El Jeep Avenger fue presentado en 2022 y lanzado en España un año más tarde como el coche más pequeño de la marca norteamericana (propiedad de Stellantis) en la actualidad. Lo hizo con versiones de gasolina, híbrida no enchufable y eléctrica con todas las etiquetas de la DGT disponibles y potencias de 100 a 156 CV. A principios de 2024, la firma anunció una versión con tracción integral (pues considera que no puede tener un solo modelo sin ella) llamada 4xe, que es híbrida y usa un propulsor eléctrico auxiliar para mover el eje posterior. Hemos conducido recientemente esta última, a la venta desde hace unos pocos meses, sobre terrenos abruptos y superficies deslizantes. Asombra, de verdad…
Un auténtico SUV aventurero: diferencias clave entre el Jeep Avenger 4xe y el convencional
Más allá de una estética que puede parecer más llamativa e incluso robusta, lo cierto es que el Avenger 4xe incorpora multitud de componentes funcionales para facilitar la conducción fuera del asfalto. A simple vista, se observa que esta versión se distingue de la de tracción delantera (con independencia de su sistema de propulsión) por elementos como una llantas negras de 17 pulgadas, un capó con vinilo mate para evitar deslumbramientos por el reflejo solar al afrontar remontes, unos neumáticos M+S con agarre optimizado en barro y nieve que, opcionalmente, pueden ser de tacos (aún más adherencia a costa de peor confort en carretera) o un gancho de remolque. Sobresale de la defensa trasera y sirve para atar eslingas en caso de atrapamiento.
Menos llamativo, pues no es tan evidente a menos que se observe con detalle y se compare con un Avenger normal (4x2) al lado, es el caso de unos parachoques ligeramente diferentes con un material plástico más resistente a los golpes y arañazos, un diseño específico de las luces antiniebla, unos railes longitudinales en el techo, un cubrecarter metálico (entre otras protecciones adicionales de los bajos), unos logotipos originales de la versión o unas mejores cotas todoterreno, encabezadas por una altura libre al suelo incrementada hasta los 21 cm y una capacidad de vadeo de hasta 40 cm, que son cifras muy buenas para la categoría B-SUV.
En el interior se ha apostado por un aspecto distinto y más apto para resistir el maltrato tras circular en contextos exigentes, susceptibles de tener tierra, piedras, lodo o todo al mismo tiempo. Más allá de ligeras divergencias en la ornamentación, el habitáculo se equipa con tapicería y alfombrillas impermeables, fáciles de lavar con una simple manguera de agua. Sin embargo, se echan en falta asideros laterales, esenciales si se practica el “offroad” con más personas a bordo. A cambio, se ha modificado el salpicadero para que el acompañante del conductor tenga una pieza interior donde sujetarse.
En cuanto a su sistema híbrido, está compuesto por un motor de gasolina tricilíndrico con 1,2 litros de cubicaje y 136 CV que se asocia a dos eléctricos, uno por eje. Cualquiera de estos dos últimos tiene 29 CV y es capaz de impulsar el coche. La potencia total combinada es de 145 CV y no existe una conexión física o mecánica entre ejes, de modo que no se recurre a un árbol de transmisión convencional para lograr la tracción integral. La caja de cambios es automática de doble embrague con baño en aceite y la aceleración de 0 a 100 km/h se logra en 9,5 segundos.
Impresiones en acción: un 4x4 soberbio y eficiente
Partiendo de la base de que el Avenger 4xe no deja de ser un SUV utilitario con 4,08 metros de largo que homologa un consumo medio WLTP de sólo 5,4 l/100 km (acompañado del virtuoso distintivo Eco), su comportamiento en terrenos complicados es prodigioso. Los responsables de Jeep en España nos invitaron a ponerlo a prueba vadeando un río bastante profundo y con corriente, circulando por caminos de piedra alarmantemente rotos o por pistas forestales con barro fresco y pastoso. Superó todo como si nada.
Por sacarle una pega, el ángulo de aproximación, de entrada o de ataque de este automóvil es menos generoso de lo habitual en un todocamino con grandes pretensiones fuera del asfalto (sólo ofrece 22 grados, por los 21 de giro y 35 de salida) y es más probable rozar con la parte delantera en irregularidades muy prominentes o en algunos cruces de puentes. Nada que no se pueda perdonar teniendo en cuenta que el resto de cotas son competentes, que el sistema 4x4 hibridado funciona de forma excelente (hasta 90 km/h y con un pico de 1.900 Nm de par en las ruedas cuando es necesario gracias a una especie de reductora) y que estamos ante un vehículo versátil que concede buena habitabilidad y maniobrabilidad. Además, incluye unos perfiles de conducción para entornos desafiantes.
Dependiendo del modo seleccionado, a bajas velocidades (hasta 30 km/h) se mantiene una tracción permanente en las cuatro ruedas con un reparto de par equitativo entre los ejes. En cambio, a velocidades medias (de 30 a 90 km/h), la motricidad posterior sólo se activa cuando es necesario para mejorar la eficiencia, ya que la batería que alimenta el propulsor trasero (y delantero) se carga mediante el térmico en circulación agreste. Disponible desde 32.500 euros.