No se pensaba ni por asomo que un vehículo con dimensiones cercanas al 4x4 pudiera estar equipado al detalle (¿para que?, se pensaba) o que su tacto al volante incluyera estándares de marcada deportividad. El caso es que se han vendido 2 millones y medio de CR-V desde que vio la luz el primero. Ahora ésta es la tercera generación y viene con importantísimas novedades a nivel de seguridad, equipamiento y confort.  

Cuidado diseño, ahora mucho más interesante

Honda ha definido el público objetivo para este coche como “firmes trabajadores a diario a menudo impacientes por escapar el fin de semana”. Una idea en la que se trata, por tanto, de encontrar un equilibrio plausible y de dar salida a una necesaria ambivalencia. Ocio sin preocupaciones y distinción para la vida laboral. Dos conceptos unidos para un coche.

Entre los miembros del equipo cuyas manos han creado este coche había un experto en aerodinámica de Fórmula 1. De ahí que el coeficiente se haya reducido provocando una cifra de consumo más prudente y una mejorada sensación al volante. En esta transformación, además, participa la novedosa línea lateral redondeada y los dos niveles de parrillas delanteras, que dan al nuevo CR-V un aspecto mucho más personal e interesante. Además, la parte inferior del vehículo crea una fuerte sensación de tranquilidad y estabilidad.

A pesar de que se han acortado las medidas de la carrocería para ganar dinamismo, la habitabilidad se ha mejorado en todas y cada una de las cinco plazas. Además, gracias a que la rueda de repuesto ha dejado de adornar el portón y viaja ahora camuflada bajo el maletero, el volumen de carga ha crecido hasta alcanzar los casi 1000 litros si se abaten los asientos traseros.

Sensaciones en carretera: prudente y silencioso

El 2.0 i-Vtec es el motor de gasolina más alto que puede montar este coche. Se ha configurado con una potencia de 150 cv, que son suficientes para mover los 1608 kilos que pesa este todoterreno. La prueba la hemos realizado con el cambio automático y el resultado ha sido muy satisfactorio en ciudad, pero algo mas limitado en carretera.

El resultado general de la combinación motor-caja de cambios es aceptable aunque no uno de los mejores. Su comportamiento es correcto en marcha lenta ya que se mueve en márgenes de bajas revoluciones, haciendo la marcha relajada y silenciosa. Sin embargo, es limitado en carretera a velocidades altas. No posee una recuperación espectacular porque la respuesta del pedal se hace efectiva pasado más de un segundo. En ocasiones él coche detecta la pérdida considerable de par y reduce otra marcha más, ésta en menos tiempo.

La dirección al volante es precisa, suave y proporciona la firmeza necesaria para controlar los giros al milímetro. En cualquiera de los equipamientos del CR-V se puede disfrutar de ABS y del sistema de distribución electrónica de la frenada (EBD). Este Honda cuenta además con un reparto de par motor entre ejes mejorado con respecto a su predecesor y que confía mucha mas precisión al volante. La tracción total inteligente actúa en tiempo real y distribuye la fuerza a las ruedas según las condiciones de adherencia.

Una de las cosas más importantes que hay que valorar en este tipo de coches es el mecanismo de la suspensión. En este CR-V se ha aumentado ligeramente el recorrido de la amortiguación porque su centro de gravedad está ahora unos milímetros mas abajo. Esto quiere decir que perderemos deportividad pero a cambio ganaremos un poco más en confort. Un reajuste que permite trazados más arriesgados en carretera y que no compromete en casi ningún momento la estabilidad.

Equipamiento pensado en la seguridad activa

Los diferentes niveles de equipamiento en el CR-V son el Comfort, Elegance, Executive, Luxury, e Innova. Éste último es el que hemos probado nosotros y, a pesar del precio, resulta de lo mejor que puede incorporar un coche. Los niveles de confort son inmejorables, la seguridad activa es un factor clave y sobre todo, no faltan detalles de puertas para adentro.

El equipamiento multimedia incorpora mandos en el volante con el que controlas, entre otras cosas, el puerto de conexión de música exterior y los lectores de MP3 y WMA (útil para dispositivos móviles como agendas electrónicas).

El asiento del conductor es de regulación eléctrica y tanto éste como el del copiloto (de piel y calefactables) cuentan con apoyabrazos centrales independientes, un detalle que mejora increíblemente la comodidad en crucero y que se suma al entre otros muchos elementos. El equipamiento más alto lleva navegador DVD de serie, cámara de ayuda al aparcamiento, sistema bluetooth manos libres con reconocimiento de voz e incluso un puerto de conexión para señal de vídeo.

Pero lo mejor de este equipamiento es, sin duda, todas las posibilidades tecnológicas de seguridad. Además del control de crucero activo (ACC), el CR-V dispone de un inmejorable dispositivo que previene y reduce el riesgo de colisiones. Se llama CMBS (Collision Mitigation Brake System) y, gracias a un radar, es capaz de emitir avisos al conductor según el nivel de riesgo. Si el mecanismo considera que la distancia con respecto al coche de delante es peligrosa, emite una primera señal acústica. Si no se corrige esta distancia, entonces pasa a una advertencia física que consiste en tensar el cinturón del conductor.

Del acabado exterior, es imprescindible destacar las llantas de aluminio de 18 pulgadas y los faros de xenón. En los acabados más altos de gama, como éste, el CR-V contará con el sistema de Alumbrado Delantero Activo AFS que orienta las ópticas en función de la dirección del vehículo.

El Honda CR-V con éste motor 2.0 i-Vtec, acabado Innova y cambio automático puede adquirirse a un precio de 38.400 euros.