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Prueba: Peugeot CityStar 200i – Lo bueno se hace esperar

Después de una larga espera, al fin hemos podido conocer la nueva mecánica de 200 de Peugeot. De momento el afortunado es el CityStar, que aparte del aumento de cilindrada y prestaciones, es casi idéntico a la versión de 125.

Así, pues, si ya eran de sobras conocidas sus virtudes mecánicas, muy especialmente en cuanto a velocidad punta, suavidad y consumos, ahora se ven potenciadas con esta nueva versión de 200 repleta de tecnología de muy baja fricción.
Cuando el CityStar 125i llegó a mediados del 2011, lo que Peugeot mostró, en el fondo, fue una especie de Satelis más pensado para la ciudad, heredando el concepto del antiguo Elystar. Es decir, que aunque estéticamente fueran muy parecidos, el CityStar, de medidas más contenidas, se presentaba ya como un “GT compacto” y no como un maxiscooter. Aun así, no es que sea un scooter especialmente pequeño, pero su agilidad de movimientos es bastante superior que la del Satelis, aunque con ello se haya sacrificado parte de su elevado confort de marcha. Es, para que nos entendamos, una especie de mini-maxiscooter, pero con la gran diferencia de que tiene suelo plano.

Además, a diferencia del Satelis, el CityStar no tenía ninguna otra motorización más allá de la brillantísima de 125. Y aquí es donde entra el nuevo CityStar 200i. Lo especialmente novedoso, pues, es que mientras las otras veces Peugeot recurría al grupo Piaggio para los motores de sus modelos de media o gran cilindrada, este doscientos está íntegramente hecho en territorio francés. Que es así se nota porque comparte muchos argumentos con el 125, al que, dicho sea de paso, supera claramente en la respuesta al acelerador. Con todo, Peugeot no ofrece sólo un scooter que corre y que rezuma calidad automovilística por los cuatro costados, sino que lo hace haciendo del precio otro de sus principales reclamos. Desde sólo 3.299 euros el CityStar 200i ofrece un motor muy brillante, un estilo que apuesta por la elegancia, y un equipamiento que, como de costumbre, brilla también a un buen nivel muy alto.   

Con 190 cm3 y algunas similitudes

La primera sensación que te transmite el CityStar 200i respecto al 125 es la muy mejorada aceleración ya desde el principio. Eso sí, sorprende que a nivel de tacto apenas se diferencien, básicamente debido a que este nuevo motor, con 190 cc, no vibra mucho más y se muestra igual de suave. De hecho, prácticamente ni se nota el aumento de cilindrada, sino, más bien, como si simplemente lo hubieran destapado. En realidad no son más que cuatro la diferencia de caballos entre uno y otro, siendo en este caso la potencia declarada de 19.

Un aumento de prestaciones que también nos permite circular con mayor soltura por cualquier carretera. En línea recta no le cuesta nada poner la aguja en los 120 por hora, y si insistimos incluso podemos superar esta barrera con relativa facilidad. Una buena solución mecánica, claro está, para quienes necesiten un scooter que consuma poco en ciudad pero que no se quede corto en la carretera. Además, pese a su supuesta condición de scooter muy pensado para la ciudad, podemos decir que también se sabe defender fuera de ella.     

Menos de mucho es mucho

Sin embargo, claro está que el CityStar no es tan espacioso ni confortable ni le gusta tanto la carretera como al Satelis; aun así, cumple muy bien con los mínimos. Ofrece, por ejemplo, una protección aerodinámica suficiente, si bien la pantalla nos invita a acercarnos un poco para quedar mejor protegidos del viento. La carrocería tampoco es tan voluminosa ni envolvente y, por lo tanto, también protege menos. El asiento es relativamente cómodo aunque ni rastro de la gran butaca del Satelis con refuerzo para las lumbares. Donde sí brilla el CityStar 200i, igual que el 125, es en el gran espacio para los pies. En efecto, la libertad de movimientos para los pies que permite el amplio suelo plano es muy agradecida. Además, aunque aquí la distancia entre ejes es más corta que en el Satelis, no tenemos la sensación de estar demasiado cerca del manillar, siendo la sensación de espacio igualmente buena.

