
Gracias al motor Wankel, el Mazda RX-8 es un virtuoso del que algún que otro fanático de la técnica se ha enamorado perdidamente.

Vaya por delante que con un diseño tan sport, racing, deportivo o como quieran llamarlo, es difícil no resultar atractivo. Y es que este coche, en principio, lo tiene todo.



















