Que todo lo relativo a la movilidad en Europa está girando cada vez más hacia la electrificación, ya lo sabíamos desde hace tiempo; que la tecnología de cero emisiones se había adaptado con éxito a los deportivos, también. Ahora es el Grupo Renault el que pretende convertir en eléctrico todo un icono reinterpretado como el Alpine A110. De hecho, su primer prototipo ya se ha visto en Paul Ricard durante el GP de Francia de Fórmula 1, pero... ¿convencerá a los más puristas este nuevo Alpine A110 E-ternité? Pues posiblemente, cuando conozcáis sus datos, lo veáis con mejores ojos.
El diseño apenas cambia con respecto a lo que ya conocemos: solo incorpora un pequeño techo practicable para poder hacerlo semidescapotable y añade algunos detalles e insignias que denotan su condición de ecofriendly (por ejemplo, la ausencia de escapes.)
242 CV y menos de 1.400 kg
Todas las novedades se encuentran ocultas bajo la carrocería y, evidentemente, tienen que ver con el sistema de propulsión. Hablamos de que recurre a la batería del Mégane E-Tech en 12 módulos (4 ubicados en la parte delantera y 8 en la trasera) y a un motor eléctrico de 178 kW de potencia (242 CV) y 300 Nm de par. Todo ello solo implica 258 kg de peso extra (1.378 kg en total) si lo comparamos con lo que pesa el A110 de gasolina.
Además, el reparto de pesos de este A110 E-ternité se queda en un más que apreciable 42-58 (tengamos en cuenta que el eje motriz sigue siendo el trasero.)
En materia de prestaciones, según la firma del rombo, es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 4,5 segundos y alcanzar los 250 km/h de velocidad punta, cifras nada lejanas a las que promete el A110 S de 300 CV. Con todo y con eso, la autonomía que brinda el primer Alpine eléctrico supera los 400 km.
¿Qué pensáis ahora? A mí, al menos, me resultaría curioso comprobar de lo que es capaz este E-ternité... porque si logra igualar las sublimes sensaciones que ofrece su hermano de combustión, le auguro un éxito brutal.
