Chrysler New Yorker

Fue el automóvil señero de la empresa durante mucho tiempo, ayudándola a situarse por encima de Ford, Dodge o Chevrolet. El primero en salir al mercado fue el Chrysler New Yorker Special. El sustituto del Chrysler New Yorker finalmente fue el Chrysler LHS, un tipo de sedanes de lujo que hoy día pueden adquirirse como coches de segunda mano, ya que su fabricación acabó en el año 2001, y que, a su vez, fueron sustituidos por el Chrysler Concorde. Hasta el año 1996, en que dejó de producirse, el Chrysler New Yorker fue el coche americano que se estuvo fabricando durante más tiempo, y esta continuidad dio lugar a gran cantidad de modelos.

Los primeros años del Chrysler New Yorker

El primer Chrysler New Yorker estaba disponible como un sedán de 4 puertas con un motor de 8 cilindros y gran cantidad de espacio para los pasajeros. Se llamaba todavía Special hasta que en 1939 se decidió ampliar la saga con dos versiones cupé y un sedán de 2 puertas más grande y potente, la serie C23, dotado de un motor de 5,3 litros y 3 velocidades con cambio manual, que se llamaría simplemente New Yorker. Tras un largo parón durante la Segunda Guerra Mundial en el que Chrysler experimentó con motores para vehículos militares, continuó la producción del Chrysler New Yorker en 1946. Esta versión poseía un motor de 5,3 litros y cuatro velocidades automáticas. En 1950 surge un Chrysler New Yorker realmente lujoso, el Saratoga, con 135 CV de potencia y un motor en 8, tapicería de tela, que era un material escaso todavía en esa época, y transmisión de 4 velocidades semiautomáticas. En 1951 se le aplica un motor de 180 CV que le permite superar al Oldsmobile 88. A partir del año 1953 se va reduciendo el tamaño del vehículo y en 1956 se lanza el modelo Powerstyle con 280 CV, diseñado por Virgil Exner, quien se sigue ocupando de la saga algunos años más. La transmisión se hace automática.

Las generaciones del Chrysler New Yorker sin sus famosas aletas

En 1962 desaparecen las clásicas aletas traseras en los cuatro modelos del Chrysler New Yorker. En 1963 se experimenta un repunte en las ventas al aplicarse una garantía de 5 años en la nueva generación del New Yorker, más lujoso que el anterior y con 340 CV de motor. A partir de 1965 todos los Chrysler New Yorker comienzan a construirse sobre la plataforma C-body. La depresión económica de 1967 provocó de nuevo el descenso de las ventas hasta 1968. Las generaciones siguieron sucediéndose, adaptadas a los tiempos hasta llegar al Chrysler LH de tracción delantera con 214 CV de potencia.