También cabe hacer mención de su espacio bajo el asiento. Aunque en él no caben dos cascos integrales, se puede decir que es bastante generoso y permite, sin problemas, dejar un integral junto a algunos objetos más, incluso al lado de un casco tipo jet. Un lujo para un scooter urbano, y una debilidad si lo seguimos viendo, a pesar de todo, como un maxiscooter convencional. Lo que no le vendría mal sería un gato hidráulico para mantener subido el asiento mientras cargamos o descargamos nuestras cosas. Por otro lado, el ya mencionado amplio espacio para los pies incluye también un práctico gancho porta bultos, permitiéndonos cargar con las bolsas de la compra sin complicaciones.

Buenas maneras

Aunque a priori la mecánica es la única novedad, también hay ciertos cambios en su comportamiento. La parte ciclo, por ejemplo, aunque siempre da la talla, sí que parece tener que trabajar más duro con las nuevas prestaciones. Al menos en la unidad de pruebas, los amortiguadores traseros estaban demasiado endurecidos en la precarga de los muelles, y esto hacía, a su vez, que las horquillas delanteras tuvieran que esforzarse más e incluso no notaran más blandas de lo que en realidad son. Más allá de esta sensación de ir un poco blando de delante y duro de detrás, la verdad es que el CityStar se muestra ágil en los giros y se aguanta muy bien en carretera.

La frenada, en este caso sin ABS, destaca muy mucho por su fuerza de detención, pero sí que, en cambio, te obliga a ejercer bastante fuerza en la maneta para aprovecharla en su plenitud. En ciudad también se agradece el gran margen de giro que te da el manillar, así como la altura contenida y las formas del asiento, que te permiten apoyarte con total confianza. El acompañante se beneficia de unos estribos plegables, así como de una plaza bastante espaciosa un poco por encima de la del conductor.    

Elegante y con detalles de nivel

Peugeot tiene por costumbre dar un toque de elegancia a toda su gama de scooters, en gran parte inspirada en los cánones estéticos marcados por la gama de automóviles. Esto mismo, aparte de potenciar más si cabe su imagen de marca, le permite dar con un tipo de scooter que se distingue fácilmente del resto, sobre todo gracias a la tan característica zona frontal. Así pues, ciertos detalles característicos de la marca siguen distinguiéndose en el CityStar 200i.

Uno, por ejemplo, el avisador acústico de los intermitentes, que te ayuda a no dejártelos nunca en marcha. Sí que se echan en falta, quizás, los amplios retrovisores con espejos panorámicos del Satelis, siendo en este caso más sencillos y estando situados de tal manera que a menudo los tocas sin querer con los brazos, al subir o al bajar. También nos gustó mucho la espaciosa guantera a mano izquierda, equipada además con toma de carga 12V. Curiosas son las pequeñas viseras que rodean las tres esferas del cuadro de instrumentos, que, al menos en el caso de la del velocímetro, resta un poco de visibilidad cuando queremos consultar la velocidad que marca la aguja más allá de los ochenta por hora, a partir de donde los números ya no se ven tan bien.

Conclusión

Lo bueno de las motorizaciones de 200 cc como la del nuevo CityStar es que te permiten moverte con más soltura por carretera sin que ello suponga un exceso de vibraciones debidas a su cilindrada. Cuesta, en realidad, distinguirlo de un 125 a nivel de suavidad y baja rumorosidad. De hecho, si no fuera por su impetuosa reacción inicial, el sonido y el tacto son sorprendentemente parecidos al de la mecánica que hasta ahora conocíamos, la de 125, igualmente fabricada por Peugeot. Incluso parece trabajar en un régimen de giro muy parejo, siendo la diferencia en el régimen máximo de sólo unas 700 revoluciones.

La pena es que haya tardado tanto cuando ya se sabía de la existencia de esta versión de 200. De hecho, se esperaba para justo después del 125, pero entre una cosa y la otra no ha sido hasta este 2013 que los clientes pueden, al fin, hacerse con él. Por otro lado, no deja de ser sorprendente la poca variedad de modelos que hay en esta cilindrada, puesto que su competencia más directa no va mucho más allá del Suzuki Burgman 200 y el Joyride 200i EVO de Sym. En cualquier caso, lo mejor de esta cilindrada es que consume poco más que un 125 en ciudad, supuestamente su territorio más habitual, y gira mejor cuando toca coger la carretera, que no poca gente lo hace a menudo. Veremos si más adelante nos llega también el Peugeot Satelis 200i.  

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