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Primer contacto: Mercedes-Benz CLS Shooting Break – Una cuestión genética

Los fabricantes combinan entre sí los diferentes tipos de automóviles de forma aparentemente arbitraria. En 2004 la casa Mercedes causó sensación al combinar un coupé y una berlina, lo que tuvo como resultado el modelo CLS.

Cuatro años después BMW cruzó un SUV con un coupé para dar forma al X6 y, un poco más adelante, Mini hizo lo propio con el Countryman, una mezcla de utilitario y SUV. Ahora, Daimler va un paso más allá al presentar el nuevo CLS Shooting Brake, resultado de la combinación genética del CLS y un familiar: un modelo con las características de una berlina, un coupé y un touring.
Admiración y asombro son dos calificativos que van de la mano cuando se contempla el nuevo CLS Shooting Brake. Aparte de que se trata probablemente del familiar más bonito disponible hoy por hoy en el mercado, el CLS Shooting Brake resulta admirable porque con él la casa Mercedes Benz ha vuelto a lograr lo que parecía impensable: abrir las puertas de un nicho de mercado que hasta la fecha ni siquiera se sabía que existía. Sin embargo, el asombro se manifiesta en forma de alguna que otra pregunta obvia: ¿tienen cabida este tipo de modelos en el mercado?, ¿existe una demanda real?

Lo mejor de tres mundos

Al parecer sí, ya que de lo contrario la casa alemana no habría lanzado al mercado esta combinación de berlina, coupé y familiar. Aparte del fracaso de la Mercedes Vaneo a principios de la década de 2000, cuya producción se interrumpió a los pocos años debido al escaso éxito obtenido, en Stuttgart no se han permitido ningún paso en falso en lo que a la política de modelos se refiere. Y estamos seguros de que la nueva apuesta no pasará desapercibida, ya que el Shooting Brake no es solo un truco de marketing, como quizá lo fuera en su día el Citroën Pluriel que pretendía aunar 5 coches en uno. No, de hecho el CLS familiar aúna tres tipos de automóviles de una forma extraordinariamente hábil y elegante.

Y qué pertenece a qué resulta evidente a primera vista. Las cuatro puertas, así como la generosa oferta de espacio en la parte trasera es herencia de la berlina. Sin embargo, la herencia coupé se esconde bajo el alargado capó, en la estrecha línea de las ventanillas laterales y en un techo casi interminable, plano y con una pronunciada caída hacia atrás. Además, los ingenieros tuvieron suficiente espacio para hacer realidad todas estas virguerías creativas, ya que desde el morro hasta la zaga el Shooting Brake mide casi cinco metros.

Muchos de los genes de un familiar

Pero, ¿resulta esto suficiente para incorporar además los genes de un modelo familiar? Está claro que sí. Aunque con una capacidad de almacenamiento de hasta 1.550 litros el CLS ofrece claramente menos espacio que el burgués modelo T de la Clase E, resulta mucho más amplio que cualquier cuarto de la limpieza. Gracias a un portón trasero de apertura eléctrica, el maletero revestido –siempre a petición del cliente– con madera de cerezo americano y taracea de roble ahumado en color oscuro se puede cargar de forma sumamente sencilla, aunque en esta versión tan lujosa quizá no con los utensilios de caza para los que estaban pensados los Shooting Brake en las décadas de 1960 y 1970, sino mejor con numerosas bolsas de Prada y Gucci; siempre y cuando después de gastarnos el dinero en este paquete para el maletero todavía nos quede para ir de compras. Los soportes para bolsas, las anillas de amarre, la red para sujetar objetos, el piso de carga doble que se mantiene levantado gracias a unos amortiguadores de gas y la conexión eléctrica de 12 V, quizá para una nevera portátil, son algunas de las soluciones prácticas que se han tomado prestadas del mundo de los modelos familiares.

Los que tomen asiento en las plazas delanteras ni siquiera se darán cuenta de que están sentados en un Shooting Brake. Hasta el montante B este Mercedes con puertas de aluminio sin marco es idéntico a la berlina coupé, y tampoco varía en la organización de su interior. Ni en lo que respecta a su estética ni a su calidad. Gracias a la combinación de piel blanda, madera dura y plástico lacado en color plata tan real que parece verdadero metal, el Shooting Brake logra un ambiente de bienestar y lujo que invita a realizar grandes viajes.

No apto para gente de gran envergadura

Sus asientos cómodos, aunque algo estrechos, capaces de calentar, enfriar o realizar un masaje a las espaldas más estresadas son por supuesto los acompañantes adecuados para cualquier trayecto largo. Tan solo las personas de piernas largas tendrán ciertos problemas con el CLS Shooting Brake, ya que a pesar de que en la parte trasera se viaja como un rey, el espacio debajo del volante no es especialmente amplio. Sobre todo si no que encarga el sistema de acceso y arranque sin llave es posible que las rodillas del conductor se topen pronto con la llave de contacto.

El comportamiento en circulación tampoco ha salido perdiendo en este curioso cruce de CLS. El Shooting Brake apenas pesa 90 kilogramos más, una minucia si tenemos en cuenta que su peso en vacío es ligeramente superior a 1,8 toneladas, es decir, que tampoco se puede considerar un peso pesado. El nuevo CLS recorre su camino con la misma precisión a la que nos tiene acostumbrados la versión normal, la dirección trabaja de forma tan directa como suele ser habitual en un Mercedes y en caso de que al pasar por curva al conductor se le vaya de las manos su potencia, el CLS reacciona con un rápido y suave deslizamiento sobre las ruedas delanteras.

