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Comparativa: Audi A4 3.2 vs. BMW 330i vs. Mercedes C 350 – Alemania a tres bandas

Son rápidos, cómodos, elegantes y caros. La gama media deportiva de fabricantes alemanes de automóviles se somete a comparación. Requisito previo: seis cilindros, más de 265 CV y tracción trasera o a total.

En la competición participaron el Audi A4 3.2 Quattro, el BMW 330i y el Mercedes C 350. La etiqueta no miente. A diferencia de lo que suele pasar, la impresión en el portón trasero de los tres candidatos indica realmente lo que esconden bajo su capó. 2.996 centímetros cúbicos en el BMW 330i, 3.197 en el Audi A4 3.2 e incluso 3.498 en el Mercedes C 350. Aquí no hay trampas: BMW ofrece otros dos motores de tres litros que se declaran como 325i y 335i. En la clase C se incluye el C 280, con tres litros de cilindrada y el C 230, que reparte 2,5 litros en seis cilindros. Sólo el A4 declara realmente lo que lleva en su interior. Esto también puede resultar confuso, ya que el 2.0 TDI se ofrece, por ejemplo, con 120 CV, 143 CV y pronto también con 170 CV. Se haga como se haga, siempre habrá quejas.

Más largo de lo que permite la gama media

Queremos asegurarnos de ir bien encaminados, así que salimos de paseo con estas berlinas clásicas. El BMW es con 4,52 metros el más compacto. El Mercedes es seis centímetros más largo y el Audi, con sus 4,70 metros, podría ocupar un buen puesto en la gama media superior.

En cuanto al diseño exterior, son pocas las cosas que comparten. El Mercedes presenta una carrocería angulosa que irradia encanto con su enorme estrella en la versión Avantgarde. Sin embargo, la clase C está considerada por algunos amantes de la moda como una clase algo conservadora. Nuestro ejemplar objeto de comparación nos fue entregado en el llamativo atuendo AMG, que incluye llantas especiales de 17 pulgadas, asientos deportivos, discos de freno perforados delante y, sobre todo, el paquete de carrocería.

El Audi es diferente: su esbelto y alisado diseño deportivo atrae por igual a jóvenes y no tan jóvenes, a conservadores y progresistas, convirtiéndose así en un vehículo polivalente. Las llantas de 18 pulgadas opcionales también le hacen aparecer agazapado. El BMW, que se lanzará a partir de otoño con un diseño discretamente revalorizado, se queda en un entremedio. En este caso podría hablarse de modesta elegancia. No entusiasma ni decepciona. Las llantas de 17 pulgadas de serie, si se comparan directamente con los otros modelos, parecen un tanto pobres.

Buena oferta de espacio en todos

Pobre no resulta, sin embargo, el espacio que este original bólido alemán ofrece en su habitáculo. A pesar de las dimensiones de la carrocería, puede acomodar a cuatro adultos sin ningún tipo de estrecheces. Más espacio no necesita. Sin embargo, el C 350 y el Audi A 4 ofrecen algo más. Por otra parte,  el exigente diseño de sus asientos impide que ninguno de ellos pueda considerarse un cinco plazas completo. Sin embargo, el maletero se puede cargar con el equipaje de cinco. El Audi posee el maletero más accesible y de mayor volumen con 480 litros. El Benz le sigue con 475 litros y el BMW es el que menos carga admite con 460 litros

Por contra, el BMW ofrece asientos deportivos opcionales con laterales hinchables de forma eléctrica, más confort imposible. Hemos encontrado además pequeñas deficiencias de estética: el respaldo no se puede ajustar con la suficiente inclinación y el ajuste del volante podría ser algo más generoso. Algo que al A4 le sale mejor. Si bien los asientos deportivos no se adaptan con aire al peso corporal, el margen de ajuste del volante y del asiento es perfecto. Los asientos deportivos del Benz (incluidos en el paquete de prestaciones deportivas AMG) ofrecen asimismo una buena protección y también pueden pedirse, mediante recargo, asientos multicontorno dinámicos, que también trabajan con aire.

Sorpresas en el acabado

El tan elogiado Audi A4 se permite presentar deficiencias perceptibles y visibles en el acabado. En el vehículo de prueba resultaron molestos los cantos afilados del bastidor de aluminio independiente para las ventanillas y las protecciones mal encajadas y de aspecto barato que rodean el tablero de instrumentos combinado y la pantalla MMI. Además, también desconcertó el plástico aparentemente de poca calidad que rodea al cambiador de CDs y la ausencia de una fijación en altura de los reposacabezas delanteros. El antiguo Audi A4 supo hacerlo mejor.

