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VÍDEO| Prueba del Alpine A110 S: disfruta mientras puedas

Dentro de poco, coches como este Alpine A110 S dejarán, lastimosa y tristemente, de existir. Pero mientras sigan vigentes lo único que podemos hacer es disfrutar de ellos como si fuera lo último que hagas.

Vivimos tiempos de cambio: sociales, estructurales, humanos y, claro está, del automóvil. Dicen que hay que mirar al pasado para construir el futuro pero la realidad es que si recordamos la época gloriosa del automóvil, lo que vaya a venir no va a llegarle ¡ni a la altura de los talones! ¡Si hasta Porsche ha sacado un 911 con aspecto off road!

Pero hoy no estoy triste, ni enfadado al escribir estas líneas. No, hoy no. Cierto es que el día no acompaña en lo climatológico pero hoy me siento un poco como Doc o como Marty McFly o, por irnos a un personaje real, hoy me ha absorbido el espíritu del fallecido piloto sueco Ove Anderson porque hoy vuelvo a encontrarme con uno coche en vías de extinción.

Hoy voy a poder probar de nuevo el Alpine A110 pero lo voy a hacer en su versión S, la más radical hasta la fecha del biplaza francés. Así que como dicen, el tiempo es oro y como la cuenta atrás para dejar de ver coches como este ya ha comenzado, lo que vamos a hacer ya es hablaros de lo que nos ha transmitido para confirmar por qué coches como este nunca deberían de dejar de fabricarse.

Sonido celestial

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Si le has dado al play y has esperado un poco, seguro que lo has oído verdad? Por ese petardeo, modelos como el Alpine A110 S así como otros deportivos similares no deberían nunca de dejar de existir. Ojo, no voy a ser yo quien se oponga a una mejora de la calidad del aire ni a las Zonas de Bajas Emisiones si se hacen como es debido, pero creo que la convivencia de los coches electrificados con otros como éste debería seguir existiendo porque son los que aportan salsa a la vida.

Un sonido que, por cierto, se enfatiza más aún cuando activamos el modo Sport o el Track a través del selector del volante. Para el primero solo hace falta darle una vez mientras que para el segundo basta con dejarlo apretado. El cambio entre uno y otro lo notaremos visualmente porque el cuadro digital cambia de diseño y porque el control de estabilidad se desconecta en el Track, siendo más óptimo para un uso en circuito que para una carretera como esta y un día como el que me ha tocado.

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Porque tampoco es necesario ser del todo Ove, puedes pasártelo muy bien con el modo Sport porque este Alpine A110 S es un auténtico traza líneas. Pero, ¿qué aporta de diferente respecto al Alpine A110 que surgió hace ya tres años y que nos dejó maravillados a todos? Lo primero, el rendimiento: el 1.8 Turbo de cuatro cilindros colocado en posición trasera transversal (no longitudinal como el original) es el mismo pero los ingenieros han aumentado la presión de sobrealimentación del turbo y han conseguido sacar nada menos que 48 CV frente al A110. Ahora rinde 300 CV que surgen, además, a un régimen más alto, concretamente 400 vueltas más, es decir, a 6.400 rpm.

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El par máximo sí es el mismo, 320 Nm y sigue entregándose a 1.400 rpm lo que nos permite tener un coche con un rango de actuación excepcional en todo el régimen de giro del motor. La gestión de la potencia también es la misma, las ruedas traseras reciben todo el potencial a través de una caja de cambios automática de doble embrague de siete velocidades. No me voy a poner aquí quisquilloso con cajas manuales porque su funcionamiento es casi perfecto y además nos perderíamos las maravillosas levas tras el volante fijas que, eso sí, podrían ser de otro material que no fuera tan plasticoso.

Lógicamente, las prestaciones son mucho mejores pues este Alpine A110 S pasa de 0 a 100 km/h en 4,2 segundos y alcanza los 260 km/h de punta, es decir, 3 décimas menos y 10 km/h más que el A110. Pero donde los ingenieros han centrado sus esfuerzos es en la puesta a punto del chasis. Lo primero a destacar, se mantiene su ligereza con 1.107 kilos frente a la báscula si equipas el Kit Aero con diferentes elementos realizados en fibra de carbono (cuesta 5.500 euros) a lo que puedes sumar además el techo en este material por otros 2.000 euros. Prescindible, quizá, necesario, también. Si lo equipas conseguirás una relación peso/potencia de 3,8 kg/CV, una auténtica barbaridad.

