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Prueba: Volkswagen Jetta 1.2 TSI 105 cv – Con esencia propia

En realidad, el Jetta podría considerarse uno de esos modelos “raros” dentro del mundo del automóvil.

Desde el año de su creación, en 1980, esta pequeña berlina ha vivido cinco cambios generacionales, ha cambiado de nombre hasta tres veces diferentes (Vento, Bora y Jetta) y ha sufrido tantos éxitos como batacazos en cifras de ventas según el continente desde donde contemos su historia. Y siempre con una exhaustiva dependencia del VW Golf, modelo del que en realidad ha derivado a lo largo de este tiempo. Sin embargo, en su sexta generación, el Jetta deja de estar a la sombra del hatchback por excelencia para ser un modelo con una base independiente. Igual que si hubiera alcanzado la mayoría de edad. El nuevo Jetta, aunque sigue perteneciendo a la clasificación de los modelos compactos, cuenta con 9 cm más que en la generación anterior, es decir, mide 4,64 metros. El estirón se ha notado tanto que ahora las diferencias con el Passat no pasan de los 13 centímetros. Por tanto, podríamos decir que se trata de una berlina en toda regla y no de la clásica adaptación de compacto en sedán.

Los de Wolfsburg, no obstante, siguen teniendo en el punto de mira algunos modelos que sí son derivados de compactos, como los nuevos Renault Fluence, Ford Focus Sedán o Mazda 3 Sport Sedan, aunque su prioridad es ahora competir con berlinas puras y duras como el Seat Exeo o el Chevrolet Cruze, más similares por tamaño. Esta vez sí pueden permitírselo.

Una anchura generosa y mucho maletero

Si queremos compararlo con otras alternativas dentro de la marca, el Jetta sorprende principalmente por la gran comodidad en cuanto a anchura en el habitáculo. La puerta queda bastante más separada del brazo del conductor que en el Golf, aportando la sensación de viajar más en una berlina como el Passat que en un compacto como el Golf. El espacio para las piernas es, además, más que suficiente para que personas muy corpulentas viajen relajadas. Lo mismo ocurre en la parte trasera, donde quedan muchos centímetros libres para las piernas de los ocupantes si el conductor es de una talla media (1,75-1,80 metros).

En el apartado de la regulación de los elementos de conducción (volante y asiento), estos disponen de todos los ajustes en altura y profundidad y permiten una regulación casi perfecta. Esta es una de las virtudes de casi todos los modelos firmados por Volkswagen, y aquí no iba a ser menos.  

El maletero, sin embargo, presenta muchas virtudes pero también algún que otro inconveniente. Por una parte, su capacidad es asombrosa:  510 litros en un cofre con una profundidad excelente y una boca de carga suficiente para introducir grandes bultos sin necesidad de inclinarlos, ponerlos de lado o retorcerlos demasiado. El fondo del mismo queda muy lejos, tanto que resulta casi imposible tocar el respaldo de los asientos traseros con las manos. Estos respaldos, por cierto, pueden abatirse desde un cómodo pulsador situado en la boca de carga, pero lamentablemente no dejan una superficie plana una vez abatidos. Esta es sin duda la pega más relevante que poner a su excelente capacidad de carga, superada por muy pocos de sus rivales.

Calidad de rodadura excelente

Apenas debemos poner pegas a la puesta a punto del chasis. Al menos con este pequeño propulsor, el Jetta es capaz de moverse de forma ágil, puede cambiar de trayectoria rápidamente con pocos esfuerzos sobre el volante, transfiere los pesos correctamente y la suspensión absorbe irregularidades con mucha soltura sin dejar de mandar información a las manos del conductor.

Datos técnicos
Marca y modelo Volkswagen Jetta
Versión 1.2 TSI 105 cv Bluemotion Tec.
Especificaciones
Longitud/anchura/altura (mm) 4644 / 1778 / 1482
Distancia entre ejes  (mm) 2.651
Diámetro de giro (m) 11,1
Peso (kg) 1.300
Volumen del maletero (l) 510
Neumáticos de serie 205/55 R16
Motor
Cilindrada (cc) 1197 ( 4 en línea)
Potencia (cv) 105 a 5.000 rpm
Par máximo (Nm/rpm) 175 / 1550-4100
Tracción Delantera
Transmisión Manual, 6 velocidades
Consumo
Combustible Gasolina
Urbano/Carretera/Combinado (l/100km) 6,6 / 4,6 / 5,3
Emisiones CO2 (gr/km) 123 ( Euro V)
Consumo durante test (l/100km) 5,6
Características
Aceleración 0-100 km/h (s) 10,9
Recuperación 80-100 km/h (s) en 4ª
Capacidad depósito (l) 55
Velocidad máxima 190
Precio (sin extras)
Euros 19.645
Equipamientos extras disponibles
Más datosMenos datos

En este sentido, el Jetta es una de las berlinas de pequeño tamaño más precisas que encontramos en el mercado y también una de las que mejor calidad de rodadura ofrece, no sólo por el excelente aislamiento acústico del habitáculo sino porque la aerodinámica juega un papel determinante a la hora de definirlo como un devorador de kilómetros. Lamentablemente, aquellos que quieran conseguir un Jetta más cómodo o más deportivo todavía deben saber que el chasis adaptativo DCC no está disponible para este modelo y queda reservado a sus dos alternativas, el Golf –por debajo – y el Passat – por arriba -.

