Aunque la mayoría de los fanáticos lo tacharon de herejía, lo cierto es que Porsche se vio obligada a lanzar el SUV Cayenne a principios del nuevo milenio precisamente para salvar de una u otra forma la existencia del codiciado 911. Dos décadas después ya todos lo ven como un Porsche más de la familia y, de hecho, es el modelo más vendido de la marca en nuestro país. Hoy cuenta con varias versiones, cada cual más potente y prestacional: GTS, Turbo, Turbo GT Coupé, Turbo S E-Hybrid... Sin embargo, lo que nadie sabe es que al principio de su vida estuvo a punto de contar también con lo que hubiese sido una extrañísima variante descapotable.
Con 4,8 metros de largo, la factoría de Zuffenhausen llegó a ver una unidad producida que, sin embargo, quedó relegada casi al olvido desde el momento en que decidieron desahuciar el proyecto. Hablamos de una maqueta que nunca ha rodado en condiciones reales de tráfico y que 20 años después sigue custodiada en las instalaciones del Museo Porsche de Stuttgart.
El Cayenne Targa que nunca fue
Su particularidad, en efecto, reside en la ausencia de techo. En su lugar, los diseñadores habían colocado una capota de lona cuyo funcionamiento era exactamente el mismo que las de estilo Targa. Tanto es así, que en la actualidad dicha cubierta se guarda en el maletero y debe colocarse de manera manual si se quiere tapar el habitáculo.
Junto al Cayenne descapotable se pensó en una carrocería coupé que ya sí tenemos disponible en la generación actual. ¿Terminaremos viendo hecho realidad el Cayenne Cabriolet algún día? Ahora que existen modelos como el T-Roc Cabrio o el Evoque Convertible no sería tan descabellado como hace cuatro lustros, pero aun así es más que improbable...