El BMW demuestra cómo se debe hacer. El acabado es excelente, no hay nada que criticar. A ello se añade el manejo ultrasencillo del iDrive, si ya se cuenta con el sistema. Parecido al Mercedes. También en este caso, tanto el manejo como el acabado son excelentes, la selección de material, sin embargo, no es del todo perfecta, como en el caso del muniqués. Objeto de crítica, sin embargo, debería ser la palanca de mando para los intermitentes, limpiaparabrisas, etc. No, lo que molesta no es la variedad de funciones, esto es cuestión de acostumbrarse, el problema es que está colocada sencillamente demasiado baja. Todo aquel que agarre el volante "como es debido" deberá alejar la mano del mismo para poner el intermitente.

Así debe ser un chasis

Por contra, el modelo de Stuttgart convence con otras cualidades. A pesar de sus llantas de 18 pulgadas con neumáticos de máximo 255 y un perfil mínimo de 35 presta a sus pasajeros la comodidad necesaria durante el viaje. ¿Cómo? Mediante ADS. No, no se trata de una enfermedad, sino del sistema adaptivo de amortiguación, que cumple su cometido de forma extraordinaria. En combinación con este sistema, el comprador obtiene además el de dirección paramétrica.

El sistema ADS puede cambiar tan solo pulsando un botón del cómodo modo Normal al modo Sport. En el 90% de los viajes se recomienda la acreditada solución de confort. Únicamente a altas velocidades y en caso de irregularidades en la calzada se producen molestos movimientos verticales en la carrocería. El modo Sport apenas se necesita, a no ser que se desee atravesar a gran velocidad alguna que otra región montañosa. El estruendoso roce de los neumáticos con la carretera puede resultar molesto. Los neumáticos Sport Contact 3 de Continental en diferentes tamaños fueron los más llamativos.

¡No tememos a los baches!

El Audi, también equipado con un chasis regulable de forma eléctrica, resulta ya demasiado rígido en el modo confort. Se desplaza de forma tensa y circula con dureza por calzadas difíciles. En combinación con las llantas de 18 pulgadas y los neumáticos Potenza de Bridgestone en formato 245/40 R18 "hace sentir" al volante cualquier alteración en la calzada. Algo molesta resulta su reacción a los baches. El botón dinámico del sistema de amortiguación adaptativa Magnetic Ride puede dar por zanjado este tema. Su tracción a las cuatro ruedas de serie Quattro no presenta ventajas en una calzada manejable, pero demuestra lo que vale en cuanto se vuelve resbaladiza. Mercedes y BMW también ofrecen la tracción a las cuatro ruedas por un precio adicional.

El único de los tres que se ofrece con amortiguadores convencionales es el 330i. No conoce la adaptividad. Por el contrario sí conoce los neumáticos Runflat que permiten seguir conduciendo también en caso de pinchazo. Esta técnica se ha mejorado considerablemente durante los últimos años, aunque los Runflat siguen presentando el inconveniente de que los flancos son sumamente duros. No filtran lo suficiente, sobre todo, impulsos breves.

Todos los modelos se caracterizan por su poca inclinación lateral y su larga neutralidad. El BMW demuestra su máxima agilidad deslizándose por curvas cerradas. La dirección estándar de este vehículo resulta ser la más sensible. Seguido de cerca por el Mercedes. El Audi, equipado con dirección dinámica, no convence en esta disciplina. La dirección presenta una fuerte dureza mecánica al maniobrar y se echa de menos un tope de rebote. En caso de tope máximo se escucha un sonido metálico. Por el contrario, el sistema evita la inestabilidad en la circulación urbana. Con un radio de giro de 10,86 metros "gana" el Benz frente al BMW (11,0 metros) y al Audi, que debido a la tracción en las cuatro ruedas necesita más espacio con 11,4 metros.

Potencia no falta

Para que también pueda aprovecharse la agilidad se necesitan máquinas potentes. El Audi presta 265 CV y 330 Nm, el Mercedes ofrece 272 CV y 350 Nm, mientras que el BMW se desenvuelve también con 272 CV pero sólo 320 Nm. El 330i ocupa un puesto especial, ya que es el único que puede integrar un motor de seis cilindros en línea. Sube de revoluciones sin vibraciones, se agarra bien en la aceleración y ronronea suavemente en cualquier margen de velocidad. Si bien los motores V6 de Mercedes y Audi despliegan su fuerza asimismo con elegancia, marchan de forma más ruda y no exentos de vibraciones. Además, parecen ahogarse y no ruedan tan fácilmente al llegar al límite.

