Volvo no se había quedado rezagada en materia de seguridad, pero ya no despuntaba (como lo hacía antaño) sobre algunos fabricantes, en su mayoría “premium” y alemanes. Los suecos, no sin el amparo económico de Geely (su gran propietaria china), llevaban tiempo estudiando qué y cómo desarrollar algo (un sistema) que revolucionase la seguridad pasiva y les devolviese ese posicionamiento en la mente del consumidor como la firma de coches más segura del mundo.
En junio de 2025, esta empresa ha vuelto a marcar un antes y un después en la materia con un novedoso cinturón inteligente que se adapta a la masa, el volumen y la altura de cada persona, así como al tipo de accidente que experimente, en tiempo real. Se implementará el año que viene.
El nuevo estándar en seguridad personalizada
Volvo lo ha vuelto a hacer. Si en 1959 cambió la historia del automóvil al inventar el cinturón de tres puntos (que se estima ha salvado más de un millón de vidas), ahora da otro salto con el primer cinturón de seguridad multiadaptativo de toda la industria. Esta innovadora tecnología debutará en el próximo Volvo EX60, 100% eléctrico, previsto para 2026, y tiene como objetivo aumentar la protección según la situación real de tráfico y las características de cada ocupante. Su mecanismo es más complejo de lo esperado.
Gracias a un ecosistema de sensores internos y externos, este cinturón recoge información en tiempo real sobre la persona (peso, estatura, postura, etc.) y sobre el contexto del accidente (velocidad, dirección, intensidad, etc.). Con estos datos, ajusta automáticamente la fuerza del tensor para optimizar la protección. Por ejemplo, un pasajero corpulento recibirá una mayor retención en un choque fuerte, mientras que alguien más pequeño será sujetado o retenenido con menor fuerza en colisiones leves, reduciendo el riesgo de fracturas o lesiones innecesarias.
La clave, según explica la compañía escandinava, está en el aumento del número de perfiles de carga, que pasan de tres a once, lo que permite una personalización mucho más precisa que en los sistemas actuales. Adicionalmente, las actualizaciones inalámbricas (OTA) permitirán que el cinturón evolucione y mejore con el tiempo, aprendiendo de nuevos datos y escenarios reales.
Inteligencia artificial y pruebas extremas al servicio de la vida: una vez más, “Volvo for life”…
Este sistema particular forma parte de un ecosistema más extenso de seguridad que Volvo ha perfeccionado durante varios años. No actúa de forma aislada, sino que trabaja en sintonía con airbags, asistentes de conducción (ADAS) y sistemas de detección de ocupantes, generando de este modo respuestas coordinadas para maximizar la eficacia ante cualquier situación. Por lo tanto, está controlado por inteligencia artificial.
Todo este avance se fundamenta en más de medio siglo de investigación sobre accidentes de tráfico y una base de datos de más de 80.000 ocupantes, lo que ha permitido a estos nórdicos comprender con precisión los siniestros viales.
La experiencia anterior, en palabras de la propia Volvo, se ha traducido en un laboratorio de pruebas de choque reales (no simulaciones) puntero que cumple 25 años en 2025. Allí, Volvo recrea accidentes con mayor exigencia que la normativa para garantizar que cada progreso suponga una mejora tangible en seguridad.