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Prueba: Citroën C4 PureTech 130 Shine – Haciéndose camino

Tras subir de nuevo como la espuma con el estreno de su segunda generación, el C4 ha visto como en los dos últimos años su popularidad ha caído entre la competencia. Para intentar paliarlo, a principios del año pasado la marca decidió actualizarlo ligeramente.

Un restyling que, sorprendentemente, no ha cuajado del todo pese a haber ganado en atractivo y sobre todo en eficiencia. Nosotros hemos probado en profundidad una de sus mecánicas más interesantes: el PureTech de 130 CV, un propulsor con muy buenos argumentos que te hará replantearte si es necesario optar por el diésel. Al igual que ocurre con las estrellas de Hollywood, el sector de la automoción devora la fama de los que, una vez, fueron los grandes protagonistas. En este sentido, nos viene que ni pintada la popular frase de “cualquier tiempo pasado fue mejor” para describir, brevemente la historia de los últimos años de nuestro protagonista: el Citroën C4 (ver todas las ofertas de este modelo).

Desde que en 2010 se pusiera a la venta su segunda generación, las ventas del compacto galo no hicieron más que subir hasta el punto de que volvió a recuperar el primer puesto de su segmento. Sin embargo, en un segmento en donde no estar al día se paga caro, provocó que, al poco tiempo, el C4 se viera relegado a posiciones menos importantes. De hecho, en 2014 las ventas del compacto francés se estancaron al ocupar el quinto lugar con 12.299 unidades. Cifras que, curiosamente, empeoraron el año pasado al bajar hasta las 9.516 matriculaciones, colocándole fuera del ‘top 10’.

Un dato que nos resulta muy sorprendente. Más aún si tenemos en cuenta que hace exactamente un año sufrió un ligero lavado de cara para intentar regresar a las posiciones más altas de su segmento. Bien es cierto que dicha actualización resultó ser demasiado continuista en lo que a diseño se refiere pero con la mejora de equipamiento y, sobre todo, con la llegada de propulsores más eficientes, desde la marca gala estaban seguros del resurgimiento del C4.

Igual por fuera, nuevo por dentro

Externamente, el renovado C4 se caracteriza por ofrecer, en esencia, la misma imagen que la del modelo de 2011 pero con unas líneas más estilizadas. Gran parte de culpa la tiene el montaje de nuevos grupos ópticos, tanto delanteros como traseros, que echan mano de la tecnología LED para ofrecer una apariencia más dinámica. En la parte delantera se ha añadido una nueva tira de luz diurna al tiempo que se han rediseñado los paneles reflectantes, mientras que los pilotos traseros cuentan con un efecto tridimensional que da mayor profundidad a los mismos. Los nuevos colores en gris de la carrocería y el nuevo juego de llantas de aleación de 17 pulgadas, denominado Miami, completan la actualización externa de este C4.

Puede que la imagen externa de este C4 nos deje algo fríos y con la impresión de haber gastado nuestro dinero en tener un producto casi idéntico al de 2011. Pero esta sensación se reduce considerablemente al entrar en el habitáculo. Sí, los más exigentes quizá vean también un interior igual de continuista pero el re-estilizado compacto ha querido dar un salto minimalista al rediseñar la consola central.

Esta sigue estando presidida por una pantalla de 7 pulgadas cuya principal novedad es que ahora es táctil. Otro cambio importante se centra en la eliminación de toda la botonera situada bajo la misma, sustituyéndola por una única tira de comandos que aglutina gran mayoría de las funciones del vehículo (datos, navegación, radio, teléfono, el Citroën Connect Box y los ajustes). Del mismo modo, el volante, que sigue siendo especialmente grande, ha suprimido los comandos inferiores mientras que el cuadro de instrumentos ha reducido el número de informaciones y de menús.

El resto de modificaciones se centraron en la mejora de la vida a bordo con la inclusión de nuevas tapicerías para los asientos, en la mejora del aislamiento y en la introducción de nuevas opciones de equipamiento como el estreno de un sistema de acceso y arranque sin llave o el freno de estacionamiento eléctrico.

Todo ello acompañado de unos acabados aceptables con un salpicadero que combina materiales mullidos con plásticos más duros y de un tacto algo tosco (como los de la propia botonera central); mientras que la habitabilidad no sufre variación alguna. En este sentido, el C4 sigue destacando por su excelente dato de maletero, el cual se mantiene en 408 litros, pero peca a la hora de ofrecer unas plazas traseras algo justas en lo que a espacio para las piernas se refiere.

Gasolina… sí, gracias

Otro de los pilares en los que se sustenta este actualizado C4 es en la renovación completa de su gama mecánica. Citroën modificó todos sus propulsores para adaptarlos a la normativa de emisiones actual, estrenando así tanto la familia de motores de gasolina, PureTech, como diésel, BlueHDi.

