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Primer contacto: Mercedes Benz Clase A – Desde el principio

Mismo nombre, pero coche nuevo. El nuevo Clase A ha perdido todo parecido posible con su predecesor y eso se hace notar. Mercedes regresa al segmento de los compactos con un concepto completamente nuevo.

Que los antiguos compradores pueden sentirse algo irritados es algo con lo que la marca cuenta. Las generaciones anteriores de las Clases A y B presentaban sorprendentes similitudes, tanto que éste último bien podría pasar por un «Grande A». Esto es algo que quiere remediar la nueva reedición. Si bien la nueva Clase B sigue estando orientada a los jubilados de elevado poder adquisitivo, parece que la Clase A está dispuesta a captar nuevos clientes con su imagen de modelo compacto deportivo.

De esta forma, la nueva Clase A ha dejado atrás sus antaño manejables dimensiones –de tan solo 3,80 metros de longitud– para alcanzar ahora los 4,29 metros, al mismo tiempo que se ha dejado por el camino 16 cm de altura, lo que le hace parecerse en cierto modo a un VW Golf, un BMW Serie 1 o un Audi A3. Un verdadero compacto y no una especie de mini-monovolumen. Aquellos que hasta ahora se habían decantado por la Clase A por su cómoda entrada y salida, su posición de conducción elevada o el espacio disponible en el maletero quedarán claramente decepcionados. En el nuevo modelo esta posición es mucho más baja y las maniobras de entrada y salida resultan algo más incómodas.

Grandes posibilidades de éxito

Según la estrategia de la casa bávara, aquellos clientes fijos que no queden convencidos con el cambio siempre podrán decantarse en el futuro por la Clase B. La idea es, por tanto, arrancar casi el 50% de la clientela de la nueva Clase A a otras marcas de la competencia. En este sentido, Mercedes apuesta principalmente por los clientes comerciales, que ahora contarán con un modelo adecuado por debajo de la Clase C y ya no tendrán que llamar más a la puerta de BMW o Audi. Parece que serán sobre todo las empresas responsables del aumento que los expertos prevén que se produzca a lo largo de los próximos 10 años y que permitirá pasar de 6,6 millones de compactos premium vendidos en 2011 a un total de 10,6 millones. Lógico que Mercedes quiera hacerse con un trozo del pastel.

A partir del antiguo bloque metálico de líneas poco agraciadas los diseñadores han creado un cinco puertas moderno con una presencia claramente distintiva y, sobre todo, dinámica y deportiva. En el frontal llama la atención la enorme estrella situada en una parrilla que desde hace poco Daimler equipa siempre con lamas inclinadas y que se encuentra situada entre dos atractivos grupos ópticos, unas cuantas líneas características y grandes entradas de aire. La vista lateral del Clase A resulta algo menos espectacular, ya que parece que las proporciones de los voladizos no encajan del todo en el conjunto. No obstante, donde los diseñadores han demostrado tener más valor es en la zona de la zaga, ya que ésta recuerda a diferentes competidores, pero en ningún caso a cualquier otro modelo de la casa. En este caso podríamos decir que existe un cierto riesgo de que el nuevo Clase A se confunda con otros modelos de la competencia.

Ningún milagro del espacio

Visto desde atrás llama la atención su portón trasero estrecho que, con razón, nos hace intuir una apertura de carga no demasiado ancha. Con una capacidad de 341 litros, el maletero que nos encontramos no es ninguna maravilla. Al menos el plano de carga es suficientemente bajo y al abatir los asientos traseros se crea un piso plano. El banco trasero –sin respaldo reclinable– ofrece suficiente espacio, siempre y cuando las personas que vayan sentadas delante no sean de gran envergadura, aunque cabe destacar que la libertad de movimiento a la altura de la cabeza sí es buena.

La parte delantera es bastante espaciosa, aunque los reposacabezas regulables solo están disponibles en la versión básica. Tan pronto como nos decantemos por uno de los tres paquetes de equipamiento «Style», «Urban» o «AMG Sport» , el nuevo Clase A vendrá equipado con asientos deportivos. Aunque estos ofrecen una mejor sujeción lateral y un mayor confort, el respaldo resultará algo corto para los pasajeros más altos y sus reposacabezas integrados se clavarán en la espalda de aquellos que superen los 1,90 metros de altura, por lo que se recomienda encarecidamente probar los asientos antes de hacerse con él.

