Mientras sorteamos una trialera al ralentí a bordo del nuevo Range Rover, nos viene a la mente el latiguillo con el que James Bond pide de forma recurrente su clásico Martini.
Exagerados, aparatosos y hasta ostentosos.
El precio de la versión diésel del Range Rover es el único obstáculo duro que encontrará cualquier apasionado de los offroad lujosos.