Audi RS 2 Sedán: la alternativa al BMW M3 que no llegó a producción

El Audi RS 2 Avant es el padre de la estirpe RS. Aquel familiar con llantas de Porsche 911 y un motor de cinco cilindros turboalimentado redefinió lo que significaba el rendimiento práctico. Pero, ¿qué habría pasado si Audi hubiera decidido atacar el mercado de las berlinas deportivas? La respuesta existe, tiene cuatro puertas y es una de las piezas más raras que se custodian en los túneles del Audi Forum en Ingolstadt: el Audi RS 2 Sedán.
El eslabón perdido entre el 80 y el RS
En 1994, mientras el mundo se rendía ante la capacidad de carga y la velocidad del Avant, un pequeño equipo de ingenieros exploró la posibilidad de aplicar la misma receta al cuerpo del Audi 80. El objetivo era claro: ofrecer una alternativa de tracción total Quattro frente al BMW M3, el rey indiscutible de las berlinas deportivas de la época.
A diferencia del Avant, del cual se fabricaron casi 3.000 unidades, del RS 2 Sedán solo se tiene constancia oficial de dos o tres prototipos. Uno de ellos permanece en un estado de conservación impecable, luciendo el icónico color Nogaro Blue que definió a toda una generación de modelos RS.
Corazón de cinco cilindros y alma de Stuttgart
El Audi RS 2 Sedán no era simplemente un Audi 80 con un motor potente. Al igual que su hermano familiar, este prototipo fue desarrollado en estrecha colaboración con Porsche. Bajo el capó escondía el legendario motor de 2.2 litros y cinco cilindros en línea, potenciado hasta los 315 CV gracias a un turbocompresor KKK de mayor tamaño y ajustes específicos en la gestión electrónica.
Los detalles que delataban su pedigrí eran inconfundibles:
Frenos y llantas firmados por Porsche (las famosas Cup de 17 pulgadas).
Espejos retrovisores. Los icónicos "teardrop" del Porsche 911 (993).
Prestaciones: aceleración de 0 a 100 km/h en poco más de 5 segundos, cifras que en 1994 humillaban a muchos superdeportivos de motor central.
¿Por qué nunca llegó a las calles?
La pregunta que atormenta a los seguidores de la marca de los cuatro aros es por qué Audi no dio luz verde a su comercialización. La respuesta oficial nunca ha sido del todo clara, pero los analistas apuntan a dos factores clave: costes y marketing.
En aquel momento, Audi quería posicionarse como el fabricante de los "familiares más rápidos del mundo". Introducir un sedán habría diluido esa imagen de marca diferenciadora que el RS 2 Avant estaba construyendo con tanto éxito. Además, la producción en la planta de Rossle-Bau de Porsche ya estaba al límite de su capacidad, y añadir una variante de tres volúmenes habría complicado una logística que ya era costosa de por sí.
Aunque el RS 2 Sedán nunca llegó a los concesionarios, su espíritu no murió. Fue el precursor espiritual de lo que años más tarde veríamos en el Audi RS 4 (B5) y, más recientemente, en el RS 3 Sedán.
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