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Primer contacto: Jeep Compass 2.2 CRD 163 cv – Vuelta a la escena

Un vistazo obligatorio debajo del capó –y la rápida retirada la cubierta de plástico que aparece en primer plano– nos permite admirar el corazón del nuevo Jeep Compass en todo su esplendor, además de una enorme pegatina que resulta algo más que sorprendente.

Un vistazo obligatorio debajo del capó –y la rápida retirada la cubierta de plástico que aparece en primer plano– nos permite admirar el corazón del nuevo Jeep Compass en todo su esplendor, además de una enorme pegatina que resulta algo más que sorprendente: «Rumpfmotor Kölleda» (motor aligerado Kölleda). ¿Kölleda? Sí, el motor diésel de 2,2 litros del Compass ya se ha utilizado en algunos modelos de la casa Mercedes. Con ésta y muchas otras novedades regresa de nuevo este Jeep compacto tras dos años de sequía.
Pese a la enorme popularidad de los SUV, el Compass no ha tenido un camino fácil. En su calidad de todocamino compacto no fue nunca un representante típico de la marca Jeep, y su frontal inspirado en el Wrangler le confería un aspecto un tanto particular que no logró despertar un gran entusiasmo. Al fin y al cabo, tanto la presentación del interior como sus prestaciones estaban adaptadas al gusto automovilístico norteamericano.

El Compass se convirtió en un mero vehículo de carga y en 2009 fue retirado de los concesionarios tan sólo dos años después de su lanzamiento al mercado. Sin embargo, el grupo Chrysler que se ha visto fuertemente afectado por la crisis durante los últimos dos años, y que entretanto se ha asociado con el grupo Fiat, vuelve ahora a la carga con su marca de culto 'offroad'. Un Compass completamente renovado, entre otras muchas cosas, parece servir de base a la marca Jeep para impulsar de nuevo su crecimiento y, al mismo tiempo, llevar a cabo un cambio de imagen que la convertirá en una marca orientada al ocio. Esto podría salirles bien ya que, en comparación con el Compass del año 2007, la versión de 2011 nos sorprendió positivamente gracias a su amplio abanico de novedades.

Más bonito tanto por dentro como por fuera

A primera vista es posible que ni siquiera seamos capaces de reconocer al Compass, ya que su nuevo frontal es radicalmente diferente y ahora sí se puede decir que tiene una buena presencia. En lugar de la arcaica estética Wrangler, su cara es ahora una excelente copia del recién estrenado y renovado Grand Cherokee. Una elegancia urbana que se deja ver. El resto de la carrocería del Compass casi no se ha tocado, si bien es cierto que ya no salta negativamente a la vista.

El interior también se ha mantenido intacto en su arquitectura básica, aunque el cuadro de instrumentos tiene ahora un diseño mucho más armónico y sus superficies de plástico duro negro salpicadas de multitud de aplicaciones cromadas presentan un aspecto más organizado. Todo esto crea una atmósfera mucho más agradable y de mayor calidad. Pese a que el conjunto en sí no está a la altura de modelos equiparables de fabricación alemana, el interior de la mayoría de las opciones japonesas tampoco es mucho mejor.

El nuevo volante ofrece incluso botones de control para algunos componentes de serie como el sistema de audio y el programador de velocidad. Gracias a su amplia oferta de espacio y a unos asientos bastante buenos uno se siente muy a gusto dentro del Compass. Al igual que antes, el maletero resulta corriente en términos de capacidad y versatilidad. Así, en el compartimento de carga tienen cabida 458 litros, aunque con el banco trasero abatido esta cifra aumenta hasta los 1.269 litros. De serie, el asiento del copiloto del Compass cuenta incluso con un respaldo completamente abatible hacia adelante, lo que facilita enormemente en transporte de objetos de mayor longitud.

Con motor diésel Mercedes a la altura de las circunstancias

El motor fabricado en Kölleda (Alemania) arranca, como es habitual, con un sencillo giro de la llave de encendido. La primera versión de este SUV estaba equipada con un motor diésel con sistema bomba-inyector del grupo VW que realmente no resultaba muy elegante en términos acústicos. En comparación con este modelo, el propulsor de cuatro cilindros de la casa Daimler Benz es todo un dechado de virtudes entre las que se encuentra la suavidad de marcha, a pesar de que en este caso también resulta evidente su naturaleza diésel.