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Si a eso le sumamos las modificaciones efectuadas como son unas suspensiones con muelles un 50% más rígidos, amortiguadores más firmes con topes hidráulicos recalibrados, barras estabilizadoras más ligeras, una carrocería rebajada en 4 mm, neumáticos Michelin Pilot Sport 4 de 18 pulgadas con la opción de equipar unos semi-slick por 770 € así como unas pinzas de freno firmadas por Brembo con discos de 320 mm de diámetro, el resultado es hasta casi indescriptible.

Es divertido, ágil, estable, rápido, divertido otra vez, emocionante, sorprendente, aplomado… y seguramente me deje algún que otro calificativo. Pero sobre todo es un cohe con alma, que nos ‘habla’ cuando aceleramos, que nos desata nuestras emociones más primarias que nos pone una sonrisa en la cara. Quizá echamos en falta un diferencial de deslizamiento limitado o un sistema de distribución del par en las ruedas que aumentase más aún la agilidad, pero pocos son los peros que se le pueden sacar a un coche con el que te fundes.

Mucha fibra

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Dicho esto, como creo que me cueste bajarme de él, aprovecho para hablaros del interior. Ya lo estáis viendo, es un concepto entre lo moderno y lo retro. El salpicadero es limpio y ordenado, con todos los mandos a mano. El volante es normal, gracias a dios, con la guía a las 12 y tras él se coloca el comentado cuadro digital de 12,3 pulgadas cuya configuración cambia en función del programa. No obstante, tenemos el ordenador de a bordo en el dial izquierdo con algunos datos interesantes como el diagrama de fuerzas G o los diferentes medidores de presión, empuje, temperatura de aceite…

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La pantalla central es pequeña, para no interferir en la conducción y aunque es sencilla de manejar tiene unos menús bastante desactualizados. Al menos podemos sincronizarlo con Apple CarPlay mediante cable. Por cierto, el teléfono está abajo colocado, en un hueco bajo la consola central porque el aprovechamiento del espacio es vital. De hecho por 540 € puedes añadir una práctica guantera aquí detrás para guardar tus objetos. No es muy grande pero te permite que tus enseres no salgan volando en los cambios de apoyo. Hablando de espacio, como en el Alpine, tenemos dos maleteros, uno delantero y otro trasero de 100 y 96 litros respectivamente que nos sirven para llevar alguna maletita de viaje o, mejor aún, bolsas de deporte.

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Pero si tengo que resaltar algo es donde voy sentado. Los asientos de tipo bucquet que me recogen a la perfección y evitan deslizamientos. No tienen más regulación que la longitudinal y opcionalmente pueden estar tapizados en la microfibra que veis con el logo en naranja. Otra opción que no trae esta unidad es la pre-instalación de los arneses, en una demostración más del espíritu y el alma que tiene este coche.

Pinceladas maestras

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Es evidente que los cambios son buenos pero si no olvidamos lo que nos ha traído hasta aquí. La electrificación es necesaria pero también lo es mantener viva la llama que nos ha permitido durante décadas gozar de auténticas joyas del automóvil. No quiero que sea un manifiesto en favor del A110 S pero creo que es vital que se mantengan coches como este, el 911 o los japoneses como el Toyota Supra, el GT 86, el BRZ o el muscle car por excelencia como el Mustang.

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Pero si algo tiene este Alpine A110 es que además es uno de los pocos coches que se mantiene fiel al original. Ya lo conocéis de sobra con este aspecto retro determinado por una cara con la doble iluminación. En el caso de la versión S, la deportividad se enfatiza más con esa carrocería rebajada, con un mayor número de llantas de aleación o con los comentados packs que suman el techo en carbono o el Kit Aero que añade este alerón trasero. Opciones que unidas a esta llamativa y espectacular pintura naranja (que cuesta 1.937 euros) así como a otros elementos de equipamiento suben la tarifa de los 75.800 euros a los 90.200 euros.

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¿Os parece muy caro? Simplemente os digo una cosa, decidme un eléctrico, un híbrido o un phev que cueste menos que él, que los hay, pero que transmita lo mismo que este A110 S de la marca francesa. Quizá no sea práctico ni para tenerlo como segundo o tercer coche, e incluso podían haberlo hecho manual y con alguna mejora técnica más, pero sin duda con el tiempo acabará, como hizo el primero, por ser una auténtica joya de la historia del automóvil.

¿Preparado para lo siguiente?

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