El mercado de los coches japoneses de los 90 (JDM) no deja de sorprendernos, pero lo que está a punto de suceder en la casa de subastas Bingo en Japón juega en otra liga. No estamos ante un Nissan Skyline GT-R R34 convencional; se trata del Tommykaira R-Z, una preparación tan exclusiva que hace que un V-Spec estándar parezca un coche de producción masiva.

Con un precio estimado de 600.000 dólares, esta unidad promete convertirse en una de las transacciones más importantes del año para los entusiastas del motor.

¿Qué hace tan especial al Tommykaira R-Z?

A diferencia de otros preparadores que solo añadían kits estéticos, Tommykaira trabajaba con una filosofía similar a la de RUF con Porsche: desmontaban el coche casi por completo para reconstruirlo con componentes propios, rebrandearlo y mejorar cada aspecto dinámico.

Rendimiento que desafía al Z-Tune

Bajo el capó, el legendario motor RB26DETT fue llevado al extremo. La unidad que sale a subasta cuenta con una cilindrada aumentada a 2,7 litros, pistones forjados, un cigüeñal personalizado y turbocompresores de mayor tamaño. El resultado son 530 CV, una cifra que supera incluso a los míticos 500 CV del Nismo Z-Tune.

Para gestionar semejante potencia, el R-Z equipa:

• Frenos AP Racing con pinzas de seis pistones.

• Suspensión Bilstein ajustada específicamente para este modelo.

• Llantas de magnesio de 19 pulgadas terminadas en un icónico color dorado.

Estética funcional y habitáculo exclusivo

Visualmente, el Tommykaira R-Z se distingue por un kit de carrocería que incluye un frontal rediseñado con entradas de aire más agresivas y un alerón trasero de doble plano sobre soportes de aluminio. En el interior, los detalles marcan la diferencia: asientos con el logotipo de la marca bordado, un volante Momo personalizado y un cuadro de instrumentos digital exclusivo que delata que no es un Nissan cualquiera.

Una oportunidad de "uno entre un millón"

La unidad en cuestión tiene apenas 20.191 kilómetros en el odómetro. Lo más sorprendente es su historial reciente: su actual propietario apenas le ha hecho 2.000 kilómetros en los últimos 15 años, manteniéndolo en un estado de conservación de concurso.

No se sabe la cifra exacta de modelos que se fabricaron. Algunas fuentes apuntan a solo 11 unidades con especificación R-Z completa, lo que garantiza que el comprador no solo se lleva un coche de alto rendimiento, sino una inversión financiera con un potencial de revalorización altísimo.