Este año se celebra el 50 aniversario de la creación de la división más especial de BMW. Desde 1972 la M tricolor ha firmado las mejores creaciones de BMW y para celebrar este cumpleaños tan especial se presenta esta maravilla producida en serie limitada a sólo 50 ejemplares, uno por cada año de historia.
Cada una de las 50 unidades del BMW 3.0 CSL estará rematada a mano por especialistas de forma artesanal y poniendo el máximo esmero en los detalles y puesta a punto, un verdadero objeto de colección.
La producción de los 50 ejemplares del BMW 3.0 CSL se llevará a cabo durante tres meses, en los cuales se fabricarán en Múnich y Landshut los componentes de resina reforzada con fibra de carbono específicos de la carrocería y del interior de esta serie aniversario.
La fabricación de cada uno de estos ejemplares requiere de varias estaciones específicas durante su montaje, lo que hace que el tiempo total para fabricarlos sea varias veces superior al de la producción de un modelo normal de BMW M directamente montado en la cadena de producción habitual. Sólo la decoración de su pintura ha requerido de un proceso artesanal específico que requiere de varias horas, para lo cual se ha tenido que formar a un equipo especial de operarios que se encargarán en exclusiva de estas unidades del BMW 3.0 CSL.
BMW 3.0 CSL: evocador
Reeditar un nombre tan mítico como el de BMW 3.0 CSL deja claro que se tratará de un vehículo fuera de lo corriente. El modelo original al que rinde tributo ganó el Campeonato Europeo de Turismos durante su temporada inaugural en 1973, y repitió este título cinco veces más de forma consecutiva desde 1975 a 1979.
Pilotos como Toine Hezemans, Hans-Joachim Stuck, Chris Amon y Niki Lauda dejaron atrás a la competencia en Nürburgring y en muchos otros circuitos, a los que siguieron las primeras victorias de BMW en circuitos estadounidenses ya en 1975. Todos estos éxitos ayudaron a que los coches de carreras ganaran popularidad internacional.
La versión matriculable de aquel bólido se convirtió en todo un símbolo en su época gracias a su carrocería aligerada y su potente motor de 206 CV de potencia. Puertas de aluminio, eliminación de los paragolpes metálicos, menor espesor en los cristales y aislamiento acústico interior... todo para aligerar al máximo la carrocería, a la que se añadían unos llamativos alerones que le valieron el sobrenombre de "batmóvil".
En esta reencarnación del siglo XXI, el nuevo BMW 3.0 CSL presume de una relación peso potencia mucho mejor que la de su ancestro, con sólo 2,9 kilogramos por CV.
Las últimas tecnologías se han puesto al servicio de sus diseñadores para elaborar un kit aerodinámico que, inspirado en el del clásico, consiga una elevada eficiencia y mejore la adherencia y la velocidad de paso por curva.
Se dedicaron unas 200 horas de trabajo a optimizar el flujo de aire y el equilibrio aerodinámico del vehículo, incluyendo 50 horas en el túnel de viento del Centro de Pruebas Aerodinámicas del Grupo BMW. Además, dos vehículos de preproducción del BMW 3.0 CSL tuvieron que someterse a una prueba de seguridad en forma de choque frontal y lateral para cumplir los requisitos legales de la carretera.
BMW 3.0 CSL: 50 ejemplares de colección
Este homenaje a los 50 años de BMW M está repleto de guiños a la competición. No sólo su estética y decoración recuerdan al mítico BMW 3.0 CSL de los años setenta, también hay detalles inspirados por los últimos bólidos de carreras de BMW M. Por ejemplo, sus faros con tecnología láser cuentan con una iluminación en el borde de color amarillo, que recuerda a la luz de los bólidos de las carreras de resistencia de la categoría del BMW M4 GT3. También las llantas de aleación forjada son específicas, con bujes monotuerca son un espejo de la competición y el logo del 50 aniversario grabado.
Por supuesto, no sólo se trata de detalles estéticos y aerodinámicos, el BMW 3.0 CSL es un verdadero deportivo de altísimas prestaciones. Casi hasta es una lástima pensar en todas esas maravillas tecnológicas y saber que con casi total seguridad acabarán siendo ejemplares de exposición que apenas rodarán.
Frenos cerámicos, suspensiones de doble muelle con tarados y reglajes específicos, estabilizadoras, brazos, caídas, geometrías... todo se ha desarrollado para convertir al BMW 3.0 CSL del siglo XXI en una máquina de precisión rapidísima.
BMW 3.0 CSL: 6 cilindros con 560 CV
El primer modelo potenciado por el departamento de Motorsport aumentaba la potencia del 6 cilidros en línea del precioso coupé de BMW para llegar a unos excelentes 206 CV partiendo de los apenas 180 CV del modelo "normal". Aumento en la cilindrada, nuevo sistema de alimentación de combustible, retoques en la distribución para mejorar su respiración a alto régimen... el motor pasó de ser un buen motor a una máquina excelente.
Años más tarde se llevó a cabo un trabajo más serio en su sucesor, que acabaría siendo el corazón del mítico BMW M1. Para entonces la cilindrada crecía hasta los 3,5 litros, llegaban las 4 válvulas por cilindro y una sofisticada inyección electrónica con lo que la potencia subía hasta unos fiables 277 CV.
Desde entondes la escalada de potencia no ha parado hasta llegar a los 600 CV disponibles en el BMW M4 GT3 de competición. En el caso del BMW 3.0 CSL su motor de 6 cilindros twin turbo llega a los 560 CV, lo que lo convierten en el 6 cilindros más potente jamás matriculado por BMW M.
Toda esa potencia llega sólo al eje trasero y a través de una caja de cambios manual de 6 marchas, el esquema más atractivo para los más puristas y el que mejor encaja en un coche como el BMW 3.0 CSL.
BMW 3.0 CSL: numerado
El interior del BMW 3.0 CSL es también un tributo al legado de BMW M. Cada ejemplar cuenta con su placa identificativa y numerada y cada detalle recuerda el 50 aniversario al que homenajea, como el pomo del selector del cambio manual de 6 marchas.
En la parte trasera los asientos dejan lugar a un espacio de almacenamiento con dos compartimentos para cascos integrados. Las molduras de CFRP en los paneles de las puertas y la reducción del aislamiento acústico también contribuyen a dar un toque extremadamente deportivo.
El conductor y el acompañante se sientan en los asientos M de fibra de carbono, que transmiten una sensación de competición altamente emocional e inimitable en cada kilómetro. Las conexiones diagonales entre la superficie del asiento y el respaldo recuerdan el principio de construcción de los asientos ligeros del modelo histórico.
La altura y la inclinación del asiento pueden ajustarse exclusivamente mediante una conexión de tornillo de tres etapas en un taller. La posición longitudinal puede variarse manualmente mediante una palanca situada en el borde delantero del asiento. Además, los asientos integrales M de fibra de carbono ofrecen inserciones extraíbles en los reposacabezas.
Además, el interior del BMW 3.0 CSL se presenta como un habitáculo de coche deportivo, purista y exclusivo.__ Las superficies de los asientos en Alcántara negro__ y los cinturones de seguridad M se combinan con un volante en Alcántara M, un revestimiento del techo en antracita, Alcántara negro y superficies de carbono mate. Las costuras de contraste y otros detalles en blanco se corresponden con la pintura exterior del BMW 3.0 CSL, cuyas letras de modelo están grabadas en los umbrales de las puertas y en las superficies de los asientos.
