La electrificación sigue imparable, no sólo para los grandes fabricantes de automóviles, también para los artesanales. Un claro ejemplo es este nuevo Wiesmann Project Thunderball, que mantiene su estilo retro pero cambia su motor BMW de gasolina por un sistema completamente electrificado.
Que no te engañe su apariencia del siglo pasado, porque este Thunderball incorpora un sistema eléctrico de última generación de 800 voltios, desarrollado en colaboración con Roding Automobile, gracias al cual sus prestaciones no sólo no envidian a las de las versiones de combustión sino que las superan.
El nuevo Wiesmann Project Thunderball cuenta con dos motores eléctricos síncronos de imanes permanentes montados en el eje trasero. Su potencia conjunta es de 671 CV y 1.100 Nm de par. Estas cifras hacen que su relación peso/potencia sea espectacular, con un ratio de sólo 2,5 kg por CV. Gracias a ello puede presumir de acelerar de 0-100 km/h en sólo 2,8 segundos.
Wiesmann Thunderball: 800 voltios y 300.000 euros
Para alimentar esos motores, el Wiesmann Thunderball incorpora una batería de iones de litio de 92 kWh de capacidad. Es una gran batería, suficiente para anunciar una autonomía estimada de 500 km. Su sistema de 800 voltios permite cargas rápidas de hasta 300 kW de potencia, lo que significa que en apenas 10 minutos es capaz de recuperar alrededor de 300 km de autonomía.
Para que las baterías no se frían con semejante chorro de energía entrando en ellas, el Wiesmann dispone de un sofisticado sistema de refrigeración líquida.
Al ser un sistema de 800 voltios, el Wiesmann también es capaz de recuperar mucha energía en las frenadas, de manera que es más eficiente. Mediante unas levas en el volante, en lugar de jugar con las marchas, podemos elegir más o menos freno motor cuando levantamos el pedal del acelerador, según las necesidades.
En total se pueden elegir 5 niveles de fuerza de frenado regenerativo.
Wiesmann Thunderball: refinamiento en los detalles
El interior es acorde con el que uno espera en un coche artesanal y de este precio. Repleto de cuero y materiales de calidad, al estilo retro de los Wiesmann de siempre se le han incorporado tecnologías del siglo XXI, con pantallas digitales para la instrumentación, paneles táctiles para los diferentes mandos, etc.
El resultado es llamativo y emana calidad y personalidad por cada esquina, perfectamente rematada.
Wiesmann espera producir mil unidades del Thunderball, cuya producción ya están en marcha con la máxima prioridad, hasta el punto de haber relegado el proyecto Gecko a un segundo plano para más adelante.
