
Ya sólo la denominación inglesa, Freemont, deja entrever que no se trata de un italiano de pura raza. Más bien se trata de un monovolumen norteamericano con una identidad semi-italiana y una tecnología anglosajona basada en Dodge.

Dentro del segmento de los monovolumenes es muy poco frecuente encontrar siluetas como ésta. En lugar de las formas ovaladas, suavizadas y, por qué no decirlo, aburridas, Chevrolet ha dotado al Orlando de un aspecto robusto que quizá encajaría más en el grupo de los todocaminos.