¿Quién dijo que un coche de hace 50 años no puede vencer a la ingeniería más puntera de Stuttgart? Lo que ves en las imágenes parece un impecable Volkswagen Beetle restaurado, pero bajo su carrocería de color Marathon Blue se esconde un "matagigantes" eléctrico capaz de dejar en evidencia a superdeportivos modernos.

Este proyecto, bautizado como 1303 RS-E y creado por el especialista alemán Knepper Bugs & More, ha logrado lo impensable: que un "Escarabajo" sea más rápido en el 0 a 100 km/h que un Porsche 911 GT3.

Una bestia de 600 CV con "órganos" de Tesla y Porsche

La clave de este rendimiento absurdo es su configuración mecánica, un auténtico "Frankenstein" de alta tecnología:

• Motor Tesla: utiliza el motor trasero de un Tesla Model S, modificado para funcionar a un voltaje mayor.

• Potencia salvaje: entrega más de 600 CV y 700 Nm de par motor instantáneo.

• Baterías de Porsche Taycan: la energía proviene de 17 módulos de batería extraídos directamente de un Taycan, repartidos para equilibrar el peso.

Las cifras que asustan

Mientras que un Porsche 911 GT3 moderno necesita unos 3,4 segundos para alcanzar los 100 km/h, este Beetle detiene el crono en unos impresionantes 2,9 segundos. Para ponerlo en perspectiva, está a solo dos décimas del nuevo Lamborghini Temerario (2,7 s).

No es solo velocidad en línea recta

Construir un coche así no es solo cuestión de meter un motor potente. Para evitar que el chasis se retuerza, Knepper ha realizado cambios estructurales profundos:

• Suspensión y frenos: gran parte del hardware proviene de un Porsche 944 Turbo S, con componentes de KW y Bilstein.

• Seguridad: incluye discos de freno de un Porsche 964 en el eje delantero.

• Estética "Sleeper": salvo por el pequeño alerón de fibra de carbono y las llantas clásicas de Porsche, nadie sospecharía que este coche tiene el triple de potencia que un hot hatch moderno.

Aunque el coche es capaz de desplegar 600 CV, para su uso legal en las carreteras alemanas, la potencia suele limitarse electrónicamente a unos 200 CV, lo que sigue siendo cuatro veces más que el modelo original de 1972.

Autonomía y espíritu aventurero

A pesar de ser un coche enfocado al rendimiento, su creador lo llevó en un viaje de 8.000 kilómetros a través de Europa y el norte de África para demostrar su fiabilidad. Con una carga completa, puede recorrer unos 250 km, aunque esa cifra cae drásticamente si decides buscarle las cosquillas al acelerador.

Este Volkswagen Beetle eléctrico es la prueba definitiva de que el restomod no tiene límites y de que el futuro de los clásicos puede ser mucho más emocionante (y rápido) de lo que imaginábamos.