters, que suelen ser en muchas ocasiones tipos ataviados con sus trajes y maletines y que hacen muchos kilómetros a diario, el MaxSym ha apostado fuerte por el confort a bordo y la capacidad de carga, y todo ello acompañado de un acertado toque de distinción. En cuanto a lo primero no se ha escatimado en nada: la pantalla ofrece una alta protección contra el viento y se puede ajustar en dos posiciones, hay mucho espacio para las piernas - tanto que incluso podemos estirarlas para desentumecerlas - y el asiento ofrece un práctico soporte lumbar de una sujeción muy correcta y casi imprescindible en un maxiscooter de gran cilindrada como este, en el que la espalda, al quedar muy erguida, suele sufrir.

Respecto a la carga, en este Sym cabe de todo y más. De entrada, al abrir el asiento, que por cierto puede hacerse mediante un botón en la piña izquierda o bien por el contacto, sorprende la presencia de un habitáculo poco habitual, de formas un tanto extrañas. Parece que quepa un casco integral y poco más, pero lo bueno es que esconde más espacio de lo que aparenta y por poco que analicemos el hueco nos daremos cuenta de que caben dos cascos integrales o lo que haga falta. Igualmente bienvenidas son las cuatro guanteras disponibles en el contraescudo, dos bajo llave con toma de corriente de 12V y entrada USB, y otras dos, algo más espaciosas, sin cerradura. Y si puntualmente debemos cargar con algo más no deja de ser útil el espacio en el puente central, que pese a carecer de gancho porta bultos, sí es lo bastante espacioso y plano para apoyar una bolsa con seguridad.

Refinado hasta en los detalles

Otro aspecto de vital importancia si lo que se quiere es triunfar en una categoría de alto standing como esta es la calidad de los detalles. En este sentido el MaxSym cumple con buena nota, por ejemplo gracias a la franja de diodos LED situada sobre las dos ópticas delanteras, que aportan presencia sobre todo cuando cae la noche, o las luces también tipo LED que brillan en la parte trasera. También rezuma elegancia el cuadro de instrumentos, con mucha información y de fondo negro bañado en luz azul. Eso sí, lo único que nos ha dejado algo dubitativos es la precisión del indicador del nivel de combustible, que de tanto subir y bajar nunca sabes a ciencia cierta cuál es el nivel de gasolina real. Un punto a mejorar sin duda en un scooter de 399 cc y 210 kg de peso que, como era de esperar, consume lo suyo.

Las estriberas retráctiles para el acompañante, que se despliegan con un simple golpe de talón, las cómodas asideras o el pequeño soporte lumbar son pequeñas evidencias de que también se ha tenido muy en cuenta el confort del acompañante. Por otro lado, el contacto multifunción, el revestimiento y la luz de cortesía en el baúl y, por lo general, la calidad de los plásticos, son otras tantas muestras de lo bien resuelto que está el más grande y potente scooter fabricado jamás por SYM. Y el más y mejor equipado, por supuesto…

Potente y seguro

En este caso la mecánica cobra un gran protagonismo porque debe rendir por igual en un atasco que en un largo trayecto por autopista. Para ello se ha pensado en un cilindro de 399,3 cc con 34 de potencia, que además de beneficiarse de una inyección electrónica Keihin de última generación monta el ya clásico tratamiento cerámico en las paredes del cilindro para mantener a raya la temperatura incluso en el peor de los atascos. Y si hacemos caso al indicador de temperatura que vemos a la derecha del cuadro de instrumentos, parece funcionar perfectamente.

En cuanto toca acelerar desde parado, el MaxSym 400i, pese a ser un poco lento al principio, pasados estos primeros metros empuja progresivamente pero con contundencia hasta superar sobradamente los límites legales. Con todo, bien se merece un equipamiento a la altura de estas prestaciones: empezando por el chasis, monta un rígido y resistente esqueleto de doble cuna en acero con dos columnas superpuestas en sentido transversal, que bien parece soportar todo lo que se le pide.

Que la cosa va en serio también salta a la vista si nos fijamos en las horquillas delanteras de 41 mm con tija doble, que junto a las pinzas de anclaje radial y los dos discos de 275 mm, dan buena muestra de que no se ha desestimado la deportividad. Al contrario, el tren delantero sorprende gratamente por su rigidez y aplomo y los frenos por su fuerza y tacto, y estos, además, incluyen un sistema CBS de frenada combinada que actúa ligeramente en el freno delantero cuando presionamos la maneta izquierda. Ahora bien, con ruedas de 15 delante y 14 detrás y una distancia entre los dos ejes de 1.555 mm, no es precisamente el scooter más ágil en los atascos, pero esta relativa pereza de movimientos en las maniobras pasa a ser una gran ventaja cuando circulamos por carretera a gran velocidad, terreno en el que se siente muy cómodo.

En resumen

Ciertamente no aporta nada nuevo a una categoría muy competida y con algunos modelos, como el Burgman o el Majesty, con muchos años y una dilatada experiencia a sus espaldas. De todos modos, les ataca allí donde más les duele, ofreciendo más o menos los mismo a un precio claramente inferior. No obstante, por momentos nos ha parecido oír una pequeña vibración en algún plástico, y el asiento, que se abre gracias a un par de gatos hidráulicos, en ocasiones cuesta de cerrar a la primera. En cualquier caso, dos nimiedades que ni por asomo hacen sombra al resto de cualidades del MaxSym 400i, un maxiscooter que de buen seguro encontrará su hueco, aunque habrá que esperar para ver hasta qué punto será grande o pequeño…

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