Salpicadero de aspecto deportivo

Su salpicadero deportivo destaca por tener una buena ergonomía y un diseño que resulta mucho más espectacular que los de Audi y BMW. Al igual que en otros modelos de la casa, ahora la Clase A también cuenta en la consola central con una unidad de control central giratoria, siempre y cuando se encargue también uno de los sistemas multimedia de gran pantalla. Dependiendo del equipamiento, los instrumentos redondos se presentan en color negro y con una buena legibilidad o con fondo plateado y una legibilidad más bien mediocre debido a que las cifras también son de color plateado. Y en lugar del nuevo ordenador de a bordo multicolor –disponible, por ejemplo, en la nueva Clase C–, la Clase A tan solo cuenta con una pantalla monocromo que indica el consumo medio, así como otros datos de importancia relativa.

En términos cualitativos, la Clase A muestra una mezcla de materiales de primera calidad y excelente acabado –como puede observarse en las cinco toberas de ventilación redondas al más puro estilo SLS–, por un lado, y componentes más bien mediocres, con algunas zonas de plástico duro que no resultan especialmente buenas al tacto, por otro. Y el hecho de que en las puertas también podamos se pueda observar alguna que otra zona metálica sin recubrir es algo que no corresponde con las pretensiones de calidad de la marca. En este caso, debemos reconocer que los de Ingolstadt saben hacerlo mejor. Resulta sorprendente que pese a su imponente precio de acceso de aproximadamente 25.000 euros, la casa haya ahorrado en algunos detalles como amortiguadores de gas comprimido en el capó, ya que aquí tan solo encontramos una simple varilla de sujeción.

Solo 3,8 litros de gasóleo

A partir de septiembre de 2012 la nueva Clase A se presenta con dos motorizaciones diésel y tres gasolina de las que ya hemos hablado de forma exhaustiva. En el apartado de los diésel la oferta comienza con el A 180 CDI (a partir de 26.478 euros) de 109 CV y 1,5 litros de cilindrada en combinación con un cambio manual de seis velocidades o de 1,8 litros de cilindrada en combinación con un cambio de doble embrague de siete marchas. Es bastante probable que la mecánica de 1,5 litros –desarrollada conjuntamente con Renault– se pueda combinar en un futuro próximo con un cambio automático. En la actualidad se trata del propulsor más eficiente con una cifra de consumo de solo 3,8 litros a los 100 km.

Medio litro más es lo que consume el A 200 CDI (a partir de 28.500 euros) en el que su cuatro cilindros de 1,8 litros desarrolla 136 CV. La sensación que nos dejó esta mecánica tras nuestra primera prueba de conducción fue realmente buena y gracias a su par motor de 300 Nm (a partir de 1.600 vueltas) no tiene problemas a la hora de poner en marcha la casi tonelada y media de peso de este nuevo compacto. Su tiempo de aceleración de 0 a 100 km/h es de 9,3 segundos y su velocidad máxima alcanza los 190 km/h. Nuestra principal recomendación es sustituir la caja de cambios de serie que resulta algo imprecisa por el armónico cambio de doble embrague, aunque éste tiene un precio aproximado de 2.200 euros.

El gasolina más pequeño, y que también es el más barato (25.800 euros), responde a la denominación A 180 y desarrolla 122 CV. En este caso, la denominación tampoco nos permite llegar a ninguna conclusión acerca de su cilindrada. Su potencia la obtiene de un propulsor de 1,6 litros turboalimentado, el mismo que gira bajo el capó del A 200 (a partir de 29.500 euros), donde desarrolla 156 CV. Gracias a la sobrealimentación, el modelo 200 dispone del máximo par motor (250 Nm) a 1.250 revoluciones, de forma que el Clase A alcanza los 100 km/h en 8,4 segundos. Según Daimler, su consumo según normativa EU es de 5,5 litros.

Modelo AMG para 2013

En la actualidad, el tope de gama lo constituye el A 250 de 37.891 euros, cuyo motor turbo de 2,0 litros desarrolla 211 CV y genera un par motor de 350 Nm a tan solo 1.200 vueltas, unas cifras que seguro hacen palidecer de envidia a más de un diésel y le permiten registrar un tiempo de aceleración de tan solo 6,6 segundos. Además, su consumo también es moderado y no pasa de los 6,1 litros. En 2013 llegará a los concesionarios laversión AMG A 45 que será capaz de extraer 300 CV de sus 2,0 litros de cilindrada y que además contará con tracción integral.

