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Mazda3 2.0 SKYACTIV-G 122 CV Zenith Black Style: Marca la diferencia

Mazda ha dado un salto gigantesco con última generación del Mazda3. Atractivo, sofisticado y con un tacto deportivo excelente. Todo ello aderezado por un motor resultón y muy suave cuya principal virtud es la etiqueta ECO que porta.

Recuerdo, no sin cierta melancolía, cómo uno de los primeros modelos que se encargaron de estrenar mi labor periodística fue el Mazda3 MPS. Una auténtica máquina desarrollada para emocionar a todo aquel que tuviera la suerte de ponerse a sus mandos. No obstante, si por algo le recuerdo es más por lo que ofrecía en marcha que por lo que se veía a simple vista. La siguiente generación del Mazda3 fue puliendo el aspecto estético pero, en cambio, reducía esa emoción de conducción.

Pero ahora, con esta última generación, ambas cualidades están, por fin, más unidas que nunca. Hace unos meses pudimos saborearlo a modo de aperitivo durante la toma de contacto realizada por Portugal para, ahora, confirmarlo más pausadamente en esta prueba en profundidad. Una semana que nos ha servido para comprobar las muchas virtudes que atesora este nuevo Mazda3 y que le permitirán convertirse en toda una referencia de su segmento, sin obviar eso sí, algunos puntos negros que han de ser mejorados para que el éxito sea rotundo.

Cautivador

Que el diseño es la primera variable de compra es algo que los responsables de desarrollo del modelo parecen conocer a fondo. De lo contrario sería difícil justificar el excelente trabajo realizado por el equipo de diseñadores de Mazda para trazar las líneas de este Mazda3. Sin temor a equivocarnos, el compacto nipón es, probablemente, uno de los más bellos y atractivos de su categoría.

Siguiendo la estela impuesta por el prototipo Kai Concept, el conjunto ofrece un equilibrio perfecto entre elegancia y deportividad, con un frontal afilado y, sobre todo, una zaga ancha y voluminosa en la que predomina un pilar C redondeado y con una gran superficie. Elemento que, como veremos, incide negativamente en su habitabilidad posterior.

El conjunto, cuya longitud queda cifrada en 4,46 metros (un centímetro menos que su predecesor, que completa su vistosidad con una paleta de colores liderada por el ya característico Soul Red Crystal metalizado, al que se suman unas atractivas llantas de 18 pulgadas.

Por encima de la media

De puertas para dentro, la mejora visual es significativa. Mazda lleva años invirtiendo mucho dinero y desarrollo en la mejora de la calidad percibida. Hecho que se comprueba eb los últimos productos de la firma, tales como el CX-5 o el Mazda6, quienes han conseguido elevar un peldaño el estatus de la firma.

En el caso del Mazda3 ocurre algo similar. Lo mires por donde lo mires y lo toques por donde lo toques, destila calidad. Cierto es que nuestra unidad, así como las testadas en Portugal, correspondían con los acabados más altos de la gama pero damos fe que el recubrimiento de cuero del salpicadero así como los perfectos ajustes son un común denominador al resto de la gama.

También lo es la pantalla central de 8,8 pulgadas situada, a nuestro gusto, un tanto hundida en las propias líneas del salpicadero. Su forma recuerda ligeramente a la empleada por BMW pero en este caso carece de función táctil (quizá por estar tan metida), por lo que la única forma de manejarla es a través del mando circular situado tras la palanca de cambios. Desde ella controlamos, con rapidez e intuición, todas las funciones del vehículo.

La digitalización se completa con una pantalla TFT de 7 pulgadas situada entre los relojes del cuadro de instrumentos que ofrece las informaciones justas y necesarias así como por u Head-up display que proyecta la información en el parabrisas central (al estilo de los coches Premium), pero que resulta opcional.

Espacio justito

Si nos centramos en la habitabilidad, pocas críticas referidas hacia el puesto de conducción. La amplia regulación del asiento permite que encontremos con facilidad la postura. El volante, de tacto y tamaño perfecto se adapta perfectamente a nuestras manos, mientras que la mayoría de mandos se encuentran muy a mano.

Detrás la percepción cambia. La caída del techo limita el espacio para ocupantes de 1,85 metros (una cota que no está mal en todo caso) al tiempo que nos obliga a estar atentos a la hora de acceder a ellas, mientras que la anchura será, como en el resto de rivales de su categoría, algo justa para tres y perfecta para dos. El hueco para las piernas, por su parte, es suficiente para personas de talla media. Entonces ¿en qué falla? Pues en la luminosidad y en la sensación visual de amplitud.

Aquí es donde el pilar C antes comentado incide directamente al reducir la superficie de la ventanilla trasera, hecho al que también contribuye una elevada línea de cintura. En la práctica, quien viaje detrás quizá siente algo de claustrofobia visual.

En cuanto al maletero, los 385 litros resultan ser bastante útiles pero dada la cota de longitud que presenta, y que le sitúa en la zona alta de la categoría, no hubiera estado de más sacar algún que otro litro adicional. Aunque la boca de acceso es amplia y las regulares formas del interior son muy aprovechables, el umbral queda algo alto y se echan en falta soluciones de enganche. Quien necesite más capacidad podrá abatir los respaldos y gozar de los 1.026 litros disponibles o pagar 500 € más y optar por la carrocería Sedán cuya capacidad inicial es de 450 litros.

