Prueba: Kymco Xciting 500 R ABS – Un lujo asumible

No es ningún secreto, pues, que todos sus competidores directos optan por mecánicas bicilíndricas, cuya consecuencia directa se nota en las prestaciones y la suavidad pero también en el precio, ya que en la mayoría de casos doblan el de este Kymco o incluso van más allá. Es, como bien lo define la propia marca, un scooter de lujo racional, que no se olvida de la manejabilidad ni del bolsillo de sus clientes.  Así y todo, 38 cv no son moco de pavo… Decir que el Xciting 500 R nació para dar guerra al insaciable T-Max no es del todo correcto, aunque seguro que algo de eso hubo en su momento. Basta con echar un ojo a los más de diez mil euros que cuesta el Yamaha para ver que está en otro nivel, que no juega a lo mismo. La propuesta de Kymco, aun siendo de la misma cilindrada, renuncia a algunos de los lujos y comodidades de sus rivales y se centra en cumplir en eso que es realmente importante, como por ejemplo una parte ciclo de garantías y un motor que cumpla en autopista pero que no le reste agilidad y comodidad en usos urbanos.

Ciertamente, con 38,4 cv está por debajo de los modelos más potentes del mercado, pero con un precio de tan sólo 4.890 € y un comportamiento intachable, podemos afirmar que es una opción muy interesante para quienes se planteen la compra de un scooter todo terreno, que tan pronto pueda estar circulando por el carril izquierdo de una autopista sin ningún problema como en medio de un embotellamiento a primera hora de la mañana. Y en este caso, la inclusión de un sistema ABS desarrollado por Bosch es muy de agradecer en un scooter que corre lo suficiente como para que no sea muy adecuado desvelar aquí y ahora dónde está su límite (más abajo ya veremos).

Divertido y enérgico

Que el Xciting 500 R opta por un solo cilindro se nota de inmediato en el tacto: sus vibraciones son notables pero en absoluto llegan a ser molestas. De hecho, como sucede en otros monocilíndricos grandes, va acompañado de un eje de balance que compensa las inercias, lo que ayuda a no echar en falta una finura mayor. En todo caso es un motor con nervio, con ganas de empujar desde muy abajo, y si no fuera porque la transmisión parece no dar al abasto en los primeros metros para asumir tanto ímpetu, saldría disparado como un cohete. En este sentido no deja de ser curioso que el SuperDink 300i, con sus 30 cv, salga más rápido desde parado.

Naturalmente, llega un momento en que la fuerza de su cilindro, que recorre a los balancines para accionar las dos parejas de válvulas en cabeza, entra en acción y empuja todo lo que le permite su cilindrada de 498 cc, y desde entonces hasta el final, el Xciting hace honor a su nombre: la velocidad crece y crece y es capaz de ponerse a 150 por hora en recta con relativa facilidad. Eso mismo, acompañado de un sonido ronco, deja claro que la presencia de la letra R en sus plásticos no es un simple adorno. Asimismo, es un motor que del mismo modo que es muy capaz de contenerse en los consumos por carretera, es bastante bebedor en ciudad.

Eso sí, da la sensación de que el marcador exagera un poco y la velocidad real está siempre por debajo de la que marca la aguja. Al menos, esa nos ha parecido. De todas maneras, una vez lanzado corre que se las pela, y si en recta llega a marcar los 150, en bajada puede incluso sobrepasar los 160. Insistimos, velocidades que nos han parecido algo exageradas y alejadas de la realidad, pero elevadas al fin y al cabo.

Datos técnicos

## A la altura de las circunstancias

Pero un maxiscooter GT como el Xciting, rápido y potente y con un carácter deportivo muy acentuado, debe ser igualmente seguro. Empezando por la frenada, decir que la esponjosidad que transmiten las manetas es una delicia, y que el ABS no se entromete más de la necesario. De hecho, llega a actuar en ocasiones y no nos damos ni cuenta. Además, con dos discos de perfil lobulado delante (de 280 mm) y otro detrás (de 240), junto a la presencia de pinzas tintadas en color rojo, deja entrever un potencial mayor de lo habitual en maxiscooters con un único cilindro.

