Prueba: Mitsubishi ASX 200 DI-D 4WD – Algo casi perfecto

El ASX 200 DI-D ofrece mucho equipamiento a buen precio, un excelente motor desarrollado en casa al cien por cien y uno de los diseños que más se separan de los aburridos todocaminos que ya han invadido este segmento y una buena parte del mercado total. El ASX 200 DI-D 4WD cuesta 31.245 euros y es una alternativa real a la monotonía de los “casi 4x4”… Cuando la mayoría de los fabricantes de SUVs apuestan por conquistar a los clientes sólo por la estética (muchos diseños de llantas, barras en el techo, molduras especiales, spoilers, cromados y demás), Mitsubishi ha apostado por ofrecer líneas de equipamiento muy abundantes desde un primer momento aunque, eso sí, bastante cerradas. Ya desde la versión intermedia “Motion” se pueden disfrutar de atractivos equipamientos como la iluminación xenón con función adaptativa, llantas de 17” con neumáticos de baja resistencia a la rodadura, asistente de arranque en cuesta, entradas auxiliares para equipos de audio, bluetooth y siete airbags.

Por los 2.000 euros más que cuesta el acabado Kaiteki, los clientes recibirán además de esto, asientos de cuero con regulaciones eléctricas y calefactados, un sistema de sonido de primera calidad y una cámara de visión trasera para el aparcamiento.

Interior

Aunque no estamos ante un SUV que pueda considerarse lujoso, el ASX en esta terminación resulta bien equipado y está bastante cuidado en casi todos sus aspectos. Hay detalles que demuestran que se ha puesto interés a la hora de agradar al cliente e intentar hacerle todo más fácil, como la iluminación ambiental del techo panorámico, el cuero de los asientos, los numerosos huecos portaobjetos, la guantera refrigerada  o la zona de carga totalmente plana al abatir los respaldos traseros. En el lado menos bueno encontramos plásticos que, aunque tienen buena presencia por lo general y parecen resistentes al paso del tiempo, no están todo lo bien rematados que deberían. Por ejemplo, el plástico que cubre la base de los asientos delanteros está muy afilado, lo que impide introducir la mano por debajo para recoger objetos que se hayan podido caer (monedas, llaves, etc).

Incluso en esta versión tope de gama no encontraremos demasiada botonería por el habitáculo. Los controles de la climatización son los tres clásicos mandos giratorios y apenas disfrutaremos de más cosas que el botón de arranque, el control del sistema de tracción entre los asientos y un ordenador de a bordo correcto pero demasiado austero. El único aporte de lujo viene de la mano del sistema de navegación y sonido, a través de una pantalla táctil de 7 pulgadas y disco duro de 40 gb y un equipo de sonido de alto nivel firmado por el fabricante especializado Rockford Fosgate que cuenta con una potencia de 710 W y nueve altavoces. Suena de maravilla y, además, no hay que pagar ningún dinero extra por él.

El mejor de la gama

No es porque sea el propulsor más potente, sino porque parece el más equilibrado si queremos algo más que un SUV bonito que cumpla estrictamente con la rutina sin consumir demasiado combustible. El propulsor de esta versión, un 1.8 de 150 cv, es el que muestra un comportamiento más redondo en todos los sentidos: su aceleración es muy contundente y progresiva, recupera con rapidez tanto en quinta como en sexta marcha y por lo general es bastante silencioso. Además, el guiado del cambio manual es perfecto y el consumo de combustible puede ser bastante contenido siempre y cuando circulemos por asfalto en modo de tracción delantera. Nuestro ordenador de a bordo registró un consumo medio por nuestro recorrido habitual (ciudad y autovía) de 6,9 litros, lo cual le sitúa entre los más ahorradores de los SUV con potencias similares.

