Muchos criticaron (y aún siguen) la apuesta de Bentley de lanzarse de cabeza al segmento de los SUV. Pero en este tiempo, la firma británica ha demostrado que el camino impuesto por el Cayenne a principios de este siglo fue el acertado. Un camino enfocado a los todocaminos de corte deportivo.
Porque con el nuevo Bentayga S que protagoniza estas líneas, el SUV de lujo inglés suma nada menos que tres versiones de corte deportivo, sumando el Speed y el W12. Si bien, en este caso, este Bentayga S es quizá el más deportivo de todos… al menos en apariencia.
Antes de entrar en su silueta, no podemos sino mencionar el que es su corazón. Hablamos del conocido bloque V8 biturbo de 4,0 litros que en este caso entrega la nada despreciable cifra de 550 CV y 770 Nm de par máximo. En combinación con la caja de cambios automática de ocho relaciones no es de extrañar que cifre un 0 a 100 km/h de 4,5 segundos y que pueda alcanzar los 290 km/h de punta.
Sin embargo, lo realmente llamativo es que esta mole de casi 5 metros y más de 2 toneladas de peso puede moverse tan ágil como cualquiera de sus berlinas… si no más. Para conseguirlo equipa unas barras estabilizadoras activas de rápida reacción, una suspensióin neumática con los amortiguadores un 15% más firmes, dirección y sistema torque vectoring recalibrados y un programa Sport que vuelve más permisivo al ESP.
Fácil de distinguir
Como decíamos, estéticamente es quizá la versión que mejor refleja la deportividad del conjunto. En el exterior destaca por las enormes llantas de 22 pulgadas, el alerón trasero de grandes dimensiones, paragolpes sobredimensionados, pilotos oscurecidos, salidas de escape doble divididas…
En el interior monta el cuadro digital del Bentayga Speed así como una tapicería en Alcántara, con el logo S bordado en el reposacabezas, que contrasta a la perfección con las molduras en rojo que le dan ese toque Racing. Además, en la zona central del salpicadero se incrusta una placa identificativa del modelo