La estrategia eléctrica de Land Rover sigue avanzando a pasos agigantados y uno de los últimos en incorporarla ha sido el Defender. La firma británica ya avanzó en la presentación de su nueva generación que la gama se electrificaría y ahora ha cumplido su promesa con dos propuestas que aquí te recopilamos.
La más importante y representativa, la bautizada como P400e que hace referencia directa a la versión híbrida enchufable. De combinar el 2.0 Turbo de cuatro cilindros de la familia Ingenium con un motor eléctrico surge un rendimiento conjunto de 398 CV, de los cuales 139 CV corresponden a ese motor eléctrico.
El mismo que se alimenta de la energía almacenada en una batería de 19,2 kWh de capacidad con la que puede rodar hasta 43 km sin emitir una sola partícula contaminante ni gastar una gota de combustible. Pero es que cuando lo haga, el Defender PHEV homologa un gasto de tan solo 3,3 l/100 km. Como es obvio, cuando llegue a nuestro mercado lucirá la etiqueta CERO de la DGT.
A ello se suman unas prestaciones más que notables, con un 0 a 100 km/h de 5,5 segundos y una velocidad máxima de 209 km/h que será de 130 km/h en modo eléctrico. El resto se mantiene invariable y aunque este Defender P400e solo se ofertará con la carrocería larga, 110, sí dejará intactas sus capacidades off road, gracias entre otros a la suspensión neumática, o su estética retro moderna en la que destacan las llantas de 20 pulgadas.
Nuevo diésel tope de gama y con sello ECO
La segunda opción electrificada tiene como protagonista al nuevo propulsor diésel de seis cilindros en línea que genera 296 CV y 650 Nm de par. Y lo hace sumando el ya conocido sistema de MHEV de hibridación ligera mediante batería de 48 voltios que en nuestro mercado irá asociado a la etiqueta ECO.
Con un 0 a 100 km/h de 6,5 segundos, este Defender D300 irá, obviamente, equipado con el sistema de tracción total aunque este ahora presenta un nuevo sistema de transmisión inteligente que varía el par entre los ejes según la información del conductor y los datos recopilados sobre los alrededores del vehículo a partir de los sensores ubicados en el automóvil. Con ello, Land Rover afirma que puede optimizar la entrega de potencia para la tracción y la eficiencia, y mejora tanto el ahorro de combustible como las emisiones de CO2.
