El sector de los supercoches de altas prestaciones recibe un nuevo miembro con la llegada del Vittori Turbio, un hiperdeportivo híbrido de 1.100 CV que fusiona inteligencia artificial, artesanía milanesa y un V12 aspirado.

Fruto de la colaboración de la joven marca Vittori, la legendaria carrocera Pininfarina y la ingeniería de Italtecnica, el Turbio pretende crear "movilidad de hiperlujo" para paladares muy exquisitos: solo se fabricarán 50 unidades a un precio de 2,5 millones de euros el ejemplar.

Declara una velocidad máxima de 362 km/h

Vittori emerge como una marca boutique enfocada en vehículos exclusivos que combinan herencia artesanal con tecnología de vanguardia. Su primer modelo, el Turbio, nace de una colaboración con Pininfarina S.p.A, el estudio de diseño legendario detrás de alguno de los Ferrari y Alfa Romeo más icónicos de la historia.

Una de las peculiaridades más llamativas del Turbio es su diseño paramétrico asistido por IA, que acelera iteraciones sin comprometer la artesanía humana. La carrocería, con un coeficiente aerodinámico optimizado, integra paneles impresos en 3D de titanio para mejorar la refrigeración del motor y frenos, eliminando alerones grandes y tomas de aire excesivas.

Técnicamente, el Turbio es un híbrido que preserva la pureza del V12. Su motor central, un ITV12 Orion de 6,8 litros atmosférico desarrollado por Italtecnica en Turín, entrega 904 CV a 9.800 rpm y 800 Nm de par, asistido por un sistema mild-hybrid delantero para cumplir normativas de emisiones.

La potencia combinada supera los 1.100 CV, con una aceleración de 0 a 100 km/h en menos de 2,5 segundos y una velocidad punta de 362 km/h. La transmisión es una de doble embrague de ocho velocidades, con tracción trasera y un chasis monocasco de carbono que pesa alrededor de 1.400 kg, logrando una relación potencia-peso de 1,27 kg/CV.

La suspensión magnetoreológica avanzada y frenos carbocerámicos aseguran un manejo preciso, mientras la aerodinámica activa, con alerón retráctil que se despliega en frenadas para mejorar la estabilidad, genera una carga aerodinámica variable según condiciones.

En cuanto al interior, se apuesta por un equilibrio entre lo digital y lo clásico. Aunque hay elementos modernos (pantalla, instrumentación digital), Vittori y Pininfarina han querido mantener una fuerte presencia mecánica: muchos controles son físicos, botones reales, palancas y un volante sin excesivas pantallas.

Los materiales también transmiten esa mezcla de tradición y tecnología: fibra de carbono, titanio, cuero artesanal… todo con un enfoque que privilegia la experiencia de conducción.