Son los rivales por antonomasia en el caprichoso mundo de los roadster de alto standing. Deslumbrantes, glamourosos y elitistas, aúnan con su inconfundible estilo deportividad a raudales y placer al volante.
Admitámoslo: uno es un cupé puro y duro, y el otro, un descapotable (tipo roadster), por lo que no necesariamente cabría compararlos.
Resulta difícil pillar por sorpresa a los empedernidos adoradores del sol. En cuanto se asoma el primer rayo entre las nubes, se quitan de inmediato la ropa que les sobra. Automovilísticamente hablando, sólo pueden conformarse con un descapotable.