Sus 163 CV de potencia y 320 Nm de par motor, asociados a un cambio manual de seis marchas de Aisin, son unas excelentes condiciones previas para lograr una excelente propulsión. Pese a contar con tracción integral variable, a gran velocidad el volante se muestra bastante intranquilo, si bien estaremos a salvo de sufrir cualquier desviación de las ruedas. En este sentido, el tiempo de aceleración del nuevo Compass de 1,6 toneladas de peso es de 10,6 segundos, mientras que su velocidad máxima alcanza los 201 km/h. Pese a este rendimiento, a la estructura elevada de la carrocería y a la tracción a las cuatro ruedas permanente, el consumo medio parece situarse en 6,6 litros a los 100 km. A modo de comparación podemos decir que los datos oficiales de un VW Tiguan 4Motion de 170 CV y motor TDI indican exactamente la misma cifra de consumo.  

Bien sobre el asfalto y aceptable en condiciones todoterreno

En lo que respecta al motor, el Compass 2.2 CRD se encuentra a la altura de los tiempos que corren, e incluso su tracción integral, en la que un embrague de discos múltiples es el encargado de variar la distribución de la fuerza entre los ejes, también cumple el estándar tecnológico actual vigente en el segmento de los SUV. Sin embargo, esto no convierte al Compass en un Jeep robusto y sólido recomendable, dado que su hardware todoterreno sólo permite realizar escapadas al campo con la máxima precaución.

La distancia al suelo, el ángulo de inclinación y la articulación del eje son limitados y tampoco cuenta con reductora. Al menos pulsando un botón es posible bloquear electrónicamente el embrague de discos múltiples y además dispone de sistemas de control de ascenso en pendientes o de control de velocidad en descenso. De esta forma, el Compass se convierte en un Jeep perfectamente apto tanto para la playa como para la montaña, aunque si lo que buscamos en un buen todoterreno en principio tendremos que evitar el segmento de los SUV.

Sin embargo, en lo que sí destaca realmente el Compass es en los desplazamientos sobre superficies asfaltadas. Su buena estabilidad en carretera, su comportamiento seguro en curva y su gran confort obran una puesta en escena impecable, tanto en el tráfico urbano como en carreteras comarcales o autopistas. Su dirección precisa y cómoda nos ofrece un excelente control sobre la ejecución de las órdenes direccionales, lo que nos permite trazar las curvas a gran velocidad sin miedo y, además, el ESP reacciona bastante tarde incluso a velocidades excesivas de entrada en curva.

Económico

La lista de precios también es motivo de alegría en el caso del Jeep Compass. La versión de 136 CV del Compass 2.2 CRD con tracción exclusivamente delantera está disponible a partir de 25.400 euros, si bien la variante más potente que nosotros probamos, y que viene equipada con tracción integral, cuesta exactamente 4.300 euros más.

Jeep ofrece dos niveles de equipamiento: Sport y Limited. La versión Sport, más sencilla, se presenta con algunos detalles prácticos. Junto con un equipamiento de seguridad completo también incluye aire acondicionado, espejos exteriores eléctricos, un sistema de audio, un programador de velocidad y llantas de 17 pulgadas. En un VW Tiguan con equipamiento similar y motor diésel de 170 CV tendríamos que invertir unos 4.000 euros más.

Conclusión

Impresionante. Un modelo del cual ya habíamos certificado su muerte regresa a la escena automovilística de forma sorprendente. Mejoras estéticas, un interior de mayor calidad y un nuevo propulsor diésel procedente de la casa Mercedes son las bazas que juega el nuevo Compass para plantar cara a la competencia en el concurrido segmento de los SUV compactos. Con una mejor configuración, aunque una aptitud limitada para su uso todoterreno, el nuevo todocamino de Jeep demuestra haber madurado también en lo que a las prestaciones se refiere. Pese a la multitud de innovaciones que incorpora, su precio continúa por debajo del nivel de muchos de sus competidores.

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