En el futuro, la tracción integral también estará disponible para las demás variantes mecánicas, aunque debemos decir que no resulta en absoluto imprescindible. La Clase A se muestra muy segura de sí misma con tracción delantera y no llama la atención ni por molestas intervenciones en su dirección directa ni por ninguna tendencia a subvirar. El nuevo modelo apura las curvas a gran velocidad de forma excepcionalmente ligera y sin desviarse en ningún momento de la trazada marcada.

Igual de convincente se muestra la configuración estándar del tren de rodaje, que ofrece un excelente equilibrio entre comodidad y dinámica. Aquellos que se decanten por la línea de equipamiento «AMG Sport» o por el paquete dinámico dispondrán, además de las ruedas de 18 pulgadas, de una reducción de altura que hace que el Clase A resulta claramente más rígido y ágil. En lo que respecta al A 250, y al próximo A 220 CDI (170 CV), también se puede optar por una versión Sport: un eje delantero desarrollado expresamente en colaboración con AMG, así como una configuración aún más rígida que hará posible aceleraciones transversales aún más elevadas.

30.000 euros y más

Solo con las tres líneas de equipamiento, además de tres paquetes de diseño adicionales y el cambio de doble embrague de siete velocidades, el precio básico puede alcanzar –y superar– los 30.000 euros, aunque este precio no incluirá ni de lejos todas las atractivas opciones de las que dispone el futuro propietario. Además de componentes habituales como los asientos calefactados, la regulación eléctrica de los asientos, las luces bi-xenón y el climatizador, la lista de extras incluye virguerías como un gran techo panorámico que, cuando está inclinado, dependiendo de la velocidad se cierra ligeramente de forma automática para reducir los ruidos producidos por el aire. Además, con el paquete «Drive» existe la posibilidad de conectar el iPhone (con el tiempo también contará con una interfaz para aparatos Android) y controlar a través del sistema multimedia multitud de funciones de nuestro smartphone, como, por ejemplo, la navegación o el acceso a Facebook. En breve también estará disponible la función de reconocimiento de voz Siri.

Todos los Clase A contarán de serie con una radio, un volante multifunción, elevalunas eléctricos y dos sistemas de ayuda, el sistema de alerta por cansancio y el «Collision Prevention Assist», que detecta cualquier posible colisión, advierte al conductor y prepara el vehículo para una frenada de emergencia que se activará tan pronto como el conductor apoye suavemente el pie en el freno. La Clase A aún no es capaz de frenar por sí misma, ni siquiera mediante un suplemento, pero sí puede incorporar ayudas como el sistema de advertencia de cambio del carril, un programador de velocidad con regulación de distancia o un práctico sistema de ayuda al aparcamiento.

Conclusión

Con la nueva Clase A la casa Mercedes pretende comenzar de nuevo atacando por primera vez y de forma directa a BMW y Audi en el segmento de los compactos. Todavía está por ver si todos los clientes que ya se habían acostumbrado al Clase A se dejarán llevar por su nuevo diseño o se decantarán directamente por el Clase B. Parece que sobre todo en el negocio de los coches de empresa Mercedes tiene buenas posibilidades de hacerse con un gran trozo del pastel que hasta ahora estaba reservado a sus competidores bávaros. A aquellos que hasta ahora conducían un Golf, un Astra o un Focus, Mercedes les ofrece además una clara oportunidad de ascenso.

Tanto por dentro como por fuera el diseño del nuevo Clase A responde a una idea mucho más deportiva, y la carrocería destila individualidad de principio a fin. Su moderno salpicadero destaca por su buena ergonomía y alguna que otra reminiscencia del superdeportivo SLS, aunque no todas las medidas de ahorro aplicadas hacen honor a las pretensiones premium de la marca. En lo que respecta a las prestaciones, el nuevo Clase A se muestra claramente más deportivo y con la versión A 45 AMG que llegará a los mercados en 2013 la casa alemana pretende hacerle la competencia al Audi S3.

En lo que respecta a las motorizaciones, el Clase A está bien equipado, los propulsores son suficientemente potentes, silenciosos y eficientes y, sobre todo, los nuevos gasolina turbo deslumbran con un par motor que ya quisieran para sí algunos diésel. Los 2.200 euros extra del cambio de doble embrague de siete velocidades merecen la pena, ya que éste es mucho más armónico y cómodo que su poco precisa caja de cambios estándar, aunque estamos seguros que esto no supondrá ningún problema para alguien que esté dispuesto a dejarse 30.000 euros en un compacto.

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