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Prueba: Citroën DS4 HDI 165 – Las cosas bien hechas

Y dale con los vecinos curiosos... El otro día me topé con uno que se mostraba más que sorprendido al contemplar el original logotipo de la nueva unidad de prueba de Citroën aparcada delante de mi casa.

Y no, no se sorprendía de sus dos chevrones, sino de la novedosa inscripción «DS» que luce su morro. En realidad, él ya sabía por dónde iban los tiros, pero tenía ganas de hablar. Tenía ganas de presumir de que él había sido propietario de una vieja gloria, de un modelo que es considerado uno de los coches más emblemáticos del siglo XX: el Citroën DS –apodado «tiburón»–, que dejó de fabricarse allá por los años 70. Sin embargo, al DS de la era moderna, con un 4 situado justo al lado, le va a resultar más que difícil hacer olvidar a un modelo que con el tiempo se ha convertido en todo un automóvil de culto. La única similitud entre el antiguo y el nuevo DS es que ambos modelos franceses despiertan la codicia de más de uno con su toque especial, una pizca de extravagancia y una dosis adicional de lujo. Sin embargo, el DS4 no es en ningún caso un modelo de clase superior, sino más bien un sustituto completamente reformado del C4, con una carrocería expresiva, soluciones de diseño originales y un interior que rezuma elegancia.

Sobre todo la carrocería es lo que permite al DS4 destacar entre los de su misma especie, además de ofrecer una mezcla hasta ahora única de coupé de cuatro puertas, vehículo de trasera recta y elementos de un SUV. Todo ello aderezado con inserciones cromadas, elegantes llantas de aleación ligera, ópticas traseras tintadas y luz de conducción diurna tipo LED. Su zaga, con su enorme escape de diseño integrado en el faldón, o las puertas traseras ocultas al ojo humano confieren a este nuevo modelo ese algo especial que le hace diferente. Quizá no resulte tan espectacular como para obligarnos a girar la cabeza a su paso, pero aun así el DS4 tiene gancho.

No apto para gente con claustrofobia

Acceso estrecho, libertad reducida a la altura de piernas y cabeza, mala visibilidad hacia atrás, el DS4 es un automóvil poco apto para mentes pragmáticas. La clientela a la que va dirigida está compuesta más bien por personas que desean destacar entre la monotonía de la clase compacta y que no tienen ningún inconveniente en gastarse un poco más satisfacer sus gustos más especiales.

No obstante, el DS4 también es compatible con el día a día de una familia. La parte trasera dispone de espacio suficiente para los niños y el acceso a través de los huecos de las puertas, si bien estrecho, no resulta ningún problema para personas de pequeña envergadura. Sin embargo, más vale que los pasajeros del fondo no padezcan claustrofobia, ya que las superficies acristaladas son bastante pequeñas y las ventanillas laterales ni siquiera se pueden abrir. Con todo, su maletero variable dispone de una capacidad que oscila entre los 360 y los 1.000 litros, lo que lo sitúa en la media de la clase compacta. A pesar de ello, los objetos más pesados resultarán algo más incómodos de introducir debido al plano de carga elevado del compartimento.

Juegos de luces bonitos y prácticos

El principal objetivo del DS4 es, sin embargo, mimar y entretener a los pasajeros de la primera fila con estilo, confort y diversas soluciones tecnológicas. Delicadas superficies de cuero, un súper navegador, un potente sistema de audio fabricado por Deno o asientos con masaje, la lista de posibilidades resulta sumamente tentadora. Muchos de los extras, como, por ejemplo, los distintos colores de la iluminación de los instrumentos o una selección de diferentes tonos para los intermitentes, forman parte de una categoría de virguerías con la que nuestra unidad de prueba –de equipamiento completo– ha sido capaz de impresionarnos.

Y también lo hace el nivel de calidad que exhibe su interior. Su variada mezcla de superficies, que se caracteriza por exhibir un gusto exquisito, es un regalo tanto para el tacto como para la vista y la infinidad de molduras decorativas metálicas transmiten una convincente sensación de elegancia. Además, gracias su diseño nocturno los ocupantes dispondrán de una gran diversidad de información en la que destacan sus infinitos tonos de luz y su riqueza de colores. Sin embargo, los que en trayectos nocturnos prefieran concentrarse en lo verdaderamente importante también tienen la posibilidad de reducir al mínimo las fuentes de luz (velocímetro e iluminación ambiente) con tan sólo pulsar un botón. Ésta resulta una opción bastante útil, sobre todo en trayectos largos por la noche, ya que relaja y contribuye a mantener un buen nivel de seguridad.