Regulación de nivel en el eje trasero

Para compensar las cargas pesadas del maletero –se pueden cargar más de 500 kilogramos de peso–, en su eje trasero el CLS Shooting Brake cuenta de serie con una regulación de nivel por resortes neumáticos, mientras que –a excepción de en CLS 500– el eje delantero monta muelles de acero. En la versión básica, el reglaje con amortiguadores de vibraciones que se adaptan de forma automática a cada situación de conducción, se denomina sencillamente «Comfort» y eso es precisamente lo que es, cómodo, si bien el CLS resulta sorprendentemente duro para tratarse de un Mercedes. En combinación con el paquete deportivo también hay disponible un reglaje algo más rígido.

En cambio, el gasolina V8 se equipa siempre con una suspensión neumática con sistema de amortiguación adaptativo –normalmente opcional– que el conductor puede regular a voluntad con los botones «Sport» y «Comfort». Este último modo ofrece un confort de marcha similar al de una berlina, aunque con una inclinación lateral en curva claramente perceptible. Tan solo de vez en cuando algunas sacudidas nos recuerdan que el nuevo CLS Shooting Brake tiene herencia coupé. Al cambiar a modo deportivo este familiar de lujo reduce su altura ligeramente, acercando notablemente a los pasajeros al asfalto. De esta forma, el Shooting Brake es capaz de trazar las curvas de forma todavía más resolutiva y sin grandes torsiones.

Solo un cuatro cilindros

Para que las prestaciones también puedan reflejar toda su herencia Mercedes pone a disposición de los futuros propietarios los cuatro potentes propulsores estándar que ya conocemos del CLS, así como una versión AMG. Por debajo de los 204 CV del CLS 250 CDI no encontraremos nada y, dicho sea de paso, este pequeño diésel es también el único cuatro cilindros de la lista de motorizaciones y al mismo tiempo el más eficiente con un consumo de 5,3 litros. Sin embargo, esta motorización básica de reacción espontánea es de todo menos apática, ya que es capaz de impulsar al conjunto hasta los 100 km/h en tan solo 7,8 segundos. Además, con una velocidad máxima de 235 km/h también resulta suficientemente rápida, aunque se trata de la única mecánica que no alcanza la marca (autoimpuesta) de los 250 km/h.

Un poco más –concretamente 6 litros– es lo que consume el segundo diésel según las pruebas europeas normalizadas. Estamos hablando del 350 DCI con propulsor V6 de 265 CV. Al igual que el diésel más pequeño, éste también genera su par máximo a 1.600 revoluciones, aunque con sus 620 Nm genera un 25% más que el 250 CDI. Los que no vean en el CLS Shooting Brake otra cosa que un práctico familiar tendrán más que suficiente con estos diésel de gran capacidad de aceleración.

Un V8 con gran capacidad de aceleración

En cambio, los amantes de los coupé podrán elegir entre dos mecánicas de gasolina, el V6 de 306 CV que monta el CLS 350 o el V8 de 4,7 litros y 408 CV del CLS 500, el cual, gracias su doble turbo es capaz de hacerles la competencia a los diésel con un par motor de 700 newtons/metro también a 1.600 revoluciones. Aunque no en el apartado del consumo, ya que este ocho cilindros firma un consumo de 9,2 litros, mientras que el del V6 asciende a 7,3 litros. Por lo demás, todos los motores están acoplados al cambio automático de siete velocidades de la casa y para ahorrar combustible todos ellos se apagan también al llegar a un semáforo en rojo. Tanto el 500 de gasolina como el 350 CDI se pueden encargar asimismo con tracción integral.

Al igual que ocurre con la versión normal del CLS, el tope de gama es el 63 AMG, disponible a partir de 137.500 euros. Su propulsor es básicamente el mismo ocho cilindros –con código interno M278– que el que monta el CLS 500, aunque con una cilindrada de 5,5 litros, una potencia de 525 CV y un par motor de 700 newtons/metro. Aquellos que no tengan suficiente con este potente motor, por 11.000 euros más podrán decantarse por el «Edition 1» y, además de una piel y una pintura de diseño, así como unos cuantos elementos decorativos más, podrán disfrutar de lo que Mercedes suele comercializar como «Performance Package»: un aumento de potencia de 32 CV y 100 Nm. Y para ofrecer una mayor capacidad de desarrollo a toda esta potencia el futuro propietario debería solicitar asimismo el aumento de la velocidad máxima a 280 km/h  disponible para la versión CLS 63 AMG y –a ser posible– invertir otros 12.000 euros más en los frenos cerámicos para poder desacelerar con total tranquilidad.

Fuera del apartado AMG la lista de precios incluye multitud de opciones que permiten incrementar sin problemas el precio básico de 67.750 euros correspondiente al CLS 250 CDI.

Conclusión

Aquellos que solo necesiten transportar cosas de vez en cuando quedarán completamente satisfechos con su oferta de espacio, máxime cuando éste también dispone de algunas soluciones prácticas como las anillas de amarre, el piso de carga doble o el banco trasero abatible desde el maletero. Además, el Shooting Brake es un familiar mucho más chic y elegante, aunque el CLS normal tampoco se queda atrás en este aspecto. Por lo tanto, aquellos que se decanten de todas formas por esta serie y no por un Clase E harán bien en pagar este suplemento más que justificado.

¿Preparado para lo siguiente?

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