BMW ha decidido que 2020 sea el año en el que uno de sus deportivos más singulares y extravagantes nos diga adiós. Nos referimos al i8 y, por extensión, al i8 Roadster (su carrocería descapotable). Pionero dentro de la movilidad eléctrica de la firma bávara, fue el encargado de marcar el camino de toda la electrificación que está viviendo BMW y que continuará con la llegada de 25 modelos de aquí a 2023.
El BMW i8 supuso todo un adelanto a su época al emplear, entre otros procesos de fabricación sostenibles que, además, se combinaran con el espíritu deportivo de la firma. A destacar la fabricación de su celda de pasajeros hecha de polímero reforzado con fibra de carbono (CFRP) que se combinaba con el chasis de aluminio. Una mezcla tan revolucionaria como idónea para controlar de forma inteligente su sistema híbrido enchufable.
El mismo que le ha permitido, al final de su vida, lucir la etiqueta CERO de la DGT, peus gracias a su batería de ion litio de 11,6 kWh de capacidad, la autonomía homologada era de 55 kilómetros, permitiéndole además registrar un gasto medio de 2,1 l/100 km. Datos que, como decimos no están reñidos con un rendimiento deportivo típico de cualquier M Performance. Así lo reflejan los 4,4 segundos que necesita para pasar de 0 a 100m km/h o los 250 km/h de velocidad máxima autolimitada y que consigue gracias a su motor de 347 CV de potencia conjunta.
Directo al salón de la fama
Un superdeportivo, este BMW i8, que nos dice adiós de manera definitiva. El final de su producción llegará en el momento en el que la unidad 200 de la edición especial Ultimate Sophisto Edition salga de manera artesanal de la fábrica de Leipzig. La misma de la que ya han salido en estos seis años de vida un total de 20.000 unidades convirtiendo al i8 en el deportivo de BMW más exitoso de la historia.
Con cifras como estas y dada la repercusión que ha tenido desde sus inicios, no es de extrañar que tanto el i8 como el i8 Roadster ya tengan un hueco destacado en el Hall of Fame de la marca en Múnich. Allí compartirán espacio con los míticos BMW M1 o BMW Z8, de los que solo se construyeron 399 y 5.000 unidades, respectivamente y que dan más valor al rotundo éxito de este superdeportivo.
