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Prueba: Aprilia SR Max 125 – GT en estado puro

Lo comparte prácticamente todo con su primo hermano de Gilera, el Nexus, y carga sobre sus espaldas el peso de una misión bastante complicada.

Lo comparte prácticamente todo con su primo hermano de Gilera, el Nexus, y carga sobre sus espaldas el peso de una misión bastante complicada: hacerse un hueco en una categoría donde el X-Max y el SuperDink, los dos grandes colosos, no parecen muy dispuestos a renunciar a sus posiciones de privilegio. Ciertamente, los buenos argumentos no faltan en el SR Max 125... El nuevo SR Max 125, al beneficiarse de una base ya conocida como la del Nexus y de un motor de octavo de litro testado sobremanera en muchos scooters del grupo Piaggio, ha conseguido entre otras cosas presentarse con un precio más competitivo de lo que se podría esperar: 3.499 euros lo dejan incluso por debajo del Gilera (3.967 euros), del X-Max (4.099 euros) aunque, eso sí, por encima del SuperDink (2.999 euros). Sus bazas son una estética y unos grafismos muy de Aprilia, con detalles deportivos en todos los rincones, y unas prestaciones muy dignas incluso para un uso continuado por carretera.

Los colores disponibles son dos de los clásicos de la marca, como el blanco y el rojo combinados con el negro, aunque quizá no sea suficiente para desmarcarse con claridad del Nexus, que es, para bien o para mal, sumamente parecido por no decir que es exactamente el mismo scooter. De todas maneras, el SR Max luce una bandera tricolor en el frontal y un asiento de dos tonalidades que no hacen más que potenciar su identidad de maxiscooter GT de corte deportivo.

Un 125 rápido y alegre

De entrada, uno de los pequeños inconvenientes en esta clase de scooters, que al ser de grandes dimensiones lastran con un peso elevado, suele ser la capacidad de aceleración en los primeros metros. En este caso se subsana muy dignamente gracias a un motor que sube de vueltas con energía desde el principio. De hecho, basta con tener controlado el tacómetro para comprobarlo ya que con el gas a fondo raramente baja de las 9 mil revoluciones, una tendencia a girar rápido que también se percibe en su sonido.

Aun así, pese a girar bastante revolucionado todo el tiempo, es suave de tacto y un buen compañero en trayectos urbanos. Además, este monocilíndrico de 4 válvulas e inyección electrónica con 15 cv de potencia consume muy poco, lo que sumado al depósito de 15,5 litros da como resultado una autonomía extraordinaria para un 125 (de unos 400 km).

Esto último no hace más que confirmar que no se esconde en carretera abierta porque se siente cómodo entre 100 y 110 km/h de marcador, y si buscamos su límite sorprende cómo la aguja del velocímetro alcanza sin grandes esfuerzos los 130, justo antes de que se corte la inyección. Es más, un problema que suelen tener los maxiscooters deportivos de gran cilindrada es lo maltrecha que acaba la zona lumbar, debido tanto a las continuas aceleraciones como a la posición erguida, y aunque raramente suele suceder en la cilindrada pequeña, en este caso la deportividad es tal que al rato acabamos notando este tipo de molestias.

Datos técnicos
Marca y modelo Aprilia SR Max 125
Año 2011
Motor
Cilindrada 124 cc
Arquitectura Monocilíndrico 4V y 4T
Potencia (cv) 15 cv a 9250 rpm
Alimentación Inyección electrónica
Cambio Variador continuo (CVT)
Neumáticos de serie 120/70 - 15" (d) y 140/60 - 14" (t)
Chasis De tubos de acero tipo trellis
Suspensión delantera Horquillas telescópicas en acero de 35 mm
Suspensión trasera Doble amortiguador regulable en tres posiciones de precarga
Distancia entre ejes (m) 1,51
Frenos 260 mm (d) y 240 mm (t)
Peso (kg) ND
Velocidad máxima > 100 km/h
Precio (sin extras)
Euros 3.499
Más datosMenos datos

GT en estado puro

Naturalmente no toda la culpa es del motor y se nota igualmente su condición GT en el tarado de las suspensiones. En este sentido, el SR Max 125 apuesta por una dureza casi extrema, dejando claras sus pretensiones deportivas desde el principio. Las horquillas delanteras de 35 mm y el doble amortiguador trasero regulable en precarga priorizan el aplomo del scooter, y eso se agradece en conducción deportiva pero no es precisamente un sinónimo de confort. Asimismo, las llantas de 15 pulgadas en el tren delantero y de 14 en el trasero son, con la inestimable ayuda de una distancia entre ejes larga, una combinación necesaria para soportar ritmos elevados con garantías. Además frena con excepcional fuerza y ambas manetas nos transmiten buena información de todo cuanto acontece en el asfalto.

A mejorar

Al lado de los pequeños inconvenientes implícitos en un maxiscooter, que recordemos no es precisamente la mejor opción para moverse entre coches, llegar fácil al suelo y, en definitiva, no salir de la ciudad, hay algunos detalles en cierto modo mejorables. Por ejemplo que no tengamos una capacidad de carga suficiente para dos cascos integrales, como sí vemos, en cambio, en otros maxiscooters de la competencia directa de dimensiones muy similares. En este caso nos cabe un integral y demás pertenencias, que no está mal, pero queda claro que se ha priorizado el comportamiento deportivo y eso mismo pasa factura al resto de las cualidades, y ésta es, sin duda, una de ellas. En cualquier caso sí se han incluido un par de guanteras sin llave a lado y lado, aunque la de la derecha es menos práctica y espaciosa al incluir el orificio para el líquido refrigerante.

Luego, en caso de tener que viajar a dúo, nuestro acompañante lo pasará mal al subirse porque su plaza es ancha y se encuentra bastante elevada, y las asideras, que no rompen con la línea del scooter, no son muy ergonómicas y dejan poco espacio en donde cogerse. En cuanto a la posición a sus mandos sólo cabría destacar que no hay mucho espacio para estirar las piernas, si bien en la posición estándar van bastante relajadas y no es del todo imprescindible tener que desentumecerlas ya que el puente central es bastante estrecho y hay espacio de sobras.

Otro detalle, casi anecdótico, hace referencia a la posición de la pantalla, que de tan cercana que se encuentra chocaremos de un modo inevitable con el casco cuando vayamos, por ejemplo, a introducir la llave en la hendidura desde el lado izquierdo, al menos hasta que te acostumbras.   

Detalles interesantes

Otra faceta muy bien resuelta en el SR Max tiene que ver con el nivel de equipamiento y la calidad de algunos de sus detalles. Para empezar, los espejos tienen un buen campo de visión y apenas se notan vibraciones, lo que se traduce en seguridad sobre todo en los desplazamientos interurbanos. Además, el cuadro de instrumentos, con una pequeña esfera a la izquierda para el tacómetro y otra de mayor tamaño en el centro para el velocímetro, se beneficia igualmente de una pequeña pero muy útil pantalla digital con nivel de gasolina, velocidad media, kilómetros por litro, autonomía restante, y el resto de avisadores luminosos más clásicos; todo un lujo.

En resumen, se trata de un maxiscooter que en cierto modo no aporta nada nuevo al ser muy similar al Nexus, aunque su llegada con grafismos Aprilia y encima a un precio más contenido que el Gilera promete, por lo menos, tener mejor acogida en nuestro mercado. Y es que, aparte de una estética de corte muy deportivo y un motor que corre, muestra un aplomo y una estabilidad en curva sorprendente. Eso sí, no es del todo ágil en las maniobras y en los giros cerrados, pero en el fondo no deja de ser un problema de todos los maxiscooters.

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