Jeep Commander

La marca Jeep nace en 1941 en Toledo (Ohio, Estados Unidos) como una división del fabricante Willys-Overland especializado en la producción de coches todoterreno. Desde el primer momento los Jeep mostraron su versatilidad en terrenos difíciles y pronto tuvieron importancia en aplicaciones militares y consolidando su nombre como sinónimo de vehículo cuatro por cuatro.

En el mundo civil, los Jeep comenzaron siendo muy utilizados en el ámbito rural, donde su dinamismo y potencia les hacía muy apreciados. No obstante, acabaron dando el salto a terrenos urbanos gracias a consumidores atraídos por su aspecto rocoso y su aura de salvajismo. En la actualidad, Jeep es una empresa filial de la constructora Chrysler. Entre sus modelos más recordados están el Willys, el Wrangler o el Cherokee.

Nacido para el campo; versátil en la ciudad

El Jeep Commander nace, precisamente, como una ampliación del Jeep Grand Cherokee, otro de los modelos más emblemáticos de Jeep, compartiendo con él todas sus especificaciones mecánicas pero ampliando las plazas de cinco a siete. Esta variación hace que los dos asientos delanteros tengan un espacio relativamente reducido, mientras que las plazas restantes son muy amplias y confortables.

El Jeep Commander es un coche nacido para el campo y los terrenos quebrados que, sin embargo, se desenvuelve bastante bien en ciudad y carretera, donde presenta igualmente una mayor estabilidad que otros vehículos similares, haciendo de él un vehículo mucho más versátil de lo que pudiera parecer a primera vista.

Cómoda suspensión tanto en carretera como en montaña

La respuesta de este vehículo es muy efectiva tanto con la tracción a las ruedas delanteras como cuando se aplica la reductora y entra en funcionamiento la tracción total. En esos momentos, el Jeep Commander se beneficia de su potencia y de la altura de su habitáculo para poder superar casi cualquier obstáculo. Este modelo está disponible tanto con motor diésel como gasolina, teniendo el primero una potencia total de 218 caballos y alcanzando el segundo unos potentes 326 caballos de pura fuerza americana.

Su suspensión es muy blanda, lo que aporta confort y estabilidad tanto en carretera como en caminos montañosos y/o sinuosos. Por último hay que señalar que este Jeep Commander desarrolla una velocidad al ralentí bastante considerable, lo que debe de tenerse en cuenta especialmente en ciudad.

En resumen, un coche robusto y resistente que es uno de los más apreciados entre los de sus características y uno de los todoterrenos más buscados en los mercados de coches segunda mano.