Mucha seguridad

Y hablando de seguridad, el nuevo compacto de lujo de la casa francesa se puede equipar con multitud de sistemas de ayuda orientados a la seguridad. Además del ABS, el ESP, el control de tracción inteligente y el sistema de control de ascenso en pendientes, también hay disponible un sistema de advertencia de cambio del carril o un sistema de control de ángulos muertos. Citroën tampoco se ha olvidado de cosas prácticas como el sistema de manos libres Bluetooth o los sensores de aparcamiento en la parte trasera. El DS4 cuenta incluso con un botón de emergencia a través del cual es posible solicitar ayuda. Ésta logrará localizar el automóvil siniestrado gracias a un sistema de localización GPS y sin necesidad de indicar el lugar en el que se encuentra. En los ensayos de choque realizados por Euro NCAP, en los que el DS4 obtuvo 5 estrellas, la asociación valoró muy positivamente esta función de emergencia.

En términos de dinámica de conducción, el DS4 con motor diésel de 163 CV y 340 Nm también ocupa un lugar destacado dentro de la clase compacta. El tiempo de aceleración de este tracción delantera en combinación con la caja manual de seis velocidades es de 9,3 segundos y su velocidad máxima alcanza los 212 km/h. Con una progresión tranquila, este cuatro cilindros bien aislado en términos acústicos y de marcha sumamente suave para tratarse de un diésel pone a disposición del conductor un empuje potente, sobre todo en aceleraciones intermedias en autopista. Su consumo homologado de 5,1 litros –en teoría bastante bueno– resulta prácticamente inalcanzable. Manteniendo un estilo de conducción moderado, durante nuestras pruebas de conducción registramos siempre valores por encima de los 6 litros, mientras que a velocidades más elevadas el consumo llegó a situarse incluso entre los 7 y los 8 litros.

Adiós al chasis suave

En su día, el histórico DS elevó a la categoría de legendario su chasis hidroneumático extremadamente blando. Sin embargo, para gran decepción de muchos, la subestructura del DS4 no transmite ni una pizca de la legendaria sensación de conducción de aquel mito automovilístico. El chasis convencional del nuevo DS4, montado sobre ruedas de 18 pulgadas, se muestra agradable, sensible y absolutamente cómodo sobre pisos asfaltados. Sin embargo, al rodar por encima de juntas transversales y por carreteras bacheadas el DS4 revela la verdadera naturaleza de su configuración dinámica, ya que las irregularidades resultan mucho más perceptibles de lo que a muchos les gustaría.

Por otro lado, este compacto de 1,4 toneladas de peso resulta preciso en curva y se mantiene firme hasta entrar bastante tarde en la zona límite en la que el coche chirría ligeramente y se desliza de forma controlada y previsible sobre sus ruedas delanteras. Sin embargo, los efectos de la tracción sobre la dirección pueden llegar a resultar algo molestos al salir acelerando de las curvas. Además, y dicho sea de paso, el DS4 ni se acerca al comportamiento impecable de un Golf de configuración deportiva.

Nivel de precios elevado

Como todas las cosas bonitas, el DS4 también tiene un precio elevado. La lista de precios arranca con el gasolina de 120 CV y equipamiento básico «Design» por 20.500 euros, mientras la versión diésel superior de 163 CV en la línea de equipamiento «Style» está disponible a partir de los 26.700 euros. Por la línea más alta de equipamiento «SportChic» en el caso del HDi la casa cobra 1.500 euros más. Y con una configuración como la de nuestra unidad de prueba, que no deja ningún deseo sin cumplir, se pueden llegar a pagar hasta 33.000 euros. Sin embargo, en este caso el equipamiento del DS4 no deja nada al azar.

Esto puede parecer mucho dinero, pero hay que tener en cuenta que por un VW Golf con un equipamiento similar en la versión diésel GTD deportiva tendríamos que pagar unos 5.000 euros más. Visto así ,el DS4 diésel de 163 CV resulta incluso relativamente barato en comparación con los demás miembros de la liga de las estrellas.

Conclusión

DS no es siempre DS. Parece que la casa no ha querido que el DS de la era moderna se parezca ni técnica ni estéticamente al legendario modelo del que ha heredado el nombre. El vecino al que he hecho referencia en el encabezado se sintió bastante decepcionado por este hecho. Nosotros, en cambio, no tanto, puesto que el DS4 encaja a la perfección en nuestra era. Se trata de un automóvil moderno con un elevado nivel de confort y diversión al volante.

Bien es cierto que hay que asumir alguna que otra desventaja de poca importancia (parte trasera estrecha), pero a cambio este compacto de lujo proporcionará muchas alegrías a sus propietarios y, además, podrán presumir de poseer un coche que les permitirá destacar sobre el nivel habitual de la clase compacta. Sin embargo, para lucir bien hay que sufrir y, en este caso, el que sufrirá será nuestro bolsillo.

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