Manda la gasolina

En el apartado mecánico, Mazda es consciente del vuelco que ha dado el sector en términos de elección de combustible y por ello propone una gama más enfocada hacia la gasolina, al ofertar dos alternativas. Eso no implica que haya eliminado el diésel, pues este seguirá estando presente en forma del 1.8 SKYACTIV-D de 116 CV. Un bloque pensado para aquellos que realicen un elevado número de kilómetros y quieran, además, ver cómo su gasto de combustible es prácticamente nulo.

No obstante, como decimos, el mayor grueso de las ventas irá a parar principalmente al bloque que anima nuestra unidad, y que no es otro que el 2.0 SKYACTIV-G de 122 CV. Mazda sigue apostando por bloques aspirados pero ha realizado importantes mejoras en post de reducir el consumo tales como la implantación del sistema de desconexión de cilindros o, más importante aún, de la tecnología micro-híbrida mediante batería de 24 V.

Un sistema este último que no solo aporta un ahorro adicional gracias a la energía recuperada por el sistema, sino que le permite hacer gala de la etiqueta ECO de la DGT y, por ende, de todos sus beneficios fiscales y económicos. ¿Entendemos ahora por qué será el más demandado? A finales de este mes de septiembre se le unirá el revolucionario SKYACTIV-X con un inédito método de combustión con encendido por compresión controlado por chispa (SPCCI) desarrollado íntegramente por Mazda.

Suavidad ante todo

Más allá de su teórica eficiencia, este SKYACTIV-G destaca, sobre todo, por su suavidad de rodadura. Se nota su condición de atmosférico, al ofrecer una respuesta progresiva y muy lineal en un régimen inferior a las 3.000 rpm el cual acaba por desatarse al sobrepasar las 4.000 vueltas. Somos conscientes de que, en condiciones normales, nadie circulará de manera constante en ese rango, pero si queremos pasar un buen rato al volante, no deberemos bajar de dicho régimen.

Pese a todo, su respuesta encandila. Suave, sin vibraciones y, sobre todo, con unos socios de lujo como son la transmisión manual de seis relaciones, la dirección y el chasis. Puede que en algún momento el motor parezca que carece de fuerza, o que incluso el consumo no llega a ser todo lo ajustado que le presuponíamos (durante la prueba la cifra no bajó de los 6,7 l/100 km) pero si nos ceñimos al apartado dinámico, ningún pero podemos achacarle.

Bien ajustado

Una de las grandes virtudes de este Mazda3 es, sin duda, la puesta a punto de su chasis. Calibrada para priorizar el confort de sus ocupantes, su esquema de suspensiones ofrece un tarado firme que elimina cualquier balanceo de la carrocería. Por vía rápida parece que estemos en un vehículo de segmento superior, gracias a su perfecto filtrado, mientras que por tramos sinuosos hace gala de una estabilidad encomiable.

Como decimos, socios de lujo son tanto la dirección como la transmisión. Extremadamente precisas, la primera informa con rapidez de cualquier movimiento que realicemos, mientras que la segunda ofrece un escalonamiento perfecto de sus relaciones y un tacto rapidísimo que evoca al de algún deportivo de pura cepa.

Aspiraciones premium

En lo que a precios se refiere, la gama del Mazda3 asociada a este motor de gasolina arranca en unos más que atractivos 23.765 € correspondientes al acabado Origin. Cuantía que aumenta hasta los 26.465 € en el caso de nuestra unidad, dotada del nivel más alto, el Zenith que suma a su cartera de elementos de serie los faros Full LED matriciales delanteros, sistema de sonido BOSE con 12 altavoces, retrovisor interior sin marco y llantas de aleación de 18 pulgadas.

Este es un acabado destinado a quienes no quieren correr riesgos de dejarse nada y, por ello, es el único que puede combinar los pack optativos Safety (1.000 €) con un mayor número de asistentes y Safety Black (1.800 €) con tapicería de cuero negra, asientos delanteros eléctricos con función memoria y calefaccón, ambos incluidos en nuestra unidad.

En definitiva, mucho han cambiado las cosas desde que probara aquel Mazda3 MPS. Ahora, el compacto nipón carece de una versión tan prestacional pero en términos de pasión y diversión al volante, los ingenieros de la firma nipona han sabido proyectar muchas de sus virtudes a un vehículo destinado para el día a día. Todo ello sin obviar un diseño y un tacto general que es capaz de mirar sin vergüenza a algún que otro modelo Premium.

Ficha Técnica Mazda3 SKYACTIV-G 122 CV Zenith Safety Black

Motor: Gasolina, cuatro cilindros en línea, atmosférico

Cilindrada: 1.998 cm3

Potencia: 122 CV a 6.000 rpm

Par: 213 Nm a 4.000rpm

Velocidad Máxima: 197 km/h

0-100 km/h: 10,4 seg.

Consumo mixto (WLTP): 6,3 l/100 km

Consumo mixto (prueba): 6,9 l/100 km

Emisiones CO2 (WLTP): 142 gr/km

Dimensiones: 4.460 / 1.795 / 1.435 milímetros

Maletero: 358-1.026 litros

Peso: 1.274 kg.

Cambio: Manual de seis velocidades

Depósito: 51 litros

Precio: 26.465

Precio ud. probada: 33.851 euros

¿Preparado para lo siguiente?

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