Esta semana, en AutoScout24 hemos preparado para vosotros un contenido pasional, pero práctico, pues trata sobre familiares de alto rendimiento. Son veloces, pero también amplios. El BMW M3 Touring se presenta como la opción tradicional por la concepción de su sistema de propulsión, que es 100% térmico, sin ningún apoyo eléctrico a la impulsión. Por el contrario, el Mercedes-AMG C 63 E Performance Estate representa la alternativa más vanguardista, quizá “hipertecnológica”, pues es híbrida enchufable, aunque pone la electrificación al servicio de las prestaciones más que de la sostenibilidad. Nuestro último vídeo examina ambas con detalle.
Lo más racional dentro de lo demencial: dos rancheras absurdamente ágiles, pero muy útiles
El M3 Touring y el C 63 Estate tienen en común su formato de carrocería, que cuenta con dos volúmenes en vez de tres, como los modelos de los que derivan (BMW Serie 3 y Mercedes-Benz Clase C, respectivamente), al igual que su longitud, que apenas es 5 centímetros mayor en el caso del producto de la estrella (son 4,79 metros versus 4,84). Obviamente, también coindicen en una buena habitabilidad y en una puesta a punto del chasis bastante radical, la cual invita a devorar puertos de montaña e incluso, para quien se atreva, circuitos cerrados. Además de, claro, una altísima carga tecnológica.
Igualmente, son coches que disponen de tracción integral, caja de cambios automática por convertidor de par y cifras de rendimiento susceptibles de infartar a más de uno: el M3 pasa de 0 a 100 km/h en 3,6 segundos y alcanza una velocidad máxima de 280 km/h, mientras que el C 63 logra esa aceleración en 3,4 segundos y llega idéntica punta, siendo en ambos casos con limitación electrónica y un paquete opcional. De lo contrario, no superan los 250 km/h, un número que sólo verás legalmente en la instrumentación si conduces en autopistas germanas.
Sobre el resto de cosas, son vehículos completamente distintos. El BMW lleva instalado un motor de gasolina con seis cilindros en línea, 3 litros y turboalimentación que desarrolla 510 CV de potencia y 650 Nm. Sólo opta a la etiqueta C de la DGT, que es la menos ventajosa, pero es un automóvil más ligero (1.940 kilogramos) y tiene más maletero (550 litros). El Mercedes combina un propulsor de gasolina con cuatro cilindros, 2 litros y turbo con uno eléctrico para entregar 680 CV y 1.020 Nm. Recibe el distintivo Eco, aunque pesa más (2.190 kg) y cuenta con mucho menos espacio para el equipaje (324 litros), fruto de equipar una batería que apenas concede 12 kilómetros teóricos en modo eléctrico.