Atendiendo a otros aspectos que afectan a la conducción, la dirección eléctrica con asistencia en función de la velocidad muestra una suavidad óptima en autopista, es cómoda y a la vez lo suficientemente firme para no tener que estar corrigiendo permanentemente. Sin embargo, a la hora de maniobrar, su elevado radio de giro se nota demasiado frente a la rapidez con la que se puede desenvolver un Golf.

Un  “downsized” encajado a la perfección

Es la opción más asequible y menos potente de toda la gama, y quizá por eso mismo ha sido interesante ponernos a sus mandos.  Aunque a priori parezca que un motor de estas características encaja mucho mejor en modelos como el VW Polo o el Seat Ibiza (donde debe mover unos 300 kilos menos), éste 1.2 TSI de 105 cv sorprende por la buena respuesta que ofrece al acelerador y por su refinado comportamiento en casi todo el margen del cuentavueltas.

No estamos ante un sprinter ni mucho menos, pero en realidad, conseguir llegar a los cien km/h (10,9 seg) no supone mucho más de un segundo de diferencia con respecto a un Polo con la misma motorización (9,8) y es prácticamente lo mismo que emplea el Golf de igual potencia (10,6). La aceleración se puede conseguir de una forma limpia y sin interrupciones gracias a que su par máximo (175 Nm) se entrega de forma plana durante un espectro muy amplio del régimen (apenas pasadas las 1.500 vueltas y hasta las 4.100).

Tampoco se plantea ningún problema en cuanto a las recuperaciones una vez lanzado. En sexta marcha el motor circula bastante desahogado (2.100 rpm a 110 km/h y 2.300 a 120 km/h) y a estas velocidades sigue conservando todavía una buena reserva de aceleración. Al hundir el pie a fondo, el pequeño TSI seguirá moviendo la aguja del velocímetro de forma lenta pero constante, eso sí, siempre no vayamos hasta arriba de ocupantes y de equipaje.

Así, su buen comportamiento en la parte baja del tacómetro y su excelente aislamiento sonoro hacen que sea una opción muy a tener en cuenta frente al 1.6 TDI de igual potencia (casi 1.000 euros más caro, menos refinado y sólo un litro más ahorrador). Con este motor (ayudado por las medidas Bluemotion como el Start/Stop o los neumáticos de baja resistencia), el Jetta ha registrado un consumo mixto de 5,6 litros en nuestra prueba.

Mucho dinero

Ésta es la única versión del Jetta que podemos conseguir por menos de 20.000 euros y, por muy bueno que nos parezca el motor, el equipamiento base se queda demasiado justo. Este precio resulta excesivo si lo comparamos con algunos de sus rivales en sus versiones básicas de gasolina, como el Chevrolet Cruze 1.6 de 124 cv (13.500 euros) o el Renault Fluence 1.6 de 110 cv (16.500 euros). Ambos modelos son menos amplios y gastan más combustible, pero tienen más potencia y la diferencia de precio sigue pareciendo demasiada.

La peor parte es que en la lista de equipamiento de serie del Jetta no entran ni siquiera el climatizador (340 euros), el volante multifunción (395 euros en un pack que incluye automatismo de luz y lluvia y ordenador de a bordo “Plus”), ni las conexiones de audio auxiliares (590 euros bajo otro pack con un equipo de audio superior). Añadiendo a éstos equipamientos un control de velocidad (200 euros), los controles de aparcamiento (520 euros) y la pintura metalizada (400 euros) nunca pagaremos menos de 22.000 euros por un Jetta bien equipado.

Resumen

El nuevo Jetta es un modelo caro pero equipado con este motor de acceso resulta una berlina con un tacto y una dinámica excelentes. Tiene uno de los mejores maleteros del segmento, un motor elástico, ahorrador y silencioso y, además, su habitabilidad permite mucha comodidad a lo largo de los kilómetros. La sexta generación del Jetta ha roto además con la frialdad de sus anteriores generaciones en cuanto a diseño y sin duda es una inversión elevada que puede merecer mucho la pena. Ya no es lo de antes.

¿Preparado para lo siguiente?

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