Uno es mucho más cómodo, el otro considerablemente más rápido... Antes de ver la luz e iluminando la fría oscuridad de un parking subterráneo, el 330d asoma su inconfundible capó entre columnas de hormigón a la espera de su contrincante. El motor lleva un minuto encendido, la palanca del cambio automático esperando y el sonido desde fuera es casi imperceptible. Lexus no hace esperar a sus rivales: el IS 220d hace su entrada  en escena con un silencio que bien recuerda por qué son ellos los reyes de la tecnología híbrida. El reparto de potencias es igual en ambos candidatos: tracción trasera y 177 cv para cada uno, dos depósitos llenos y mucha carretera.

Uno al lado del otro no contrastan, más bien forman una agradable sensación de  armonía sólo rota por los cinco centímetros de más con los que cuenta el japonés. Unas imponentes llantas de cinco radios dobles centran la mirada en el lateral del IS 220d. Sus curvas pronunciadas dejan sobre él un aspecto moderno pero a la vez conservador que BMW no ha conseguido quitar (y por el momento no quiere) a su serie 3.

Prestaciones

A veces no ocurre, pero aquí los datos que ambas marcas reflejan en las fichas técnicas se corresponden fielmente con la realidad. Bmw ha fabricado un coche más rápido, enérgico y divertido. Lexus ha preferido sin embargo garantizar un coche fiable, muy bien equipado y con un motor más suave y elástico. No hay ninguna de las prestaciones que ponga por delante al Lexus. El BMW (nos referimos a esta versión automática) acelera más rápido, consume menos y tiene una mayor velocidad punta. De hecho, pagará un impuesto de matriculación menor porque sus emisiones también son inferiores.

De entre todos los datos, las cifras de consumo son las que más llaman la atención. Con el Lexus IS 220d es difícil conseguir una cifra inferior a 8 litros, aunque hay que tener en cuenta que el tamaño de las ruedas y llantas de la versión Sport es más grande que las de BMW (de serie 16”). El 320d, sin embargo, puede oscilar entre los 5,5 y los 6,5 litros de media sin problema a igualdad de condiciones en la conducción. La velocidad máxima en el IS 200d es de 215 km/h y la aceleración cercana a los 9 segundos (8,9 exactamente). El 320d llega casi hasta los 230 km/h y acelera en 8 segundos.

En carretera

Empecemos por lo más importante de este apartado, es decir, ¿por qué son buenos estos dos coches cuando salen a rodar?. Por ejemplo, lo más llamativo del 320d es la asombrosa capacidad para llanear y conservar la velocidad al soltar el acelerador. La repercusión sobre el consumo es notable y la incidencia del bajo coeficiente aerodinámico tiene también su papel determinante. Lexus, sin embargo, ha creado un confort de suspensión más entregado a todos los ocupantes. El recorrido vertical de la amortiguación es bastante más amplio que en el BMW pero la sensación de control es absoluta gracias al bajo perfil de los neumáticos y a las llantas de 18”. Los dos cuentan con un coeficiente aerodinámico de 0,27 cx que aplicado sobre el Bmw se traduce en forma de bajo consumo y sobre el Lexus en forma de buen confort acústico.

En sexta marcha y circulando a 120 km/h, el 320d funciona a 2.100 revoluciones (2.700 si lo hace en quinta), lo cual es muy positivo en cuanto a cantidad de trabajo del motor. Lexus puede hacerlo a un régimen algo inferior debido a la mayor cilindrada (2231 cc). Su respuesta máxima es en torno a las 2.000 rpm y la marcha que mejor funciona en términos de elasticidad es la cuarta (la segunda y tercera son más bien cortas).

La circulación por tramos revirados es a priori más apropiada para el Bmw. Su amortiguación más dura favorece los cambios de apoyo rápidos y la dureza de la dirección permite un control más preciso del volante. Sin embargo, y como hemos dicho, la información de la carretera se siente mejor en el Lexus debido a las ruedas y llantas, que agarran mucho mejor. Por ejemplo, el control de estabilidad entra en acción mucho antes en el BMW, aunque no hemos podido comprobar cómo se comportaría si llevara también llantas de 18”.

Espacio/Interior

Aquellos que den mucha importancia a la calidad del asiento del piloto es probable que se decanten por el BMW si piden sensación deportiva antes que confort. Su configuración permite una altura más baja que la de Lexus y los brazos sujetan mejor el torso, pero no ofrecen tanto espacio para las piernas como el Lexus y no es tan cómodo para acceder a él (el IS 220d está más orientado a las plazas delanteras y además trae de serie ajuste eléctrico del volante).

Aunque la visibilidad es casi perfecta en ambos, los retrovisores del Lexus dan mucha más confianza al conductor debido a su mayor tamaño. BMW ya ha tomado nota de este punto, y en la próxima generación del serie 3 incluirá unos más grandes y mejorará algunos aspectos de la iluminación. Es importante recordar también que Lexus está mejor asistido en temas como el aparcamiento, ya que cuenta con cámara de visión trasera (BMW no puede equipar esta opción, aunque como extras se pueden instalar los controles de distancia).

Pero centrándonos en lo práctico, ¿cómo son los maleteros de estos coches?. Viendo la ficha técnica la victoria es clara: BMW tiene 460 litros (frente a 378 de Lexus), mejor profundidad del maletero y una altura desde el suelo a la zona de carga más baja. Sólo podría tener la explicación de que Lexus tiene más espacio en la fila de asientos trasera, pero tampoco es así. Son sólo unos centímetros a favor de BMW, de acuerdo, pero marcan una diferencia.

Equipamiento

Si la diferencia en cuanto a prestaciones era aplastante en favor de BMW, la de equipamiento es similar pero en favor de Lexus. Decir que la alemana equipa sus coches de serie de una forma muy básica sería lo mismo que no decir nada, por eso planteémoslo al revés: tenemos 43.000 euros y queremos ver cuál de los dos ofrece más (sea de serie o equipamiento extra).

Las opciones en Lexus para la versión Sport son bastante limitadas porque ya incorpora casi todo de serie. Techo solar y paquete multimedia incrementan el valor en 4.785 euros. Total con extras: 42.805 euros y un coche equipado hasta arriba. Lo más importante son las llantas de 18”, GPS, sonido envolvente Mark Levinson, techo corredizo, regulación eléctrica de asientos delanteros y cámara de ayuda al aparcamiento.

Por el mismo equipamiento, el BMW 320d puede costarnos más de 52.000 euros.  Si intentamos renunciar a algunos elementos para igualar uno con otro, podríamos descartar el techo solar (1.115 euros), equipo de sonido mejorado (1.350 euros) y llantas de 18” (unos 2.350 euros). La diferencia de precio sigue siendo considerable, estaríamos alejados de nuestro presupuesto y será difícil renunciar a más cosas si queremos que sigan compitiendo en la misma categoría.

Resumen

Es difícil decantarse por uno de ellos si no tienes unas preferencias claras sobre lo que necesitas. Los que demanden confort, equipamiento y una apariencia de su carrocería algo más agresiva y moderna, tendrán todo en el Lexus IS 220d Sport.  Aquellos que necesiten prestaciones y sensaciones rápidas al volante deberían pensar en pagar algo más de 43.000 euros por un 320d muy bien equipado.