También sorprende la adopción de unas horquillas hidráulicas con doble tija de aluminio, lo que nuevamente hace pensar en modelos de categoría superior y no en uno que se cotiza por debajo de los 5 mil. Detrás opta por una pareja de amortiguadores hidráulicos con cinco puntos de precarga, uno anclado al cárter y otro en el basculante. Todo ello, unido a un chasis de doble cuna superpuesta que se entrelaza en la parte superior del tubo de dirección y a una rueda de 15 delante y otra de 14 detrás, así como a la configuración de su motor, hace que el equilibrio entre estabilidad y rigidez por un lado y agilidad y maniobrabilidad por el otro sea digno de mención. Es decir, del mismo modo que se aguanta muy bien a ritmos elevados, una vez dejamos el gas y encaramos un giro, sorprende por lo fácil y rápido que resulta para un scooter de su tamaño.

Bien resuelto y con acabados de nivel

No todo lo bueno de este Kymco tiene que ver con el motor y la parte ciclo; hay más. En cuestión de estética, detalles y ergonomía, se nota que también se lo han tomado en serio estos tailandeses. Por ejemplo, aunque no es precisamente el modelo más reciente del mercado, su frontal con forma de punta de flecha y la presencia de diodos leds, igual que las siempre bienvenidas luces halógenas, dan muestra de su buen gusto. Naturalmente, es un scooter claramente deportivo, aunque de la misma manera no renuncia a la elegancia ni a los buenos acabados, y se nota.

No es tan habitual, por ejemplo, encontrarse con un tapón para la gasolina tan accesible y que se pueda abrir desde la misma cerradura multifunción. Ésta, además, te permite abrir el baúl con el motor encendido y goza de un sistema de seguridad que se acciona mediante la segunda llave de blindaje. También goza de unos retrovisores con un campo de visión inmejorable, y de un freno de estacionamiento fácil de accionar y bien situado.

En cuanto a la ergonomía, destacar que es un scooter cómodo y espacioso, que ofrece espacio para las piernas más que suficiente incluso para cuando las queremos estirar. Por su parte, las manetas de frenos regulables en múltiples posiciones, además del soporte para las lumbares (también regulable), son esa clase de cosas que ayudan a sentirse mejor a sus mandos. Por último, su ángulo de giro bastante acentuado, al lado de un asiento ancho pero bastante bajo, hace que sea relativamente fácil de mover en los atascos.   

Sería genial si…

No todo pueden ser ventajas, y en ciertos puntos flojea un poco. Por ejemplo, siendo tan grande como es, bien podría haber más espacio bajo el asiento, ya que es un hueco donde poca cosa más podemos cargar al lado de un casco integral; unos guantes y gracias. Es más, el gato hidráulico limita el grado de apertura del asiento, y resulta un poco molesto cuando cargamos o descargamos nuestras pertenencias. En cambio, sí que son muy oportunos la luz de cortesía y el soporte para el teléfono móvil, que quedará bien sujeto mientras se carga en la toma de corriente y no tendremos que preocuparnos por los golpes que pueda llevarse.

Por otro lado, la plataforma para los pies, de tan ancha y espaciosa que es, resulta molesta cuando movemos el Xciting para atrás para salir del estacionamiento, básicamente porque entra en contacto con nuestras piernas continuamente. Además, el caballete central exige bastante de nuestra parte al ponerlo, es algo duro aunque al mismo tiempo transmite mucha seguridad una vez está puesto. Por último, quizá se eche en falta una pantalla más envolvente que no nos fuerce a incorporarnos tanto hacia delante para sentirnos protegidos.

En conclusión

El Xciting 500 R es un scooter realmente completo: corre de forma considerable, se aguanta muy bien y frena con fuerza y tacto. Así pues, como nos invita a pensar su mismo nombre, conducirlo resulta excitante si nos lo proponemos. Además, parece que no le pasan los años porque estéticamente sigue estando al día, y, ciertamente, no se ha quedado rezagado ni en este sentido. En definitiva, un maxiscooter de los grandes que gracias al boca a boca ha ido encontrando su hueco en nuestro territorio. Algo bueno tendrá para que así haya sido.