El BMW y el Audi resuelven el sprint estándar hasta los 100 km/h en 7,2 segundos, mientras que el Mercedes necesita una décima de segundo más. Hasta alcanzar los 160 km/h, el Audi necesita 16,2 segundos, el BMW 16,4 y el Benz 16,8. Diferencias marginales que en el día a día no tienen la más mínima importancia. Sin embargo, llama la atención que los tres ofrecieran valores superiores a los indicados de fábrica de 6,3 y 6,4 segundos respectivamente. Esta diferencia se debe, por una parte, a las altas temperaturas del día de prueba (28ºC) y, por otra parte, al equipamiento completo. El Audi y el Mercedes, según los valores de fábrica, debían pesar 1.610 kilos y el BMW 1.570 kilos. En realidad podrían añadírsele cien kilos más.

En cuanto a la velocidad final, todos los fabricantes se han puesto de acuerdo. A 250 km/h se les pone la garra electrónica. Al menos teóricamente. El BMW y la Clase C limitan la velocidad a 254 km/h, el Audi puede alcanzar incluso los 257 km/h. Para mantener la dinámica, todos los fabricantes equiparon sus modelos con frenos de máxima fiabilidad. En el caso del 330i, dichos frenos miden delante 350 milímetros. En el día a día convencen todos ellos y la distancia de frenado al pasar de 100 a 0 se halla claramente por debajo de los 38 metros incluso después de varias frenadas. Dependiendo del tipo de neumáticos y de las dimensiones, estos valores varían.

¿Consumistas sin fin?

El BMW está optimizado para funcionar con Superplus, mientras que Audi y Mercedes se conforman con gasolina Super. Los bávaros circulan con inyección directa de gasolina de bajo consumo, el Mercedes deberá seguir llenando sus cámaras de combustión de forma indirecta hasta el otoño, fecha en la que aparecerá el C 350 CGI. El 330i con medidas Efficient Dynamics presenta el consumo más bajo: en la prueba se consumieron 11,0 litros. Los de Ingolstadt cumplieron con 11,8 litros y los de Stuttgart con 11,9. Cabe mencionar que el BMW también puede conducirse con gasolina Super sin que aumente perceptiblemente el consumo. Por cierto: todo aquel que conduce de forma previsora y aprovecha todas las posibilidades de ahorro de combustible, puede incluso desplazarse en modelos gasolina tan potentes con apenas nueve litros.

Los tres modelos están equipados con caja de cambios automática. En el BMW, sin embargo, cuesta unos 2.000 euros extra. El muniqués cambia en ocasiones de forma algo brusca, el Audi aporta una dureza innecesaria sobre todo en el modo Sport del sistema DriveSelect. La caja que actúa con mayor suavidad es la automática de siete marchas del Mercedes. Aunque tampoco se libra de las críticas: Cuando se pulsa el interruptor Kick-down, el cambio tarda en seleccionar la marcha adecuada. Sin embargo, basta con tirar de la palanca de cambio para pasar de nuevo del modo de cambio manual a "D". En el caso del BMW y del Audi, las palancas de selección deben volver a colocarse antes en las posiciones correctas.

Equipamiento

Pasemos al desagradable tema de los gastos: En esta categoría no convence ninguno de los aspirantes alemanes. El Mercedes C 350 cuesta 50.950 euros, el BMW 330i con caja de cambios automática alcanza los 44.961 euros y el Audi A4 3.2 Quattro cuesta en la versión básica 45.460 euros.

Quien quiera añadir en estos dos últimos faros xenon, piloto de aparcamiento, navegador y sistema manos libres, asientos deportivos, calefacción en los asientos y, por ejemplo, un regulador de velocidad, se pondrá fácilmente en los 50.000 euros.

En resumen

El de Stuttgart es el que al final gana la carrera. Es el modelo más equilibrado y no presenta deficiencias realmente importantes. Su chasis adaptivo es excelente y ofrece el mejor rendimiento a diario. El BMW sigue incluyendo un motor envidiablemente suave y ofrece con diferencia el consumo más bajo. El Audi, el miembro más joven del grupo, convence por una perfecta posición de los asientos y su llamativo diseño.

En cualquier caso, los tres modelos demuestran que no se necesita más coche, ya se hable de motor, espacio, estatus o precio. Algo más de confort aquí y allá si podría ayudar a hacer más atractivo el resultado.

¿Preparado para lo siguiente?

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