Un factor determinante para conseguir esta cifra es el sistema de parada y arranque automático del motor (AS&G), que además, funciona con bastante suavidad (no es de esos que te dan ganas de quitar en el segundo semáforo) y va ligado a una útil recomendación de cambio de marcha. Es un equipamiento que muchos de sus competidores no pueden tener ni siquiera como opción (el Qashqai, por ejemplo, acaba de incorporarlo sólo en el motor de gasolina menos potente y un Ford Kuga no lo tiene de momento en ninguna de sus versiones)

Datos técnicos

Es raro encontrar este tipo de cilindradas en el segmento SUV, donde casi siempre se acaba recurriendo a los dos litros de cubicaje con varios escalones de potencia. Este cuatro cilindros 1.8 de origen cien por cien Mitsubishi ofrece un par de 300 Nm, disponibles desde muy abajo, que pueden literalmente con todas las situaciones (plena carga, cinco ocupantes y pendientes muy pronunciadas en sexta velocidad). Sólo si descuidamos el cuentavueltas y lo dejamos caer por debajo de las 1.500 vueltas notaremos cierto “ahogo” que quizá una cilindrada superior superaría con más rapidez.

Como suele ser normal en estos todocaminos, los sistemas de tracción total suelen compensar siempre que el hielo o las pendientes de tierra vayan a ser algo frecuente en nuestro día a día. Si no, es una buena forma de ahorrarnos los casi 4.000 euros que cuesta. En este caso, si cabe, es aún más prescindible, ya que la altura libre al suelo (17 mm) no parece suficiente para tentar demasiados obstáculos. Lejos de ser una tracción permanente, este sistema 4WD utiliza un mecanismo parecido al del sistema Haldex, y es capaz de repartir par a las ruedas traseras cada vez que patinen las delanteras. En el caso de seleccionar el modo 4WD Lock, lo que hará será incrementar 1,5 veces la fuerza aplicada en el eje posterior.   

Más cómodo que sus rivales

El ASX nos ha parecido uno de los SUV que mejor combina la comodidad con las prestaciones, si bien no es el chasis más dinámico entre la competencia ni un 4x4 puro. En este sentido, un Skoda Yeti o un Ford Kuga presentan un tren de rodaje más firme y próximo al de un turismo, lo que permite trazados de curvas más limpios y más confiados de cara al conductor. Sin embargo, éstos no tienen la comodidad que ofrece el ASX en cualquier circunstancia (la capacidad para absorber irregularidades es muy buena, y se agradece sobre todo cuando viajamos a plena carga de maletero). La dirección eléctrica también es precisa, permite un guiado suave sin necesidad de constantes correcciones y además contribuye ligeramente al ahorro de combustible.

Otro de los puntos fuertes es que el ASX es un coche cómodo para viajar en las plazas traseras por la distancia amplia que hay para las piernas hasta el respaldo de los asientos delanteros. El conductor, por otra parte, dispone de regulaciones para el volante en altura y profundidad, además de asientos eléctricos y calefactables (de serie en esta versión).

Muy práctico para cargar

Dado que estamos ante una carrocería que apenas llega a los 4,30 metros (sorprendentemente un Opel Astra es 11 centímetros más largo), no es de extrañar que el espacio en la zona de carga permanezca en la zona media de la tabla comparativa del segmento. Sus 416 litros iniciales (más de lo que ofrece un Qashqai o un Kuga) son más aprovechables de lo que parece, y tanto el sencillo proceso para abatir los asientos traseros como el suelo de carga plano contribuyen a una carga fácil y cómoda de bultos pesados con los que el motor, recuérdenlo, no presentará queja alguna a la hora de moverlos. Tan sólo echamos en falta alguna red en el suelo de carga y sustituir la bandeja de cartón por una cortinilla extensible, la cual sería mucho más fácil de almacenar cuando necesitáramos todo el espacio de carga libre.

Cuesta creer que incluso en el modelo más caro la rueda de repuesto tampoco se haya incluido y sea sustituida por un kit reparapinchazos alojado en un compartimento bajo el suelo del maletero. Por tanto, no necesitamos más demostración que la de la propia marca para evidenciar que estamos ante un vehículo destinado única y exclusivamente al asfalto.

Resumen

El ASX parece el vehículo perfecto para quienes busquen un todocamino de dimensiones contenidas, muy manejable y bien equipado, y que ofrezca comodidad en casi cualquier circunstancia. No es, sin embargo, el coche ideal para quien busque el comportamiento de un turismo, el mejor espacio de carga o un coche especialmente lujoso en su interior. La mayor de sus virtudes es su motor diesel que, con una cilindrada algo más escasa que la de sus rivales, es capaz de hacer lo mismo con unas décimas menos de combustible y con bastante más suavidad. Aunque el precio no sea ninguna gana, el cliente recibirá grandes cantidades de satisfacción y sufrirá a la hora de encontrar pegas.