Citroën registra su quinto año consecutivo de crecimiento y es la segunda marca líder de ventas diésel en todo el mercado nacional. El objetivo de la firma del doble chevrón es continuar esta dinámica ascendente que, en parte, vendrá liderada por su nuevo modelo referente y del que ahora hablaremos, el C5 Aircross.

En su justa medida

Este nuevo C5 Aircross no destaca principalmente por un diseño espectacular pero sí mantiene una línea continuista respecto al resto de la gama Citroën. 4,50 metros de rasgos afilados para otorgarle una apariencia más aerodinámica y 1,84 metros de ancho para darle el aplomo que necesita un SUV de esta categoría. Por su complexión, compite con modelos como el Kuga, Tucson, 3008 o Karoq. Todo esto siempre en términos teóricos, donde la rivalidad se mide en medidas, motores y precios. Porque si realmente les comparamos en habitabilidad y confort de marcha, podríamos decir que este modelo galo no tiene rival.

Insonorizado

Es cierto que no es del todo ético afirmar categóricamente que este coche no tiene rival en cuanto a confort y espacio se refiere. Pero os instamos a que tengáis la oportunidad de subiros a los mandos de este buque. Un coche trabajado principalmente en asientos y suspensiones.

Citroën saca pecho de su programa Advanced Confort. Da igual donde decidamos tomar asiento porque las butacas de este modelo cuentan con una espuma de 15 mm de grosor que logra envolver al pasajero para reducir casi a cero la fatiga. Además, la fila trasera cuenta con tres butacas individuales, algo inédito en el segmento y principal ventaja de este C5 Aircross respecto a sus rivales en lo que a habitabilidad se refiere.

Está claro que por dentro está un peldaño por encima (o dos) de la media. Y en la práctica no se queda atrás. Este C-SUV es uno de los coches más cómodos, tranquilos y suaves que se pueden conducir hoy en día. Parte de culpa la tiene la suspensión de amortiguadores progresivos hidráulicos que ya vimos en el C4 Cactus. Este sistema comprime y extiende el muelle del amortiguador para absorber el 100% de las irregularidades del terreno y conseguir un habitáculo insonorizado.

Esta tecnología, sumada a los 23 cm de altura libre al suelo, permiten al gigantón francés adentrarse en terrenos ligeramente rotos para jugar un poco con el sistema de motricidad avanzada Grip Control. En la consola central contamos con una rueda para poder adaptar la motricidad a nieve, arena o barro además de dos botones adicionales para configurar la conducción a modo ECO o SPORT.

Mismo rendimiento, mejor consumo

Hace apenas un mes os trajimos la prueba a fondo del motor gasolina con transmisión automática donde ya os contamos las infinitas ventajas de este modelo. Para contrastar, hemos probado el motor diésel asociado también a la caja automática de 8 relaciones.

El rendimiento es prácticamente idéntico, es decir, muy bueno. El motor no suena, no filtra ninguna vibración durante la marcha y responde desde muy abajo para ofrecernos empuje en cualquier rango de revoluciones. Aunque se parezcan mucho ambos motores por potencia y rendimiento práctico, hay una pequeña diferencia. El consumo.

Durante algo más de 100 kilómetros rodados en las tierras gallegas de Sanxenxo, el ordenador de abordo cerró el consumo en 6,4 litros. Pese a ser un litro más del homologado, la cifra es muy buena ya que el rodaje lo hicimos principalmente por carretera comarcal, donde siempre se le exige un poco más al coche. En tramos de carretera abierta, el coche es capaz de rodar en torno a los 5 litros sin problemas mientras que en ciudad no podremos bajarlo de los 7.

Todo esto nos hace entender por qué el jefe de producto de Citroën nos comentó que la demonización del diésel es incomprensible. Este C5 Aircross es el claro ejemplo de que diésel y gasolina pueden convivir y repartirse el éxito. En este primer año de vida comercial, el 52% de las ventas del modelo son de motores gasolina y el otro 48% de diésel. La gente lo sigue comprando, la gente apuesta por ello sobre todo si el rendimiento es tan bueno como en este caso.

Presente y futuro

Una vez aclarado que el modelo galo es casi la mejor apuesta para una familia amplia y viajera toca repasar las expectativas de la marca para su futuro más cercano. El C5 Aircross tendrá una versión PHEV en 2020, mismo año en el cual Citroën tendrá siempre una versión electrificada de toda su gama. El objetivo es que para 2025, el 100% de la familia Citroën sea electrificada.

Además, pendientes de producción están los Concept Car que conocimos hace un tiempo. El urbano Ami One y el vanguardista 19_19. Dos modelos que prometen cambiar el concepto de la automoción (como ya pasó hace décadas) pero que aún están por definir.

El precio de partida actual del Citroën C5 Aircross es de 19.990€ para la versión gasolina de 130 CV en el acabado más básico. Un amplio de rango de precio que concluye en 33.000€ de inicio para la versión diésel más equipada de 180 CV.

En definitiva, estamos ante un coche de diseño llamativo y acabados interiores buenos. Con una eficiencia del motor notable, una habitabilidad sobresaliente y un confort de marcha de matrícula de honor. El cliente potencial de este sector busca tragar kilómetros, hacerlo cómodamente y tener espacio para maletas y para los niños. Por tanto y afirmándolo categóricamente, el Citroën C5 Aircross es la mejor apuesta actual del segmento C-SUV.