El Fastback, una carrocería con aspecto coupé y cinco puertas inspirada en los diseños ‘Gran Turismo’, es la última versión del i30 que llega a los concesionarios y, con ella, la marca coreana pretende cubrir las necesidades de un público que no quiere abandonar el segmento de los compactos pero que busca algo de diferenciación. Hyundai está en un momento espectacular. No lo dicen solamente sus datos de ventas (+8,5% de crecimiento en 2017 y más de 55.000 unidades vendidas en España), sino también la cantidad y la calidad de los productos que ha presentado en los últimos meses. Coches como el Kona - su SUV del segmento B -o el i30 N - un hatchback GTI con una relación calidad-precio inmejorable- han mejorado considerablemente el nivel de calidad de su catálogo de productos. El Santa Fe y el Nexo serán las dos grandes novedades para 2018, a la que habrá que sumar la versión N de este i30 Fastback que se espera para los últimos meses del año.
Más largo y más bajo
Técnicamente, el i30 Fastback se diferencia porque es 11,5 centímetros más largo que el hatchback, pesa 20 kilos más a igualdad de motor y equipamiento, su chasis va 5 mm más pegado al suelo (en total la diferencia de altura son 30 mm porque la línea de techo también es más baja) y el reglaje de su amortiguación es un 15% más firme. Por lo que hemos podido comprobar durante la breve presentación de este modelo, este incremento de la firmeza no va ligado a ninguna pérdida de confort. Sigue siendo un modelo muy cómodo y con un compromiso entre firmeza y absorción muy bien conseguido.
Estéticamente también hay algunas diferencias en este modelo frente al resto de la gama. El frontal cuenta con una parrilla situada en una posición un poco más baja, hay luces diurnas por LED y también cuenta con un spoiler específico en la parte inferior. Las llantas (que pueden ser de 16 a 18 pulgadas en función de la versión) son todas de diez brazos y específicas de esta carrocería. En la parte posterior, además del diseño completamente diferenciador del portón, hay un nuevo alerón, cuya función es meramente estética, pero que le confiere un aspecto realmente deportivo.
Sin diésel (de momento)
En el momento del lanzamiento, Hyundai ofrece el i30 Fastback con dos motorizaciones de gasolina de baja cilindrada. Por un lado, está el motor tricilindrico 1.0 T-GDI de 120 cv (ya conocido en otros modelos de Hyundai y KIA) con el que pretende dar una solución a aquellos usuarios que no pretendan cubrir muchos kilómetros al año y que el uso mayoritario lo realicen por ciudad. Este bloque se ofrece únicamente con cambio manual de seis marchas y su consumo combinado es de 5,2 litros cada cien kilómetros. Aunque no promete unas reacciones espectaculares (su 0 a 100 es de 11,5 segundos y la máxima es de 188 km/h), los 170 Nm de par parecen suficientes para mover el coche con soltura en casi cualquier circunstancia. Además, es un motor silencioso y suave.
Por otro lado, el motor 1.4 T-GDI de 140 cv, asociado a cambio automático de siete marchas (más adelante llegará el manual), cubre el espectro de clientes más interesados en viajar con carga y durante recorridos de distancia media-larga. Es un motor mucho más adecuado que el tricilíndrico si se va a circular por autovía con frecuencia, ya que los adelantamientos se realizan con mucha más soltura y el coche puede ir bastante más desahogado en velocidades de crucero. Sus prestaciones (0 a 100 km/h en 9,5 segundos y máxima superior a 200 km/h) ya están a la altura de lo que transmite su carrocería ‘fastback’.
Aunque el diésel no es una prioridad en estos momentos, Hyundai admite su condición de marca generalista y, como tal, ofrecerá algunas variantes, probablemente con el bloque 1.6 CRDI de 110 o 136 cv.
El doble embrague, muy recomendable
Uno de los puntos fuertes de la gama i30 es la posibilidad de escoger un cambio automático de doble embrague y siete marchas. Esta opción es exclusiva para el motor más potente, pero es altamente recomendable por su suavidad y porque ofrece tres modos de conducción diferentes (Normal, Eco, Sport) que no solo estiran más o menos el régimen de revoluciones, sino que además cambian la respuesta del acelerador y la dirección se vuelve más o menos directa.
Como decíamos más arriba, la carrocería Fastback tiene cambios en la amortiguación y cuenta con unos muelles más rígidos y algunos cambios en el eje delantero que le permiten realizar maniobras con un plus de precisión. De alguna manera, este i30 entra con un poco menos de balanceo en curva y permite controlar algo mejor el subviraje natural de cualquier tracción delantera. Como decimos, es un coche que, equipado con el cambio automático y el motor más potente, es preciso en sus reacciones y garantiza un buen nivel de diversión al volante.
Ligeras diferencias en cuanto a espacio y capacidad
En cuanto a espacio, esta carrocería se diferencia porque ofrece algo más de maletero que el hatchback. En concreto, son 450 litros (55 más) de volumen inicial que pueden ampliarse hasta 1.350 en el caso de abatir la fila posterior de asientos. En esta segunda fila se sigue viajando cómodo a pesar de que este tipo de diseños suele penalizar el confort en la parte posterior. Hay espacio suficiente para las piernas, incluso para personas altas, pero al acceder se nota que la línea de techo es ahora un poco más baja y que nuestra cabeza queda más cerca del techo una vez acomodados. Salvo casos excepcionales de personas muy altas, los dos centímetros de diferencia no tienen por qué notarse demasiado.
Amplio equipamiento
En cuanto al puesto de conducción, apenas hay diferencias frente al resto de versiones del i30. El Fastback puede equiparse con pantalla de 5 u 8 pulgadas en la consola central, ésta última con navegador incluido y con una suscripción durante siete años a los servicios LIVE (dan información sobre meteorología, tráfico, radares, etc). Además, se ofrece de la misma manera todo el paquete de conectividad a través de Android Auto, Apple Car Play o el sistema de carga inalámbrica con tecnología Qi.
En el catálogo del Fastback hay hasta 11 colores disponibles para la carrocería y tres opciones de personalización para el interior: una en negro, una segunda gris/negro y una tercera en rojo Merlot Red que es exclusiva para este coche.
Otro de los puntos fuertes de toda la gama i30 es su completa oferta de sistemas de seguridad, desde el asistente de frenada con detección de peatones, el control de velocidad de crucero inteligente, detector de tráfico trasero, mantenimiento de carril o asistente de iluminación (que cambia entre iluminación larga y corta automáticamente) entre otras. El i30 cuenta con seis airbags de serie y uno opcional de rodilla.
Precio desde 19.615 euros
El precio de partida del i30 Fastback es de 19.615 euros, correspondiente al acabado más básico y en combinación con el motor de tres cilindros 1.0 TGDI de 120 cv. El motor 1.4 T-GDI de 140 cv con el equipamiento Tecno cuesta un mínimo de 23.690 euros (eso sí, ligado a cambio automático de doble embrague y siete marchas), mientras que la versión más lujosa y equipada (Style) está disponible desde 26.680 euros. En esta versión se incluyen llantas de 18 pulgadas, techo solar, parrilla cromada y el paquete de seguridad al completo.
Estos precios se pueden rebajar otros 3.000 euros más acogiéndonos a financiación y si entregamos un coche en el momento de la compra.
