La automovilística Pagani y la casa de joyería Bulgari han unido sus lujosos recursos para la creación de un supercoche único para un coleccionista. Inspirado en la deidad serpiente de las culturas hindú y budista del sudeste asiático, el Pagani Nāga, que toma como base el Pagani Imola Roadster, combina un diseño evocador, materiales exclusivos y una ingeniería de última generación.
El corazón del Nāga es el ya conocido motor V12 biturbo de 6.0 litros diseñado por Mercedes-AMG, que entrega 838 CV y un par de 1.100 Nm. Acoplado a una transmisión Xtrac de siete velocidades, disponible en modo manual o automatizado, este propulsor impulsa al Nāga hasta una velocidad máxima limitada electrónicamente a 350 km/h, con una aceleración de 0 a 100 km/h en apenas 3 segundos.
0 a 100 km/h en 3 segundos, velocidad máxima de 350 km/h
La gestión térmica, optimizada por un intercambiador de calor fabricado por Conflux Technology mediante impresión 3D, garantiza un rendimiento óptimo incluso en condiciones extremas, como en circuitos de alta exigencia.
No obstante, el elemento diferenciador de este Pagani Nāga es su carrocería de fibra de carbono desnuda, que presenta un tratamiento exclusivo que recrea un patrón de escamas de serpiente, un efecto que parece moverse bajo la luz. Este acabado, combinado con incrustaciones de diamantes en los detalles exteriores, como los emblemas y las llantas, refleja la influencia de Bulgari.
El interior no se queda atrás: tapizado en cuero negro de máxima calidad con costuras plateadas, incluye detalles en oro blanco y diamantes en los controles, evocando la opulencia de una joya rodante. El salpicadero, del que no se han publicado imágenes oficiales, promete ser un santuario de personalización.
El Nāga no solo rinde homenaje a la mitología asiática, sino que también fusiona la herencia italiana de Pagani y Bulgari. Según Horacio Pagani, el proyecto refleja “la búsqueda de la perfección en cada detalle”, mientras que Bulgari aportó su conocimiento y experiencia en joyería para elevar el coche a la categoría de arte. Su presentación en un evento privado en Italia causó revuelo, con rumores de que el comprador es un magnate asiático fascinado por la simbología del Nāga.
El Nāga hereda la aerodinámica activa del Imola Roadster, con alerones y difusores ajustables que optimizan la carga aerodinámica y la estabilidad a altas velocidades. Su chasis monocasco de carbono-titanio asegura una rigidez torsional excepcional y un peso contenido, aunque no se ha revelado la cifra exacta.
Este hiperdeportivo no solo es un prodigio técnico, sino también un símbolo de exclusividad: al ser un "one-off", su precio estimado ronda los 10 millones de euros, una cifra que pagará el empresario y coleccionista tailandés Kimphornprapha, una figura conocida en los círculos automovilísticos de élite por su gusto por los coches raros y a medida y el hombre detrás del encargo.