De todos ellos, para esta prueba, en AutoScout24 decidimos optar por el gasolina 1.2 PureTech de 130 CV, una opción que, combinada con el cambio manual de seis relaciones, da mucho juego y nos pone en la tesitura de si merece la pena optar por un diésel o no. Lo primero que hay que tener claro es que, a igualdad de equipamiento (nuestra unidad incluía el acabado más alto de la gama, el Shine), el bloque tricilíndrico de gasolina es 1.750 euros más barato que el BlueHDI de 120 CV y 3.250 euros más económico que el BlueHDI de 150 CV.

Un ahorro muy a tener en cuenta que se complementa con un comportamiento excepcional. Y es que la primera percepción que uno tiene al arrancarlo es la de suavidad. Al ralentí, este pequeño bloque no desprende apenas vibraciones y su rumorosidad es realmente baja. Cierto es que al acelerar bruscamente, el sonido no llega a ser tan melódico como el de un cuatro cilindros pero en comparación con un diésel todo son ventajas. El perfecto aislamiento antes comentado unido a esta baja rumorosidad provoca que sea necesario estirar mucho el cuentarrevoluciones para empezar a notarlo.

Con esta acción, de paso, comprobamos el correcto empuje del que dispone y que apreciamos a partir de las 2.000 vueltas para seguir estirándolo sin problema hasta más allá de las 6.000 rpm.  De hecho, da la sensación de que el motor que se esconde bajo el capó es más grande de lo que realmente es.

  • Ficha Técnica Citroën C4 PureTech 130

  • Motor: Gasolina, 3 cilindros en línea

  • Cilindrada: 1.199 cc

  • Potencia: 130 CV a 5.500 rpm

  • Par: 230 Nm a 1.750 rpm

  • Velocidad Máxima: 199 km/h

  • 0-100 km/h: 10,8 seg.

  • Consumo (urbano/extraurb./mixto): 5,8 / 4,2 / 4,8 l/100 km

  • Emisiones CO2: 110 gr/km

  • Dimensiones: 4.329 / 1.789/ 1.489 metros

  • Maletero: 408-1.183 litros

  • Peso: 1.280 kg.

  • Cambio: Manual de seis velocidades

  • Depósito: 60 litros

  • Precio: 24.805 euros

  • Precio unidad probada: 28.165 euros

Como compañero ideal se asocia una caja de cambios que cuenta con una tercera perfecta para salir airoso de cualquier situación y quinta y sexta marcha algo más largas para intentar rebajar el consumo final. Un gasto de combustible que se convierte, quizá, en su principal pega. Según el dato oficial de la marca, este PureTech de 130 CV sólo necesita 4,8 litros para recorrer 100 kilómetros, pero la realidad dictamina que, realizando una conducción normal, el registro no bajará de 7,4 l/100 km. Por fortuna, el C4 cuenta con un depósito de combustible de generosas dimensiones, 60 litros para ser más exactos, que nos permitirán recorrer más de 800 kilómetros con un repostaje.

Por último, en lo concerniente a su comportamiento dinámico, el C4 se muestra como un vehículo muy logrado, con un tarado de suspensión firme pero cómodo que filtra a la perfección las irregularidades del terreno y que sujeta a la carrocería en tramos más revirados, evitando un balanceo excesivo de la misma. La dirección también juega un papel importante al ser bastante directa y precisa, transmitiendo casi toda la información al conductor.

Seguridad de alto nivel

Esta renovación de la que te llevamos hablando unas cuantas líneas, también supuso una mejora en lo que a seguridad se refiere ya que incorpora nuevos asistentes a la conducción tales como el control del ángulo muerto o el avisador de cambio involuntario de carril, opciones que sólo pueden equiparse en el acabado Shine de nuestra unidad, o el sistema de llamada de emergencia, disponible desde el acabado Feel.

El resto de la gama se completa con otros tres niveles de equipamiento: Live, Live Edition y Feel Edition ofreciendo, desde el más básico un asistente al arranque en pendientes, control de velocidad de crucero con limitador, retrovisores exteriores térmicos, control de presión de los neumáticos… Todo ello, partiendo de un precio de 18.720 euros en los de gasolina y de 20.170 para los diésel.

Ahora bien, si decides optar por el acabado de esta prueba, pese a tener que hacer un desembolso inicial de 24.805 euros, te llevarás un vehículo cargado de elementos como el retrovisor interior autocrómico, climatizador bizona, sensores de lluvia y luces, llantas de aleación de 17 pulgadas, Bluetooth, sensores de aparcamiento delanteros y traseros, freno de estacionamiento automático, lunas traseras tintadas, alarma antirrobo...

Un amplio equipamiento que puede ser completado además con los faros bixenón con iluminación activa en curva, el asistente de cambio de carril, los asientos delanteros tapizados en cuero con función masaje y calefactados, techo solar transparente o navegador para lo cual tendrás que hacer un desembolso de otros 4.000 euros. Lo bueno, que Citroën ofrece un descuento de hasta 3.200 euros en los motores de gasolina que aumenta hasta los 3.400 euros si tu prioridad sigue siendo el diésel.

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